La curvatura de la córnea

26 enero 2008

Viejos oficios, un poema de Dolan Mor

A lo largo de los últimos meses he tenido la suerte de asistir a un par de actos literarios cuyo máximo protagonista era Dolan Mor, un poeta que no sabemos si es un cubano afincado en Zaragoza, o un zaragozano que nació en Cuba.
El primero de ellos se desarrolló en el último piso del antiguo Casino Mercantil, un edificio que en la actualidad pertenece a Cajalón. Se trataba del acto oficial de la presentación de los galardonados en la III Edición del Premio de Poesía Delegación de Gobierno en Aragón-Cajalón, cuyo primer premio recayó en el libro “Nabokov´s butterflies” de Dolan Mor.
El segundo fue en el sótano de la FNAC, un encuentro menos protocolario que el anterior, y tal vez por eso, por la ausencia del jamón, de los embutidos variados y las bebidas al gusto, fue un acto con más espíritu literario.
En ambas ocasiones y para gozo de los admiradores del buen decir, Dolan Mor nos excusó de discursos, teorías y otras zarandajas. Hizo lo que hacen los buenos poetas: Recitó con brillantez, pasión y credibilidad, un lujo al alcance de muy pocos.
Ese buen hacer del autor cubano debería ser suficiente para que no me atreviera a declamar uno de sus poemas, pero ya ven, hoy estamos arriesgando pese a saber que mi entonación no llega ni a la suela de los zapatos del autor. Les dejo con “Viejos oficios”, un viaje cuyo itinerario podría ir desde el trópico dónde nació Dolan Mor, hasta el cierzo de su tierra de acogida.

23 enero 2008

Multicines Galaxy´s

El Detective Amaestrado escribió hace algunos meses sobre la tarde en la que fue al cine con su novia preferida para ver “Días de Radio” de Woody Allen. Tras leer la entrada en su bitácora me atreví a dejarle una pregunta. Quería resolver un presentimiento, dar una explicación a la sensación física que sentí, quería saber si aquel cine era el mismo en el que yo visioné “Peggy Sue se caso” de Coppola. Recuerdo bien el título de la película porque durante los once meses que pasé en Las Palmas de Gran Canarias al servicio de la Patria sólo fui una vez al cine. Una sala con unas paredes tan pintadas de rosa que no dabas crédito. El Detective me contestó afirmativamente, su historia de amor y mis galones de cabo habían estado sentados en las butacas, también rosas, de los Multicines Galaxy´s.
El Detective me envió ayer un correo para darme una mala noticia, un mensaje en el que me confesaba como el corazón se le había encogido, como se había acordado de mi tras leer que los Multicines Galaxy´s cerraban definitivamente.
Hace tiempo que los cines de mis recuerdos empezaron a desaparecer.
En Utrillas teníamos una sala de cine a la que yo asistía con asiduidad, una afición que me sirvió de disputa con el señor cura cuando modificó el calendario de los monaguillos, los nuevos cuadrantes hacían coincidir la misa del domingo por la tarde, con la sesión de cine y con el pago del jornal semanal. Un chantaje en toda regla, pero eso es otra historia. Mis padres viajaban con frecuencia a Zaragoza y a mi me gustaban aquellos fines de semana porque entonces tenía ocasión de ver las películas de estreno. Uno de aquellos estrenos fue “Xanadú”, en la pantalla del Teatro Argensola pude ver como una banda de rock se fusionaba con una big band, una declaración de principios que se refleja en mi colección de discos.


Para continuar con los estudios de Formación Profesional que inicié en el pueblo, tuve que trasladarme a la capital. El primer día de mi vida de estudiante en Zeta quedó marcado por una sesión en los Multicines Buñuel dónde descubrí el humor de los Monty Phyton.


Ese mismo año acudí a las sesiones infantiles del Cine Fuenclara, la cita era los domingos a las cinco de la tarde, allí disfruté de toda la filmografía de Walt Disney, lo hacía rodeado de niños boquiabiertos y mamas aburridas. En eso han cambiado mucho los tiempos, ahora son los niños los que suelen estar aburridos.


La sesión más surrealista a la que he asistido fue en el cine Roxy. Acudí con mis sobrinos Natalia y Antonio para ver, y nunca mejor dicho, Karate Kid. Al comienzo de la proyección, y tras un claro desencuentro entre imágenes y diálogos, la película se quedó muda. Tras los primeros minutos de sorpresa llegó la indignación, me levanté y exigí a gritos el regreso del sonido. Nadie me secundó en la protesta, al contrario, muchos de los espectadores afearon mi conducta, recriminaron mi actitud y me demandaron tranquilidad para que les dejara ver la película. Así que para mí, “Karate Kid” es la única obra del cine mudo que trata las artes marciales.


