La curvatura de la córnea

18 agosto 2023

Un mundo feliz


 

Un mundo feliz a 111 Kilómetros de casa

La carretera A-1202 se endereza con la extraña sensación de abandonar la provincia de Huesca para reingresar a la de Zaragoza. Al poco el casco urbano de Santa Eulalia de Gállego se queda a la derecha mientras el cauce del río se adivina al fondo. Justo antes de abandonar el pueblo y triangulando su posición geográfica con la ermita de Santa Quiteria y los Mallos de Agüero, se advierte un paralelepípedo negro que transforma el Corral de García en un centro de creación creativa dirigido por Jesús Arbués que, “más allá de romanticismo de situar un espacio escénico en una población tan pequeña”, nació en 2019 con “la intención política para generar economía y difundir el acceso a la cultura para gente que vive en los pueblos pequeños”. El sábado 12 de agosto la platea presentó un lleno de campanillas para recibir a la compañía Teatro Che y Moche y su nuevo espectáculo «Después de El Funeral siempre llega…Un día feliz».

Enrique Vicién en la revista cultural El Eco de los Libres sitúa este nuevo espectáculo como la continuación de las más de 1.000 representaciones de «El funeral» El título de la pieza de Vicién resume perfectamente el espíritu de la nueva función: “Humor y memoria para hacer frente a la barbarie.” y recuerda que los dos pilares fundamentales sobre los que se construye el espectáculo son musical y literario.

El entramado teatral es el caparazón que acoge un concierto de un estilo musical que el periodista Luis Lles bautizó como “zingarozana” o una mezcla de música zíngara realizada por zaragozanos que ya es marca de la casa. Un repertorio con todos los ingredientes para que las melodías envuelvan al público en un ambiente alegre y vital, donde las voces maridan con el tintineo de los dedos saltimbanquis de Teresa Polyvka jugando con el violín, la energía de Joaquín Murillo con los saxos, el colchón de acordes en la guitarra de Kike Lera, y la fiabilidad en las percusiones de Sergio Domínguez con la máquina del ritmo a pleno rendimiento. La brillante ejecución musical garantiza la fiesta a la que el público se suma con la alegría de dar palmas. La exuberancia festiva se compensa con momentos más ceremoniales y nostálgicos en los que todo el peso musical recae en la capacidad evocadora del violín. Situaciones donde la presencia simbólica de la muerte sustituye al jolgorio y destila el valor nutritivo del humor negro. Una interesante tensión dramática donde la tragedia transita por una iluminación y un maquillaje que abonan una realidad mágica para situar a los protagonistas más allá de la muerte y reivindicar una continuidad temporal que no terminé de comprender.

El segundo pilar de la función es una dramaturgia emparentada con la novela «Todo está iluminado» del escritor de raíces ucranianas Jonathan Safran Foer que, en palabras de Martínez de Pisón, abre el armario familiar para encontrar humor, realismo mágico y una pizca de sentimiento trágico de la Historia. Materiales literarios que se trasladan con eficacia a un lenguaje dramático en un ejercicio de memoria para descubrir las tragedias de los ucranianos a lo largo de la historia, y transmitir la idea de un autoritarismo que viaja en el tiempo: Bolchevique en el año 1922, nazi en 1942 y nacionalista ruso en la actualidad. Tres capsulas temporales para subrayar el mismo proyecto reaccionario: Perseguir al artista que no se acomode a los moldes culturales y políticos implantados por un poder que, con capacidad para cambiar los pasaportes de las gentes que permanecen durante generaciones en el mismo lugar geográfico, es incapaz de permitir un mundo más allá de sus estrechas coordenadas.

Este interesante planteamiento se debilita cuando la dramaturgia cae en la tentación de utilizar el pobre recurso de repetir el esquema narrativo que nos cuenta el origen de los protagonistas y así, olvidando la máxima del historiador Julián Casanova: “La historia rima, pero no sé repite”, diluye la potencia de unos personajes perfectamente construidos con anterioridad. La afirmación académica nos ayuda a comprender la importancia de dotar a cada periodo histórico por el que pasa la función de un marco narrativo diferente que vaya más allá de las interesantes variaciones musicales y someros cambios en el atrezo.

La peripecia, los personajes y las situaciones históricas se merecen ir un paso más allá de las herramientas del happening y su propósito de alejarse del texto fijado de antemano para huir explícitamente del propósito de contar una historia y así, modificar la narración básica que se repite para conectar los golpes de humor con todo el devenir trágico y fortalecer la excelente construcción de los personajes para que la trama gane en fortaleza. Aprovechar al máximo el excelente trabajo actoral con el recurso de manipular el lenguaje de un idioma inventado, en el que las palabras se relacionan con la musicalidad de los sonidos hasta conseguir un delicioso muestrario gestual de intenciones y actitudes que expresan perfectamente la personalidad de los personajes y los mensajes que quieren transmitir.

La vuelta a la ciudad fue tan especial como la intención de los comediantes: Pararse al borde de la noche y disfrutar de la querencia de Las Perseidas para convertir lo más negro del cielo estrellado en un espectáculo.

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«Después de El Funeral siempre llega…Un día feliz»

Producción: TEATRO CHE Y MOCHE

Dramaturgia: JOAQUÍN MURILLO

Dirección musical y arreglos: TERESA POLYVKA

Dirección artística y puesta en escena: JOAQUÍN MURILLO

REPARTO: TEREZA POLYVKA, JOAQUIN MURILLO, KIKE LERA y SERGIO DOMÍNGUEZ.

