La curvatura de la córnea

30 enero 2023

Miles Gloriosus


 


La fiesta de la Plautocracia

Plauto tenía claro su oficio de dramaturgo, se fijaba en las comedias griegas y acentuaba la comicidad mediante la incorporación de chistes y alusiones romanas para conseguir que la cávea en la que se sentaban sus compatriotas fuera un lugar de diversión.

La versión libre que ha escrito Antonio Prieto tiene la dificultad de manejar unos comportamientos que han perdido el valor de la burla que tenían hace 23 siglos, y sin embargo convertir la peripecia y su estructura dramática en la percha para colgar muchos elementos de la comedia plautiana como saturar el enredo con agilidad, dar vidilla a personajes arquetípicos hasta decir basta, un final con moraleja, y añadir con gran acierto que el Panolis de la trama se presente casi cantando un cuplé. Tan solo un pero y una duda: Además de la apuesta segura por la simpleza de los chascarrillos que hacen reír al público, se agradecerían algunos pellizcos para poner en solfa la actualidad. ¿Y si la moraleja, que invita a cambiar la lujuria por una felicidad sosegada, incorporase la pimienta de un zasca a los vanidosos del selfi y los filtros de Instagram?

La escenografía favorece transiciones sencillas y anima el ritmo de la chanza con gestos ridículos y persecuciones dinámicas que subrayan lo grotesco de la situación. La dirección de Pep Anton Gómez estructura con fluidez está enorme cantidad de elementos narrativos para ponerlos al servicio de un elenco en perfecto estado de revista, que con su buen hacer eleva la calidad de la parodia. Y al frente de la tropa Carlos Sobera con ese adorable saber estar de quien sabe que lo tiene, y lo explota, y todos tan contentos. Elisa Mantilla acumula vis cómica y energía para dar y tomar. Ángel Pardo, brillante y preciso, encaja todas las piezas para mayor gloria de la Plautocracia.

 

Ficha de 'Miles Gloriosus'

Calificación: 3 estrellas

Producción: Festival de Mérida y Arequipa Producciones. Autor: Plauto. Versión libre: Antonio Prieto. Dirección: Pep Anton Gómez. Reparto: Carlos Sobera, Ángel Pardo, Elisa Mantilla, Juanjo Cucalón, David Tortosa, Silvia Vacas, Antonio Prieto y Arianna Aragón. Escenografía: Alejandro Contreras.

28 de enero de 2023. Teatro Principal



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27 enero 2023

Sattvam


Foto Le DL /C.N.
 
Una representación para conectar Oriente y Occidente.

La máxima aspiración del teatro total es utilizar la mayor cantidad posible de lenguajes para generar un espectáculo abierto a todos los sentidos. Se trata, en palabras del pintor Schlemmer, de construir un conjunto orgánico de haces de luz, espacio, superficie, movimiento, sonido y ser humano. Esta idea se destila en una fase de teatro postdramático con el objetivo de crear una puesta en escena que, en ausencia de comunicación verbal, todo el espacio esté ocupado por la acción y la pausa en correspondencia con el sonido y el cuerpo del intérprete. Este concepto teatral se aproxima mucho a una de las nueve danzas clásicas de la india: Bharata Natyam.

La compañía 'Théâtre du Rond - Point' presentó en el Teatro de la Estación la función 'Sattvam' como ejemplo de que el teatro total hindú del Bharata Natyam puede conectar con la mirada del espectador occidental.

La esencia del espectáculo radica en unificar sobre el escenario una narración no verbal construida mediante gestos, el alfabeto que surge de los dedos de las manos, la danza que usa los pies como instrumento de percusión para generar ritmos, y los pequeños movimientos que nacen en el cuello y del vaivén de los ojos para que el conjunto de músculos y miradas expresen sentimientos, emociones y deseos.