Todas las salas citadas y un ciento han clausurado sus sesiones, han dejado de ser la caja mágica dónde la vida cambiaba durante unas horas. La vida jalonada entre cines y películas, sin embargo, el recuerdo más potente que guardo de un cine nada tiene que ver con el mundo del celuloide, esta relacionado con el tacto, con el deleite y con la curiosidad desbaratada de las hormonas. En el Cine Las Torres de Utrillas las yemas de mis dedos aprendieron a bucear bajo los jerseys de cuello alto, a desvalijar botones camiseros con la habilidad del carterista, a rastrear los territorios inhóspitos que siempre terminaban en suaves praderas, vertiginosos desfiladeros y cimas coronadas de placer. Aquellas fueron mis mejores tardes de sábado.

20 enero 2008

El sitio de mi recreo

15 enero 2008

La Maleta del Arte 2007

El día del libro de 2007 Conchita Berruete me citó en el Gran Café Zaragozano de la Plaza de España. Por aquellos días éramos compañeros de interpretación en uno de los cursos que se imparten en el Teatro de la Estación, por eso estaba al corriente de su recién inaugurada condición de cuenta cuentos, una interesante faceta que estaba dispuesto a probar, y a la que me ofrecí por si en algo podía ayudarla. Por eso no me resultó difícil imaginar que la cita dominical, nos veíamos en clase todos los martes y jueves, tendría que ver con la fantasía, los niños y la experiencia de contarles historias. Pero su propuesta fue mucho mejor de lo que nunca pude imaginar: Me ofreció participar en La Maleta del Arte.
Es un honor ceder el espacio de esta bitácora para que Conchita Berruete explique el proyecto, sus objetivos y el desarrollo del mismo. Por mi parte he elaborado un pequeño audiovisual con parte del material fotográfico que hemos acumulado a lo largo de este periplo por diferentes localidades aragonesas. Una pieza que nació con la vocación de agradecer a Conchita Berruete que pensará en mí para participar en esta experiencia que ha sido tan enriquecedora, y que ha terminado de introducción a la memoria de La Maleta del Arte 2007.

PROYECTO ANIMACIÓN A LA LECTURA

“LA MALETA DEL ARTE”
EVALUACIÓN

COORDINACIÓN DEL PROYECTO: CONCHITA BERRUETE



La “Maleta del Arte” es un proyecto de animación a la lectura de libros de arte realizado por la Fundación Norte a lo largo del año 2007, en 20 bibliotecas de Aragón, con el propósito de hacer llegar los libros de arte a niños de 3 a 8 años, unos lectores que suelen tener vetados este tipo de libros, porque se cree que no los van a entender o que les resultará aburrido. La experiencia de este año corrobora que la realidad es muy distinta.


Los cuatro objetivos que nos propusimos al iniciar este recorrido por las bibliotecas de Aragón, se ha cumplido con creces:

Se ha animado a los niños/as a leer y/o visualizar libros de arte, como fuente de disfrute y como un medio de incorporación al mundo de la cultura.

Los niños/as han conocido obras de diferentes artistas aragoneses.

Los niños/as se han introducido en el mundo del arte a través de los libros que llegan a la biblioteca en “la maleta del arte”.

Los niños/as han realizado una “obra de arte”, a través de la que han podido expresar su parte artística.




DESARROLLO DEL PROYECTO

BIBLIOTECAS, FECHAS, Nº PARTICIPANTES Y EDAD.



LUGAR FECHA PARTICIPANTES EDAD
Tamarite 17 mayo 32 7/8 años
Binefar 17 mayo 25 7/8 años
Brea de Aragón 18 mayo 22 De 3 a 8 años
Huesca 24 mayo 12 De 3 a 8 años
Calamocha 28 mayo 50 De 7/8 años
Daroca 28 mayo 30 De 5/6 años
Tarazona 29 mayo 45 De 6 a 8 años
Pedrola 30 mayo 76 2 sesiones De 3 a 6 años
Zaragoza 1 junio 50 De 5/6 años
Zaragoza 4 junio 50 De 4/5 años
Albarracín 6 junio 34 De 3 a 8 años
La Puebla 7 junio 22 De 5/6 años
Alagón 8 junio 40 De 6/7 años
Jaca 9 junio 20 De 3 a 8 años
Alcorisa 26 septiembre 35 De 5/6 años
Calatayud 27 septiembre 25 De 7/8 años
Almudevar 4 octubre 35 De 5/6 años
Ejea 5 octubre 25 De 7/8 años
Teruel 24 octubre 24 De 3 a 8 años
Biescas 31 octubre 12 De 3 a 8 años




ANIMACIÓN

Chincheta y Alcayata fueron los encargados de realizar la animación. Dos amigos que llegaban con una maleta repleta de mucho arte, pero que también estaba llena de muchos cachivaches, que nada tenía que ver con el nombre de la maleta. Conforme estos objetos salían de la maleta se animaba al público infantil a conversar sobre lo que es arte y lo que no lo es. Entre tanto cachivache surgían tres obras de arte de tres artistas aragoneses:

“La bailarina” de Pablo Gargallo
“La gallina ciega” de Francisco de Goya
“El paraninfo” de Ricardo Magdalena


Partiendo de lo que ellos sabían, se les daban más datos y se les narraba lo que los animadores veían en la obra de arte.

