Vetsusta Morla en la Oasis de Zaragoza
Crónica de antes de irme dormir: Tenía unas ganas mayúsculas de verlos en concierto. Había deglutido cada uno de los segundos de sus grabaciones, un grupo con más de diez años de local, un bagaje que pesa lo suyo, que se deja ver sobre el escenario, en la trama de unas canciones que han sido manufacturadas con la laboriosidad del artesano, que guardan detalles de buen gusto, de sabores, de vibraciones épicas, de momentos intensamente poéticos en las letras y rotundos en las melodías.
El sonido fue sobresaliente, pátina de lujo para unos tipos que han tenido la paciencia de grabar un disco por el puro placer de hacerlo, temas nacidos para ensalzar los sentimientos, que dosifican la cantidad necesaria de pasión, tempo inteligente, ir creciendo en intensidad hasta provocar las más efusivas muestras de entrega, unas canciones perfectamente ensambladas, el tejemaneje de los privilegiados, temas que nacen afectuosos, tristes o alegres, eso da igual, porque Vetusta Morla moldea el formato con sabiduría para, después de colocar el mensaje, regalarte un instrumental de esos que te dejan tirado por lo suelos, solfeo a la deriva que reposa lo dicho, que fluye, que se impregna en la piel, en lo heroico. Una mecánica que usan en todas y cada una de sus canciones y que en la noche de hoy han trasladado hasta el escenario. Un concierto perfectamente medido para que conmoción tocase cumbre a los sesenta minutos, cinco de descanso y vuelta al escenario para arrasar con la frescura del que ya ha triunfado.
Concierto memorable en la Oasis el de hace un par de pares de hora, una robusta demostración de cómo es posible perfilar, teñir y marcar temas míticos con versiones extendended life de altos vuelos, dosificadas con inteligencia y una elección perfecta de los temas para ir dando calor al público, el calentamiento previo a la entrega, una mirada efectiva para que los flujos emocionales se dejen ir, retornen, asciendan y de allí hasta la gloria.
Vetusta Morla es un grupo que, a poco que la suerte lo acompañe, se convertirá, si ya no lo es, en una formación de referencia, música para escuchar con los vasos sanguíneos, las venas y otros lugares líquidos donde disfrutar de un grupo inteligente. Los que han probado de sus recetas ya saben de lo que hablo, quien no haya degustado este exquisito manjar, no pierdan el tiempo, Vetusta Morla va a ser el próximo grupo revelado a las masas, la sensación de los festivales del verano que vendrá, y si no al tiempo.
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