La avalancha de códigos o lenguajes que el espectador desconoce es tan grande que para facilitar la comprensión del espectáculo, cada una de las coreografía van precedidas por una narración oral en francés sobre titulada en castellano; que unas veces nos avisa de los detalles de un cuento, otras anuncia referencias genéricas como el amor de una madre cuando juega con su hijo, incluso advierte de que también se pueden realizar ejercicios estrictamente técnicos sin intención narrativa. El resultado final en esos tres ámbitos de expresión fue idéntico: Una extraña hipnosis generada por la fuerte personalidad rítmica de una banda sonora en sanscrito que acuna, agita y promueve la comunión entre la danza de los pies, el puntilloso repiquetear que cimbrea los brazos y la profunda intensidad de la mirada. Todos estos deliciosos manjares estéticos, también tienen la intención de aunar la magnitud sagrada del espacio-tiempo con la corporeidad y los sentimientos que cobran vida sobre el escenario y se expanden por el patio de butacas. Unir lo místico con lo humano.

Durante la representación se manejan tal cantidad de códigos y conceptos desconocidos para el espectador medio que, sin la formación adecuada, es imposible descifrar todos los significados que se ponen en juego. Pero no hay que asustarse, 'Sattvam' no pretende esta lectura intelectual, su objetivo es provocar una conexión inmediata y muy intuitiva. Quizás pueda parecer una empresa difícil, sin embargo, gracias a la familiaridad que cualquier de nosotros tiene con el flamenco, la comprensión es prácticamente automática: Taconeo para poner los acentos al ritmo, revolera de brazos y vaivén del cuerpo para contar la historia, los gestos en el rostro para mostrar rabia, amor, celos, y a veces, si el ambiente del teatro lo pide, la bailarina se jalea para conectar de viva voz con el público. 'Sattvam un espectáculo que conecta Oriente con Occidente.

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'Sattvam'

Compañía: Lyakam/Théâtre du Rond - Point. Puesta en escena y dirección: Pascal Renault. Coreografía e interprete: Jessie Veeratherapillay. Escenografía: Jeff Bizieau. Iluminación: Bryce Quétel. Vestuario: Gulam Bhai – Pune/Inde

Teatro de la Estación 26 de enero de 2023.



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26 enero 2023

La casa de Bernanda Alba


 

Poca emoción en la casa de Bernarda Alba

El final de ‘La casa de Bernarda Alba’ pretende reprimir las palabras: “¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!”. Ese silencio postrero siempre se ha presentado como la constatación definitiva del poder. Bernarda manda callar desde la posición ideológica que se define por la tapia en la ventana, la cerraja en la puerta y una cadena para atar el cuerpo de las mujeres encerradas en esa casa que pretende ser una cárcel en la que, con palabras de Luís García Montero, la figura terrible de la madre nos habla de represión y silencio, siempre el silencio como bandera. “Disfrutando de este silencio” que diría Bernarda.

Lluís Pascual dirigió la función atendiendo ese silencio como una fachada que esconde la actitud de quien se agarra a unos principios de autoridad que ve amenazados. Sin embargo Santiago Meléndez defendió un montaje en el que la madre no es una tirana, sino una víctima que adopta ese papel tan español de mantener el honor, un desafío demasiado grande para una mujer que termina por sufrir la pérdida de su hija más querida. Esta mirada permitió a Meléndez mostrar “una Bernarda brevemente dulce”

Juan Mayorga dentro de su obra titulada ‘Silencio’ también dedicó un espacio en el que analizaba el silencio que reclama Bernarda y lo transformaba del tradicional discurso de poder y dominación de una mujer que reclama silencio, en el silencio de una mujer víctima y derrotada. Un experimento dramático que es posible gracias a una prodigiosa interpretación de Blanca Portillo y al manejo de las palabras mediante el tono, la cadencia, el ritmo y la pausa. La magia en que diferentes medidas de esas variables nos pueden llevar al terror, pero también a la ternura.

La apuesta de Anabel Díaz al frente de El Tejo Producciones va en esa misma dirección cuando, en declaraciones a Las Mañanas de Onda Aragonesa, la directora de la función afirmaba que más allá del arquetipo de una Bernarda mala, su pretensión es  darle un aspecto de humanidad. Y ese objetivo lo consigue. La frase final alcana un cierto aroma de ternura, pero la función tiene tan solo eso y poco más.