A continuación se realizaba un taller plástico con material de reciclaje, partiendo de “La bailarina” de Pablo Gargallo, que culminaba con una exposición con todas “Las obras de arte” realizadas por los niños/as.

Para finalizar se les mostraba una caja-maleta del arte, que iba destinada a los fondos de la biblioteca, con una selección de libros apropiados para niños, sobre los creadores mencionados, diferentes corrientes artísticas y otros artistas con los que se les relaciona.



LA CAJA – MALETA DEL ARTE contenía:


Pablo Gargallo. Cuaderno de arte. IVAM. Museo Pablo Gargallo de Zaragoza.

Pablo Gargallo. Donaciones Anguera – Gargallo. Fundación Samca. Ayuntamiento de Zaragoza.

Escultura en Madera. Metamorfosis de la escultura en la colección del IVAM.

Francisco de Goya. Taschen

Picasso y sus objetos. H. Kliczkowski


Siguiendo a Ricardo Magdalena por Zaragoza. Fundación Norte.


PUBLICACIÓN

Al hacer la selección de libros nos dimos cuenta, que de toda la bibliografía encontrada sobre Ricardo Magdalena, no había nada dirigido al público infantil. Por eso nos decidimos a embarcarnos en la aventura de elaborar y editar una publicación sobre este arquitecto zaragozano, para darlo a conocer entre los más pequeños.
“Siguiendo a Ricardo Magdalena por Zaragoza” es una invitación en primera persona, donde el propio arquitecto nos acompaña en un paseo por la ciudad y su arquitectura.

Para la elaboración del libro hemos contado con Ascensión Hernández Martínez, profesora del Departamento de Historia del Arte, de la Universidad de Zaragoza, autora de varias publicaciones sobre Ricardo Magdalena, ya que este arquitecto aragonés fue el tema de su tesis doctoral.

13 enero 2008

Las aventuras de Huckleberry Finn


El pasado sábado día 12 comenzó el Ciclo de Teatro para niños y mayores en el Teatro de la Estación. El estreno de esta programación, orientada hacia el “público familiar”, estuvo a cargo de la compañía Ultramarinos de Lucas que puso sobre el escenario una versión teatral de la novela de Mark Twain “Las aventuras de Huckleberry Finn”
El desarrollo de la obra se sustenta en dos discursos narrativos. El primero de ellos nos cuenta la historia de Huck, de cómo escapa de la vida encorsetada que se le exige cuando a él sólo le interesa la libertad de pensamiento, palabra y obra; de cómo se encuentra a Jim, un esclavo que también busca la libertad. En esta peripecia nos encontramos con un discurso que se me antoja poco habitual para nutrir los pensamientos de nuestros niños. Se habla de la muerte, Huck se interroga sobre qué significa morir, incluso se plantea la finitud como una solución, en este caso por la defunción de su padre, un tipo despreciable que nada tiene que ver con esa idílica fotografía que algunos se empeñan en sacar de la familia como solución a todos los problemas. Se habla de la libertad, de su cara amable representada por una bicicleta, con sólo pedalear, sentir el aire en la cara y todo el camino por recorrer te puedes sentir el niño más feliz del mundo, pero también se muestra la faceta oscura de la falta de libertad representada por un hombre al que se le puede comprar y vender, al que podemos meter tras una reja como si de un animal se tratara porque el color de su piel no coincide con el color de nuestra piel. Se muestra un libro como forma de conocimiento, de entretenimiento, un poderoso amigo que siempre podemos llevarlo de nuestra mano. Esta línea dramática es expositiva, presenta los hechos, los cuenta, no hay juicios. Sin embargo, la obra nos invita a hacer nuestro propio viaje, en este caso al niño que todos fuimos alguna vez, un viaje a los anhelos y a las ilusiones, para este fin, Ultramarionos Lucas, utiliza como medio de transporte las respuestas a una pregunta que los actores lanzan a los espectadores: ¿Qué querías de niño? Algunos querrían volar, otros desearían no tener miedo y más de uno de los que lean estas líneas aún tendrán la esperanza de ser astronauta, bombero o, como Mark Twain, piloto de vapores por el Misisipi.
Estas dos líneas narrativas confluyen en un sencillo espacio escénico que esconde una caja de sorpresas en forma de plano inclinado elevado sobre la tarima y dónde salen una, una isla solitaria o una balsa a la deriva. Esta excelente dramaturgia se sustenta en un excelente trabajo actoral. Luis Orna, Juan Monedero y Juan López Berzal componen unos personajes desde la naturalidad que supone jugar, se transforman ante nuestros ojos con la aparente simpleza de un intercambio de sombreros que es mucho más, es un cambio de registro en los movimientos, la expresión corporal, la entonación, una estrategia escénica que mantiene al espectador dentro de la historia.
La propuesta de Ultramarinos Lucas con esta puesta en escena es un recordatorio para niños y mayores, una invitación exenta de declaraciones, discursos y teorías educativas: Una invitación a jugar, y dime, lector de esta bitácora ¿aún te atreves a jugar?