 

Espacio escénico: ÓSCAR SANMARTÍN

Diseño iluminación/dirección técnica: TATOÑO PERALES

Vestuario: ANA SAN AGUSTÍN

Realización escenografía: JESÚS SANCHO Y CARLOS TRÍAS

Realización vídeo: VÍCTOR IZQUIERDO / BARBECHO PRODUCTIONS

Diseño gráfico: ÓSCAR SANMARTÍN

Técnico de sonido/Técnico de iluminación: DIEGO VICÉN/ÓSKAR ÚBEDA

Ayudante de producción: SAÚL BLASCO

Asesoría y coordinación musicológica: VICTOR REBULLIDA

Distribución/producción: RAQUEL ANADÓN

Ayudante de producción: MARIAN PUEO


Sábado 12 de agosto. Corral de García de Santa Eulalia del Gállego

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04 agosto 2023

Todas las hembras que habito

 

He venido a jugar

Amparo Nogués escribía en su muro de Facebook que «Todas las hembras que habito» era un proyecto personal, un canto de esperanza para un muestrario de mujeres que, más allá de su cercanía o lejanía, todas le habían marcado la vida. Ese es el punto de partida de esta lección magistral sobre la esencia de cómo se alcanza el equilibrio cuando viajas en un montaña rusa de lenguajes narrativos como la expresión corporal, una deliciosa manera de cantar, fluidez en las coreografías, y la clarividencia para dejar el espacio y el ritmo que necesitan todas y cada una de las palabras que vibran en sus cuerdas vocales.

Todo lo que ocurre en el escenario está al servicio de la representación teatral. Lo fundamental es la presencia de la actriz y la claridad con la que cambia de registro mediante pequeñas modificaciones que generan potentes (sobre)saltos emocionales. A veces el protagonismo se centra en un vestido, una pañoleta o un abrigo; y otras en la manipulación de los elementos de Atrezo que cobran vida para enriquecer la estética del relato. En todos los casos el texto tiene especial relevancia porque, más allá del mensaje explícito que transmite, la modulación en la forma de expresarlo termina por ser fascinante, sobre todo cuando en medio de la ligereza cotidiana se cuela una pincelada dramática que, sin grandes cambios en el tono de la interpretación, van dejando huellas de reflexión que no necesitan acudir a un aparatoso cambio de registro, al menos hasta que la dramaturgia lo considera necesario y entonces se produce un salto entre las ensoñación infantiles que aterrizan en la aridez de la vida cuando se pone seria. Un cambio tan abisal solo precisa de un pequeño detalle en la iluminación, porque el cuerpo y la voz de la actriz se hacen cargo de todo el peso de la transformación mediante la solemne naturalidad de quien es capaz de alcanzar el nivel dramático justo y necesario, ni un milímetro más allá. Por eso es fascinante observar como la actriz cambia de personaje y sin embargo el personaje parece que siempre permanece en ella. La transformación está ahí, delante de nuestras narices, pero no la vemos, en realidad la sentimos porque cambia la energía, el tono de la voz y la fuerza de la gravedad. Aparecen movimientos y equilibrios nuevos, todo está ahí, al alcance de nuestra mirada. Son las herramientas propias que van mucho más allá de la simple imitación, y aunque gestos, sonrisas y mímica se construyen mediante los estándares que todos conocemos de la interpretación, y sin embargo el trabajo de Amparo. Nogués es brillante porque trastea con todos esos materiales desde la alquimia más profunda de su profesión con un solo objetivo: Conectar la peripecia de la narración con el corazón de los espectadores y ahí salta la chispa del mejor teatro.

Por eso, aunque formalmente asistimos a una magnífica representación de un catálogo de energía femenina, la propia construcción del texto es una profunda e interesante defensa de todos aquellos que se suben a un escenario. Es cierto que el relato tiene la apariencia formal de una historia circular que comienza en un punto determinado de la vida, se da un garbeo espacio-temporal y justo cuando parece que va a regresar el punto de inicio..., «Todas las hembras que habito» tiene un giro inesperado para subrayar que, más allá del contrato entre el espectador que acepta el juego de la ficción y los actores que la muestren como si fuera verdad, lo realmente importante es que todos sepamos que la energía de la que se alimenta la brillante interpretación de Amparo Nogués se resume en una sola frase: "He venido a jugar"

 

'Todas las hembras en las que habito'

Interpretación, textos y músicas originales Amparo Nogués.

Arreglos musicales y grabación Nana-tango-rumba: Toño Giménez, David Celorrio, Amparo Nogués, Loreto Ferrer, Art Lab, Justo Bagueste.

Bossa nova: Faustino Cortés, María Pérez y Amparo Nogués.

Canción Infantil: Faustino Cortés, Amparo Nogués.

Base de Rap: Manuel Palomares.

Letra del Rap: Ayla Quintos y Amparo Nogués.

Apoyo vocal: María Confussion.

Dirección del clown: Caroline Dream.

Dirección piezas sueltas: Carmen Córdova, Arantxa Azagra, Amparo Nogués.

Asesoría en movimiento Carmen Nogués.

Cartelería Nacho Ferrer.

Iluminación y sonido Ester Gascón.

Vestuario Raquel Poblador, taller de obsidiana

 

3 de agosto de 2022. Centro Joaquín Roncal CAI




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