La escenografía, en un intento de ir más allá de la sobriedad de cuatro sillas, un taburete y “doscientas mujeres de luto con pañuelos grandes, faldas y abanicos negros, apuesta por una video proyección de imágenes simbólicas y reales para mostrar acontecimientos que ocurren más allá del escenario. Prevalece el contraste brutal y sin matices de un interesante duelo entre el blanco y el negro que sin embargo no va más allá de un encaje que no aporta vitaminas narrativas. Más bien ocurre lo contrario. Las imágenes de tono realista suelen desviar la atención de la potencia expresiva característica del texto, incluido el icono final de Adela que empequeñece con la evidencia el grito y la señal de la cruz como el preámbulo dramático al silencio final; o muestran actitudes y situaciones que no aportan ninguna información de interés narrativo, si acaso tan solo desvían la atención de las palabras del escenario hacia una ventana por las que las hermanas se asoman a la espera del vendedor de encajes. Las imágenes de carácter simbólico, como las de un caballo ¡acompañado de gemidos!, son un subrayado innecesario que tan solo sobre significa pasiones que no se sienten, porque el manejo de las palabras y los gestos no han sido suficientes para desplegarlas sobre el escenario.

Anabel Díaz en sus declaraciones en la radio anunciaba la representación de un hogar que se convierte en un ring donde está presente la violencia, la desesperación y la tragedia. Sin embargo esa imagen tan corporal del combate está muy alejada de una función donde los personajes no alcanzan el peso y la densidad que el drama exige. La verbalización del texto no tiene ese eco que nace de las entrañas y, como si las cuerdas vocales fueran suficientes, las frases casi siempre se dicen de corrido, tan a la ligera que no da tiempo a que las palabras se polaricen, se carguen de pasiones y exploten expandiendo la metralla del odio, el amor o los celos. Por eso vuelan aparentes, etéreas y sin consistencia. Esa falta de carnalidad en la disputa dialéctica también se detecta en los contactos físicos que parecen de atrezo, poco contundentes, con una blandura que nos aleja de los latidos de la verdad dramática. Algunos de los diálogos entre Poncia y Bernarda están por encima de estas consideraciones tan personales que, aunque el tono general está muy alejado de la emoción, el patio de butacas despidió al elenco con un aplauso notable y prolongado.

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Compañía: El Tejo Producciones. Autor: Federico García Lorca. Dirección: Anabel Díez. Intérpretes: Pilar García Solar, Belén Galarza, Eva Barón, Lydia, Alicia Liaño, María Olea y Asun Hoyuela. Colaboraciones video: Luz González, Susana Díaz Pousada, Julia Fernández Garrido, Jimena Fernández Ramos, Valeria Ruiz Peña.

 

Teatro de las Esquinas 25 de enero de 2023..

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21 enero 2023

Las guerras de nuestros antepasados

 



'Joder, qué maravilla'

Miguel Delibes publicó 'Las guerras de nuestros antepasados' en 1975 para cumplir con dos retos personales: Escribir una novela completamente dialogada entre un condenado a muerte y un médico penitenciario, y poner en valor la riqueza de vocabulario y la forma de hablar propia de los campesinos. Quince años después hizo una adaptación teatral junto a Ramón García, que Haro Tecglen definió como un falso diálogo entre un personaje de servicio y largos monólogos del protagonista.

La actual adaptación de Eduardo Galán acierta en tres puntos fundamentales: Retoma la idea inicial para que los diálogos tengan la responsabilidad formal de crear tensión dramática y empujar la historia hacia adelante. Expurga del texto original gran parte de los términos del habla rural que provocan una permanente Romería al diccionario. Sintetiza las peripecias del protagonista y sin embargo escenifica perfectamente la complejidad de un carácter zarandeado por el destino y algunos avíos del comportamiento humano.

La escenografía de Mónica Boromello se aleja de la acotación de Delibes sobre una consulta médica y una gran ventana con barrotes. Unos prismas delimitan la geografía del laberinto generado por una vida supeditada, que la dirección de Claudio Tolcachir convierte en contenedores de recuerdos para Transitar por Trochas de Pasión, Canteras de Odio y Muros de Trena.