12 enero 2008

El sueño de una noche de verano

Mientras el cierzo azotaba las calles de Zaragoza, el verano se adueñó de las tablas del Teatro Principal que acogieron una gran noche de teatro con un espectáculo producido por Concha Busto.
Juan Bosco ha escrito una estupenda versión de la obra más alegre y optimista de William Shakespeare. “El sueño de una noche de verano” transcurre en lugares tan británicos como el bosque, la montaña y la campiña, pero la gran idea de este montaje radica en trasladar los territorios mágicos por los que se desenvuelve la obra original para situarlos en un ambiente mediterráneo, y pocos lugares son más mediterráneos que una playa por cuyas arenas transitan la aristocracia, el pueblo llano representado por unos pescadores y personajes mágicos que intervienen en la vida de los humanos para enmarañar los contradictorios sentimientos que el amor provoca.
La música fue un elemento fundamental y cobró una importancia vital en cumplir el objetivo de ambientar los sentimientos universales del amor en una percepción mediterránea de la acción. Antonio Carmona y Beltrán Cavero consiguen que rancheras, tangos y rumbas ilustren perfectamente el desarrollo de la obra hasta llevarla a un territorio tan popular y festivo como el espíritu verbenero que inunda nuestro país con la llegada del verano, unos temas interpretados con solvencia tanto en la parte vocal como en la sección musical, con ese buen sabor de boca que siempre deja la música en directo, unos músicos que se integraron perfectamente en el juego escénico de las partes cantadas de la obra o subrayando desde bambalinas las acciones que se desarrollaban en el escenario.
El maravilloso elenco de actores que impartieron una clase magistral de interpretación apoyados en una escenografía que nos recordaba los restos varados de un gran buque, en torno a los cuales se desarrolló la acción, una singladura guiada por el dinamismo, que se reveló como la característica común que enlazó unas escenas con otras para mantener la atención del público a lo largo de las dos horas que duró la representación. Excelentes composiciones de cada uno de los personajes que se movieron con frescura en las partes narradas, además de mostrar un exquisito sincronismo en las coreografías que salpicaron constantemente las escenas de la obra.
Un excelente trabajo artístico bajo la dirección de Tamzin Townsend que se sustenta sobre una sólida base fraguada en la excelente visión dramática, la brillantez literaria y la deslumbrante genialidad que derrochan las palabras escritas por ese genio llamado William Shakespeare.

10 enero 2008

La cara de hacer el amor

Bajé la basura en pijama, es una de esas costumbres que no consigo eliminar, me refiero al pijama. Cuando regresé a casa ella había apagado la televisión, no me extrañé porque, tras consultar el periódico, le había advertido que la programación generalista no tenía buena pinta. La puerta del dormitorio estaba abierta y un perfume a velitas llegó a través del pasillo. Me la jugué y di rienda suelta al instinto: Fuera pijama, gafas y calcetines, asomé la cabeza para indagar en el interior de la alcoba y ¡bingo! Un bulto nada sospechoso descansaba bajo el edredón. Me saltaré los prolegómenos con un resumen de volteretas, los pies de cada uno de nosotros alternando sobre las almohadas y otras serpenteantes figuras acompañadas por una banda sonora de gemidos, resoplidos y una conjunción adversativa que con tilde es un adverbio.
El ballet se detuvo con ella a horcajadas sobre la frontal de mi cuerpo, con la misma intensidad que el medio punta encara la frontal de área, ahí nos quedamos, ambos intuíamos que se acercaba el final del partido, de la coreografía, de la siempre efímera obra de arte. Ella onduló la silueta, cimbreó el contorno dorado que me atrapaba y yo absorto, sólo podía adorar a la diosa, dejarme mecer, acompañarla con la dignidad de los que nunca jugamos en Primera División. Ella abrió los ojos antes de la cabalgada final y se dignó a posar su mirada sobre este pobre mortal. Entonces, la deidad que me poseía estalló en una carcajada, intensa pero corta porque se vio interrumpida por la bienaventuranza, por la fortuna, por la feliz llegada del orgasmo.
Conquistada la cúspide, en lugar del habitual desplome de cuerpos, regresó de nuevo su risa, pero esta vez fue larga, sonora, sin medida, con cambios constantes en el tono, una risa de esas que sabes incontrolable, desbordante, casi asfixiante, de las que te dejan sin oxígeno. Tanta hilaridad terminó por contagiarme y cuando los dos nadábamos entre el jolgorio de la carcajada cometí el error de preguntar « ¿De qué nos reímos?» Con lo bonito que hubiera estado callado.
Ante tanta valentía por mi parte ella aumentó los decibelios penetrando sin miramientos — ya se, ya se, pero es que no se me ocurre otro verbo — en el ámbito de la risa que comúnmente se conoce como descojone, y dictaminó «Es que pones la cara de hacer el amor como Chandler» :