Las andanzas y palabras que se quedan fuera son sustituidas por un sobresaliente trabajo actoral definido en términos futboleros: Miguel Hermoso con sus preguntas, argumentos y aseveraciones hace movimientos de sacrificio mediocampista para crear espacios libres que son ocupados por la calidad todoterreno de Carmelo Gómez, su gambeta en el gesto, y las cuerdas vocales filtrando frases como para afirmar: ', qué maravilla'.

 

Ficha 'Las guerras de nuestros antepasados'

Calificación 4 estrellas

Producción: Pentación y Secuencia 3. Productor: Jesús Cimarro. Autor: Miguel Delibes. Adaptación: Eduardo Galán. Dirección: Claudio Tolcachir. Reparto: Carmelo Gómez y Miguel Hermoso. Escenografía: Mónica Boromello. Iluminación: Juan Gómez-Corrnejo.



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15 enero 2023

Molly Bloom

 


Los latidos de la vida

En febrero de 2022 se conmemoró los 100 años de la publicación del ‘Ulises’ de Joyce. La historia que se cuenta en el Dublín del 16 de junio de 1904 con tres partes que corresponden a Dedalus, Leopoldo Bloom y la culminación de la novela con el monólogo interior de su mujer Molly Bloom, ocho frases kilométricas exentas de signos de puntuación.

El 16 de enero de 1980 el diario El País publicaba una crítica de Eduardo Haro Tecglen sobre ‘La noche de Molly Bloom’ de Joyce interpretada por Magüi Mira. A lo largo del texto el periodista hacía una referencia a otro monólogo, ‘Cinco horas con Mario’ de Delibes con Lola Herrera sobre las tablas. Cuarenta y tres años después, el 13 de enero de 2023 ambas actrices coincidían en los escenarios de la ciudad de Zaragoza. Lola Herrera en el Teatro Principal con la obra “Adictos” dirigida por Magüi Mira que, en su faceta de actriz, regresaba a las palabras de Joyce en el Teatro de las Esquinas con ‘Molly Bloom’

Magüi Mira concedió una entrevista a Antón Castro para el Heraldo de Aragón en la que afirmaba que con el paso del tiempo se había dado cuenta de “la potencia del texto, de la sabiduría de Joyce, de cómo conocía el alma y las ansias de las mujeres.” Esa nueva mirada y la permanencia del personaje a lo largo del tiempo nos invita a realizar un viaje retrospectivo.

Haro Tecglen en su texto de 1980 subrayaba la nula importancia que tenía que la adaptación de José Sánchís hubiera “traicionado” el texto original, porque aquella infidelidad aportaba “coherencia en el relato”, “cierta teatralidad” y una “intención dramatúrgica”. Magüi Mira en enero de 2022 le confesó a Juan Cruz en El País que aquel texto de hace 40 años “era un ejercicio de seducción”. Tal vez por eso, la crítica de Haro Tecglen resaltaba que la interpretación de la actriz bullía en la cama caliente.

La actual aproximación al monólogo de Molly Bloom cuenta con la autoría doble Marta Torres y Magüi Mira. La primera afirma que el texto de la función es un ejercicio que nos permite cuestionar la visión establecida del universo femenino para reflexionar sobre todo lo que las mujeres han logrado y de lo les queda por alcanzar. Mientras Magüi Mira afirma que nos encontramos ante una obra de teatro “que antes escandalizaba y que ahora avergüenza”, que ella comprende la resignación de la protagonista como la generosa aceptación del deseo insatisfecho por ser amada, y al mismo tiempo reconocerse como un espíritu libre que no se somete ni al control ni al abuso masculino porque sabe que otra vida es posible. Esta nueva mirada sobre la obra de Joyce inevitablemente se proyecta sobre la interpretación pero también afecta a la mirada del público y así, todo lo que antaño se percibía como impactante o escandaloso, ahora en muchos momentos el patio de butacas lo recibe como la decantación de un humor fresco y la ironía descarada de una mujer esencialmente dueña de su destino y de sus pasiones.

Algunas de las reflexiones de Molly Bloom provocaron suficientes sonrisas entre los espectadores como para llevarme hasta el mes de febrero de 2020, cuando en las mismas tablas del Teatro de las Esquinas se programó ‘Cinco horas con Mario’ protagonizada por Lola Herrera. En aquella función también se escucharon sonrisas provocadas por las confesiones que contaba Carmen Sotillos, y como aquellos  sucedidos de hace cuarenta años podrían definir el pensamiento medio del españolito-que-al-mundo-vienes-te-guarde-Dios y sin embargo, en pleno siglo XXI eran recibidas como los recuerdos de una abuela a la que queremos profundamente porque, si en el pasado eran moneda común para justificar lo injustificable de un régimen dictatorial, ahora se percibían como una delicia costumbrista que denunciaba la situación de la mujer en medio de aquella sociedad. Pero volvamos a Molly Bloom.

Dos focos de tonalidades verdes iluminaban una cama de hierro, el cabecero y los pies prendidos de barrotes para que no se escapara un colchón delgado y poco mullido. Molly aparece agarrada a la cama, ese será su espacio vital durante gran parte de la representación. El pelo blanco aporta la imagen de una mujer potente envuelta en la delicadeza de unas telas negras bajo las que se adivinan unas medias tan rojas como la pasión de esos labios por los que brotan todas las palabras, las más delicadas para el amor y los recuerdos; las más explícitas para el sexo y la injusticia. Todas ellas acunadas por una dicción al vaivén de los matices que a veces son pausas, dudas o repeticiones. El plano del viaje emocional lo encontramos  en el movimiento de sus manos, el guiño de su mirada y el vaivén de su cuerpo. Todas las herramientas de la interpretación al servicio de un ritual que salta de un estado de ánimo a otro con la hermosura dramática de la precisión. Hay un momento clave en el que la coreografía abandona el cobijo de la cama, escapa de esa cárcel donde conviven placer y resignación, y toda la energía se proyecta hacia el proscenio que, como si fuera un balcón, recibe los gritos y la energía de quien pide una bocanada de libertad. Entonces llegó el momento más difícil de la función.

Ya era la segunda vez que ocurría. Un espectador maleducado dejó sonar su teléfono móvil y amenazó con destruir la obra de orfebrería que Magüi Mira estaba dibujando sobre el escenario. La actriz tuvo un segundo de duda, por un momento creí que los pitidos la había sacado del papel y todo terminaría en un desastre. Pero fue un espejismo. La actriz prolongó su sonrisa, mantuvo el equilibrio del gesto y esperó a que el gañan apagara aquel incordio y así, cuando el insensato devolvió el silencio a la sala, la elegancia de la diosa retomó el monólogo en la frase anterior a la interrupción y siguió con su lección magistral hasta que la sala se fundió a negro. El aplauso del respetable fue largo, profundo y cargado de emoción. Magüi Mira había impartido una clase magistral de como los latidos de la vida pueden encarnarse en la ficción dramática que representa el teatro.

 

‘Molly Bloom’

Producción: Pentación Espectáculos y Mirandez Producciones. Productor: Jesús Cimarro. Autor: James Joyce. Versión y dirección: Marta Torres y Magüi Mira. Reparto: Magüi Mira. Diseño de iluminación: José Manuel Guerra. Diseño de vestuario: Helena Sanchis. Espacio sonoro: Jorge Muñoz. Gerencia y regiduría: Jorge Muñoz. Diseño de cartel y fotografía: Geraldine Leloutre.

13 de enero de 2023. Teatro de las Esquinas

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14 enero 2023

Adictos

 



La distopia que no llega

Las distopías representan sociedades futuras cargadas de características negativas con la intención de criticar el presente. Al principio eran historias que acontecían en realidades muy alejadas del lector. Esto ha cambiado. La peripecia de 'Adictos' parece que transcurre a la vuelta de la esquina: Mentiras que moldean la vida, avalancha de información para desinformar y una democracia con pronóstico reservado.