08 enero 2008

Tres regalos y FUNDIDO EN NEGRO

Los Reyes Magos me han traído un Monopoly. Una de las primeras cosas que compré cuando me casé fue un Monopoly, me imaginaba viejito jugando con el amor de mi vida a comprar propiedades, visitar las estaciones de tren y ganar un par de millones en cada una de las vueltas. Aquel Monopoly era de las calles de Madrid, todavía eran tiempos centralistas y eso que las Olimpiadas se celebraban en Barcelona. El que me han traído los Reyes Magos es una “Edición Exclusiva que incluye las principales ciudades españolas” y claro, la propiedad más cara es la Bolsa de Madrid, que no es una ciudad, y Teruel sigue sin existir. Pese a que en el logotipo de la caja aparece una imagen del Guggenheim bilbaíno, la única capital de Euskadi en el juego es Vitoria, que la han colocado en el mismo color de Barcelona, un triunvirato verde que se completa con el Banco de España, que tampoco es una ciudad, pero tiene una fachada muy bonita y un montón de billetes en su caja fuerte. Ayer jugué una partida con mi sobrina, ella la verdad invirtió rápido y bien, yo como siempre anduve con tantas dudas que terminé en la cárcel mientras mi contrincante (durante unos minutos dejamos de lado nuestro parentesco) saltaba y brincaba de alegría. Estuve tentado de permanecer a la sombra el resto del día pero en la siguiente tirada saqué un cuatro doble y desembarqué en Las Palmas, la única ciudad en la que he estado encarcelado, porque el calabozo del cuartelillo de mi pueblo no cuenta.
Además me han traído la caja de los Héroes del Silencio con las baquetas, la púa, el pase del backstage así que mi petición explicita de no recibir ni cedes, ni deuvedeses no ha sido tenida en cuenta. Como tampoco lo ha sido escuchada la exclusión que hice de los libros como objeto de regalo, pero los Reyes Magos deben andar faltos de tiempo y me temo que ya no leen las cartas porque también me han traído un libro, ¡un libro de cocina!
Una de las cosas más importantes que mi mujer aportó al matrimonio fue una completa colección de fichas de cocina editada por Salvat, creo que hay más de mil, en las que aprendí muchas cosas sobre el arte del guiso. Al año siguiente, hipnotizado por el éxito televisivo de Karlos Arguiñano (no me canso de afirmar que es uno de los mejores showman catódicos) me hice con su primer libro “El menú de cada día” editado a todo color por Círculo de Lectores, de aquellas páginas no cociné ninguna receta, sólo me dediqué a mirarlo. Más tarde adquirí una edición de bolsillo de “Las 1069 recetas de Karlos Arguiñano”, un libro que por sus características esta destinado a sustituir en los anaqueles de nuestras casas al tradicional “1080 recetas de Simone Ortega” con el que creció una generación de amas de casa. Este ejemplar lo tengo sobre la campana extractora, siempre a mano, siempre dispuesto a ayudarte, sencillo, de fácil manejo, un amigo ante los fogones. Pues bien, los Reyes Magos me han dejado una edición de gran formato de “Atrévete a cocinar con Karlos Arguiñano. La forma más rápida de aprender” El libro como objeto es una gozada, excelente papel, tapas blandas pero sólidas, fotos a todo color del paso a paso, explicaciones sencillas y recetas asequibles. No es eso lo que me cabrea, lo que me indigna es que tras más de quince años aferrado en lo que me toca a los fogones, vengan estos tres tipos desde el Oriente a dar por sentado que soy un principiante en el manejo de los pucheros, y eso no, eso si que no.
Así que esta tarde me he dado un garbeo por alguna de mis librerías favoritas para enseñarle a sus Majestades que hay otras alternativas literarias para este seguro servidor. Tenía muchos títulos para elegir pero al final he optado por “Fundido en negro” de Jesús Jiménez Domínguez, editado por DVD Ediciones de poesía y avalado por el premio “Hermanos Argensola” de la ciudad de Barbastro. El primer poema lo he leído en el bus, durante el tiempo que le ha costado al 30 ir de la Plaza España hasta la Plaza San Miguel. Los cuatro últimos versos, como si de una premonición se tratase, me han golpeado en la curva dónde comienza el Coso Bajo. Las manos, aferradas al libro, han impedido cualquier defensa ante el vaivén desaforado del transporte público que ha terminado con mis huesos en la lona mientras las palabras del poeta flotaban sobre el cuadrilátero:

“La canción que el viento silba de noche
nunca escalará las listas de éxitos:
llegar para marcharse en el aire
siempre es un fracaso.”

07 enero 2008

Árbol Genealógico, de Elena Medel

Es muy grato ceder este espacio a las palabras de Paula, fue ella quien sugirió el poema “Árbol Genealógico” de Elena Medel, pero antes quiero agradecerle la ensalada, el vino tinto y la tortilla de patata con forma de wok.

Cuando escuché a Javier recitar el poema "Alfonsina Storni se arroja al océano" de Jesús Jiménez, literalmente me retorcí de envidia. Me faltó tiempo para escribirle un correo y pedirle repetir la experiencia, esta vez, recitando yo. Dicho y hecho, buscamos el momento, y fue, no sólo sencillo (ay, la ignorancia del principiante), sino divertido. De ese día salió el montaje de las 21 tomas falsas, y este poema de Elena Medel, con el que tanto me identifico y que tanto me gusta.
Siento que la poesía sana. Que entra en las venas y altera la circulación. Que llega al corazón, lo convulsiona y le recuerda que, si late, es porque está vivo. Deberíamos leer más poesía. A Elena Medel, a Luis Cernuda, a Manuel Vilas, a Jesús Jiménez, a Garcilaso de la Vega... Definitivamente, creo que todo sería distinto si leyéramos más poesía. En voz alta, para que el corazón escuche. Bien o mal, qué importa, las palabras se encargan de devolvernos la vida, de reintroducirnos de nuevo en el fluir cotidiano, en el hechizo de ese profundo mar en el que navegamos, naufragamos, y somos rescatados una y otra vez.

Porque de eso se trata... ¿no? De estar vivos.

Gracias, Javier, deseando estoy grabar el siguiente


06 enero 2008

Carta a los Reyes Magos

Queridos Melchor, Gaspar, Baltasar:

Este año me he portado muy bien. Y cuando digo muy bien me refiero a que he terminado todos los primeros platos, incluidas las coles con patata que hasta rebañaba el plato y todo. También he recogido todos los días los platos de la mesa y los he lavado con la cantidad sostenible de agua para aportar mi granito de arena en la lucha contra el calentamiento global del planeta Tierra.
Por las mañanas no he conseguido hacer la cama, aún me levanto con el tiempo justo para lavarme la cara con la cantidad sostenible de agua para aportar mi granito de arena en la lucha contra el calentamiento global del planeta Tierra, rezar mis oraciones y beberme un carajillo a toda prisa, eso sí, cuando regreso del curro Non Stop la primera tarea es airear las sábanas y colocarlas bien extendiditas sobre el colchón. Este año mi primera petición es un colchón nuevo, los muelles del actual delatan mis masturbaciones nocturnas, las diurnas las consigo disimular poniendo a todo volumen el disco de boleros que me trajisteis el año pasado. Y de eso quería hablaros. Para el 2008 no quiero ni cedes, ni deuvedeses, ni libros ecologistas sobre como aportar mi granito de arena en la lucha contra el calentamiento global del planeta Tierra.
El segundo, y último regalo que os pido este año es la equipación completa de Sheriff con sus dos pistolas, me da igual que sean de plástico pero sería todo un detalle que fueran de metal, y que pudiera darle vueltas al tambor de las balas, un cargador de los de verdad, nada que ver con esa engañifa en la que se puede colocar un aro de petardos y apretar el gatillo para hacer el ridículo con explosioncillas de chichinavo. La estrella, por favor de los porfavoses, esta si que no, que no sea de plástico. Están muy mal hechas y no dan el pego ni de lejos, yo creo que no limpian los moldes donde las hacen y por eso se quedan esos pegotones en las puntas de la estrella que hacen muy feo, además las letras siempre están desfiguradas y plateadas con pintura de muy mala calidad, que enseguida se desportillan y esos esconchones marrones menoscaban la autoridad del cualquier pistolero, por mucho que sea el más duro y el más rápido de Utrillas City Ciudad Sin Ley; así que la estrella de metal y con un buen imperdible, de esos gordos para que se agarre bien al chaleco, que por cierto, me gustaría que fuese negro con rayitas blancas o gris con los vivos de las costuras en marengo, en cualquier caso de tonos oscuros que los de color marrón son para los ganaderos. El sombrero vaquero lo quiero también en negro de ala ancha y un pelín levantado en los laterales, con cordón a juego y sin adornos, un servidor de la ley tiene que ser parco con la bisutería, aunque si añadís un cinturón para portar las balas con una hebilla que ponga Benidorm y repujado con monedas de dos reales, ese sería un detalle castizo digno del más elegante cowboy que en el Spanish West se pudiera imaginar.
Y sin otro particular me despido de Vuestras Majestades recordándoles que en mi ventana podrán encontrar para compartir con toda la caravana que los acompaña una exquisita selección de turrones, mazapanes y unas croquetas de pescado con las que hoy mismo me ha obsequiado mi suegra, para los camellos un poco de trigo y para vuecencias, en lugar de la tradicional copita de anís, este año les voy a dejar un botellita de güisqui DYC reserva de ocho años, así lo podrán mezclar con ese brebaje que, según dicen las malas lenguas, este año les acompaña para llevarlos en volandas:

05 enero 2008

Enchiriadis

Lo más cerca que había estado del canto coral se lo debía al madrigal titulado “La bella y graciosa moza” compuesto por Joan Sebastián Mastropiero e interpretado por Les Luthiers. Esta deficiencia musical quedó parcialmente subsanada tras el concierto que el Grupo Vocal Femenino Enchiriadis ofreció en día 4 de Enero en la Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza.
El madrigal y la música enchiriadis están separados en su concepción por seis cientos años. El primero reinó en el siglo XVI como técnica a seis voces a la que se podía acompañar con instrumentos, el segundo es un tratado musical del siglo X que estableció las bases para la incipiente polifonía.
Este salto temporal de seis siglos es una nimiedad comparado con el ánimo que recorrió mi cuerpo durante el recital: Boca abierta, ojiplatos, las orejas desplegadas para no peder detalle, las terminaciones nerviosas en prevengan para captar todos los matices y los sentidos en alerta para seguir las indicaciones de director. Jorge Apodaca utilizó desde la expresión facial hasta las puntas de los dedos de las manos para modular las suaves órdenes que movían todas la voces de este grupo que nació en el año 2005 con la intención de alcanzar un alto nivel de calidad “en base a tres criterios: belleza de la voz, formación técnica vocal y conocimientos musicales”
Un concierto de marcado carácter navideño con una primera parte construida, según rezaba en el programa, sobre las obras de autores muy reconocidos del siglo XX, aunque totalmente desconocidos para mi, como Tavener, Vaughan Williams, Rutter y Susa. En la segunda parte interpretaron “A Ceremony of Carols” del reputado compositor inglés B. Britten (con el que comparto día de nacimiento) y de la que puedes disfrutar en esta entrada en una versión grabada en 1995 por el Coro de Mujeres de Vác.
***
“La bella y graciosa moza”
Compuesta por Joan Sebastián Mastropiero e interpretada por Les Luthiers.


Ceremony of Carols (1st part)
Christmas concert in Vác, 1995.Women's choir of the Vox Humana Choir of Vác



Britten: Ceremony of carols (2nd part)
Christmas concert in Vác, 1995.Women's choir of the Vox Humana Choir of Vác