Una obra literaria puede sostenerse en base a la potencia de su lenguaje, pero un espectáculo teatral necesita de una arquitectura formal que vaya más allá del relato y construya un discurso escénico. Sin un buen texto todo es más difícil. La narración de Daniel Dicenta y Juanma Gómez pretende poner en valor una realidad distópica que nunca está en escena, y que tan solo llega al patio de butacas a través de un eco que a veces es una retahíla de acontecimientos, noticias leídas en un dispositivo electrónico o conversaciones telefónicas. Estos elementos narrativos tan solo sirven para contar, siempre aparecen ajenos a la acción dramática y abonan una deriva hacia el discurso retórico, que en algunas ocasiones se subraya con la utilización de imágenes para certificar la enorme distancia que hay entre el texto y el teatro.

Lo más atractivo de la puesta en escena es el interesante papel de una iluminación con capacidad para crear ambientes y volúmenes que envuelven el trabajo actoral. Esa es la tabla de salvación de la función: Breves momentitos en los que las tres actrices encuentran unas líneas sobre las que desarrollar su buen hacer. Ana Labordeta eficaz y sobria no necesita nada más. Lola Baldrich y Lola Herrera comparten el mejor momento cuando sus personajes abordan vivencias personales, y pueden mostrarnos voces y actitudes con calado humano y verdad teatral.

 

'Adictos'

Calificación: 3 estrellas

Producción: Pentación Espectáculos. Productor: Jesús Cimarro. Autores: Daniel Dicenta y Juanma Gómez. Dirección: Magüi Mira. Reparto: Lola Herrera, Ana Labordeta y Lola Baldrich. Iluminación: José Manuel Guerra.

12 de enero de 2023. Teatro Principal



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09 enero 2023

Pinocchio: Una historia delirante


Pinocchio: Un clásico filtrado por una nueva mirada

La distancia que va desde el cuento de Pinocho que Collodi escribió en 1882 hasta la versión de Disney de 1940, es la que va de un niño a un adulto. Nuestra imagen infantil de la historia la conecta con una fábula que nos enseña a portarnos bien, ir al colegio, obedecer a los padres y no mentir. Sin embargo, como recuerda Roberto Vezzani de la Fundación Nacional Carlo Collodi para la BBC, si aplicamos una mirada de adulto nos encontramos con un cuento que contiene un mensaje crudo y real, el de una persona desencantada que se dirige a sus contemporáneos para mostrarles una sátira que crítica al afán desmedido por enriquecerse.

La historia original de Pinocho es muy negra y comienza con una marioneta que en fase de fabricación ya se dedica a maldecir, dar puntapiés, y es tan alicate como para sentenciar que su oficio es el comer, beber y divertirse. Sin embargo, después de mucho desobedecer y tropezar, el autor cuelga a Pinocho de un árbol donde lo deja más tieso que la mojama. El objetivo es que el efecto moralizante de la muerte del protagonista tenga un gran impacto como para reconducir conductas similares. Pero ay ay ay, el éxito del personaje obligó a Collodi a retomar las entregas de su historieta y tuvo que resucitarlo. El capítulo en el que los doctores determinan si el muñeco de madera está vivo o muerto es delirante.

Esos nuevos caminos en la segunda vida de Pinocho son los que más influyeron en la versión de Disney. Y precisamente ahí se inicia la dramaturgia del espectáculo de Canti Vaganti, se trata de recordar como aquella película dibujó un personaje edulcorado que ahora se revindica de una manera diferente. La tesis que defiende la función, sin llegar a ser tan oscura como en el cuento original, es que uno de los objetivos de la vida es ganarse el pan con el trabajo de las manos o del intelecto, y que para alcanzarlo no es necesario engañar, maltratar o abusar del personal. Organizar nuestra vida por un camino de bondad es tan solo una opción, hay otras vías como alsq que usa Pinocho, sin embargo, el camino elegido no debería ser el preámbulo para convertirnos en parte de la cadena que alimenta un determinado sistema de valores, económicos y espirituales. La idea es que los errores, las aventuras, las idas y venidas también son parte del aprendizaje, la garantía para que todos lleguemos a la meta, aunque sea por diferentes caminos, como la marca de la casa que nos diferencia a unos de otros, lo que nos hacer irrepetibles, como las buenas marionetas.

El formato de la obra se puede situar a medio camino del cuento ilustrado y las radionovelas. Hay unos narradores que con su voz empujan la acción, mientras los actores las representan en escena con algunos bocadillos en forma de diálogos. Las voces en off de Alberto San Juan y Pilar Gómez guardan las esencias de los contadores de historias, pero el salto teatral se produce sobre el escenario. La escenografía es un desparrame de objetos que van cobrando vida y significados diferentes para convertir un serrucho en metralleta, a una escalera en la quilla de una barquichuela. La guinda a las sorpresas la ponen Kateleine Van der Maas con un eficaz trabajo de mutación para apoyar el magnífico trabajo de Bruno Gullo transformado en Pinocho gracias a la magia de unos movimientos corporales y la capacidad expresiva de sus rostro para transmitir el frágil equilibro de la marioneta y al mismo tiempo la fortaleza de su determinación para seguir hacia adelante.

 

'Pinocchio, una historia delirante'

Producción: Canti Vaganti. Autor: Carlo Collodi. Adaptación: Kateleine van der Maas y José Luis Sixto. Dirección: David Ottone y José Luis Sixto. Reparto: Bruno Gullo y Kateleine van der Maas. Voces en off: Alberto San Juan y Pilar Gómez. Escenografía y máscaras: Eleni Chaidemenaki. Diseño de iluminación: Raúl Baena. Diseño de Vestuario: Anna Tusell. Música y espacio sonoro: Mauri Corretjé (Riera Sound)

03 de enero de 2023. Teatro de las Esquinas.


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06 enero 2023

Ser o no ser

 


Saciarse de vodevil

Terenci Moix afirmaba que Lubitsch en 1942 utilizó con sabiduría todos los recursos de la dirección de comedias para convertir 'Ser o no ser' en un delirante juego donde la vida y el teatro se confunden constantemente. La principal virtud de la película es conseguir un equilibrado espíritu corrosivo que transita entre el discurso grotesco y mordaz que ridiculiza el totalitarismo nazi, y la subtrama de una comedia ligera que cuenta la peripecia de un matrimonio amenazado por un joven y apuesto aviador. La comicidad se desencadena por la tensión generada entre estos dos planos narrativos.

Sin embargo, tanto la versión que ha escrito Bernardo Sánchez Salas como la dirección de Juan Echanove se decantan sin miramientos hacia una intriga caracterizada por un aroma de vodevil que coloniza toda la función y así, la comicidad abandona los apetitosos terrenos de la ironía fina y disimulada, para adentrarse en una caricatura que adereza el texto original con chistes y estereotipos que buscan la carcajada fácil y predecible.

La puesta en escena es espléndida, desde la utilización de video proyecciones con valor narrativo hasta una cuidada ejecución técnica de todos los elementos escenográficos. Los actores se enfrentan a una trama compleja con un trabajo excepcional. No hay tregua. Se agradece el ritmo trepidante de unas interpretaciones perfectamente afinadas con el tono ligero por el que se desliza la función y el múltiple vaivén de identidades, hasta alcanzar algunos momentos de gran brillantez, además de un sencillo y delicioso homenaje al 'Gran Dictador' de Charles Chaplin. Este gran esfuerzo para mostrar las esencias del vodevil no llegó a provocar la risa de quien esto escribe, pero fue correspondido por el resto del público con una larga ovación final.

 

'Ser o no ser'

Producción: Okapi Producciones. Guión: Edwin Justus Meyer y Melchor Lengvel. Adaptación: Nick Whitby. Versión: Bernardo Sánchez Salas. Dirección: Juan Echanove. Reparto: Juan Echanove, Lucía Quintana, Ángel Burgos, Gabriel Garbisu, David Pinilla, Eugenio Villota y Nicolás Illoro. Escenografía y vestuario: Ana Garay. Iluminación: Carlos Torrijos. Videoescena: Bruno Praena.

04 de Enero de 2023. Teatro Principal



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