03 enero 2008

Una tarde en Ikea

Una facción femenina de la familia de mi mujer se confabuló para que ejerciera las funciones de chofer y las trasportase hasta el Ikea zaragozano de Puerta Venecia. Primero fueron mis cuñadas quienes entre risas sofocadas tuvieron que escuchar mi negativa, pero no reblaron en el intento y mandaron a dar la cara a mi sobrina de siete años «Tío Javi» me dijo « mi madre me ha dicho que ha visto en la propaganda del Ikea unas cortinas que hacen juego con mi nueva habitación»
No era mi primera visita al gigante del mundo de los muebles y la decoración. El año pasado visité la sucursal de Badalona donde compré un escurre lechugas y dos cuencos metálicos para servir ensaladas. Así que ya conocía el camino serpenteante que te guía a través de las secciones de dormitorios, salones, sofás, utensilios de cocina, mercería del hogar y yo-que-se-cuantas-cosas-más. Me adentré en solitario por aquella vereda, una senda jalonada por una flecha amarilla que, impresa en el suelo, me proporcionó seguridad y orientación, por eso decidí alejarme del grupo. Antes de comenzar a caminar consulté un plano general del recorrido y grité a mis acompañantes «Chicas, nos vemos en la cafetería que esta junto a los juguetes»
Me llamó la atención los libros colocados sobre las estanterías. Eran de verdad, nada que ver con esas horrendas imitaciones en corcho o madera que se pueden ver en otras tiendas y que le quitan a uno las ganas de comprar. Tuve un subidón ante la perspectiva de una tarde rodeada de aventuras, poemas y relatos. Me abalancé sobre una colección encuadernada en blanco, tomé uno de los volúmenes y me dispuse a leer la página dónde el azar detuvo mis dedos. No entendí nada y tuve unos segundos de confusión hasta que caí en la cuenta: ¡¡Estaba escrito en alguna lengua desconocida!! Tomé el libro de al lado, y otro más, y varios de otras estanterías; di un salto hasta la librería de enfrente y el fenómeno se repetía, no había duda: Aquel idioma era el sueco, yo me hice en ídem y avancé con la intención de no detenerme hasta llegar a la cafetería.
La avisté tras una doble curva formada por un enorme container de osos de peluche y otro con más osos blancos que el deshelado Polo Norte. En ese instante bajé la guardia durante el tiempo suficiente para que un ataque combinado de murciélago y araña me aterrorizara. Temí que el vampiro me chupara la sangre o que la tejedora me empaquetara en una tupida tela de la no podría escapar. Reuní todas mis fuerzas hasta que de mis entrañas surgió un espeluznante graznido. Los asaltantes huyeron al ritmo del Dancing Queen de ABBA.
En dos zancadas me presenté en la entrada de la cafetería. Frente a los paneles que informaban de los servicios que allí se dispensaban acerté a encontrar el motivo de tantos sobresaltos. Tras el incidente de los libros había decidido hacerme el sueco, así por las buenas «Pues me hago el sueco» dije, pero no era tan fácil, ni la propia voluntad, ni el libre albedrío eran suficientes. Un cartelón de considerables dimensiones lo decía bien claro “Hazte el sueco, como… Salmón marinado + Albóndigas suecas (15 unidades) + Tarta de almendras + Cerveza Old Gold y Café” Todo por el módico precio de 8,95 Euros. No lo dudé y di buena cuenta de aquellas viandas que me convertirían en un auténtico sueco.
La receta funcionó. Regresé sobre mis pasos y no hubo ataques de ningún bicho aunque lo más sorprendente estaba por llegar. Me acerqué a una librería Billy, cogí un libro de Chugt Judas editado en Estocolmo, me senté en un sofá Fenker y ocurrió el milagro: Las palabras suecas se me revelaron compresibles.
Quise compartir tan extraña experiencia con el clan femenino de la familia de mi mujer, así que volví de nuevo sobre mis pasos, esta vez en la dirección marcada por las flechas amarillas. Lo divisé en la sección de cortinas, frené en seco ante su presencia mítica, ante su rostro inconfundible, ante su sonrisa tan leve como franca, le tendí la mano, me la estrechó con sutileza, sentí la suavidad de las yemas de sus dedos — los mismos dedos que golpean con firmeza las cuerdas del bajo — Me hubiera gustado contarle que había asistido a tres de los conciertos españoles del World Tour 2007, darle las gracias por tantas canciones y por todos los momentos emocionantes que me han proporcionado, pero no pude hacerlo. Las líneas del pensamiento surgían en español pero las cuerdas vocales sólo vibraban en sueco. No tuve opción, me mordí la lengua, puse cara de gilipollas y guardé un silencio cartujano. El último cheroqui del rock and roll me dio las gracias y tras unas palmaditas en la espalda se reunió con su familia, le reclamaba para decidir sobre la tonalidad de un estor.
Estaba preocupado cuando las chicas se reunieron conmigo, al fin y al cabo no podía articular ni una palabra que fuera comprensible, sin embargo mi cara mostraba felicidad porque saboreaba el encuentro con Joaquín Cardiel. Ellas achacaron mi sonrisa a algún deslumbramiento Ikeano, ya se sabe que los conversos suelen ser los más radicales, y ellas estaban convencidas de mi caída del caballo para pasar del descreimiento hasta la consagración en cuerpo y alma al gigante sueco.
No extrañaron mi silencio, entre otras cosas porque cuando a estas chicas les da por hablar no hay un Dios que meta baza. Pasamos por las cajas con rapidez, cargamos el maletero del Citröen C4 con un montón de objetos y abandonamos el Ikea de Puerto Venecia para regresar al barrio. Circulábamos por la Z-30, poco antes de llegar a Miguel Servet, cuando mi mujer me preguntó por el menú del día siguiente. Tensé los músculos del cuello, tosí repetidas veces y en un suspiro de alegría contesté. Lo hice en un magnífico español aderezado con el particular acento andaluz de los que hemos nacido en Utrillas «Salmón marinado + Albóndigas suecas (15 unidades) + Tarta de almendras + Cerveza Old Gold y Café»