La curvatura de la córnea

24 septiembre 2022

¿Qué hacemos con Ubú?


 

Ubú Rey: Poder,  gula y postmodernidad

Alfred Jarry estrenó Ubú Rey el 10 de diciembre de 1896 como respuesta al teatro realista caracterizado por su capacidad de representar personaje y preocupaciones con aspiraciones contemporáneas. César Oliva recuerda que el texto de Jarry quería destruir las normas imperantes con un teatro de marionetas en el que la caricatura y la farsa de los personajes recaiga sobre el lenguaje y las poses, y la risa destructiva y grotesca se aleje de la comedia y el vodevil tradicional hasta llevarlo a terrenos tan absurdos como irracionales.

Lola Bermúdez afirma que la obra, más allá de la crítica al poder, pone el foco en la imbecilidad de quien lo ejerce hasta generar la risa negra que provoca el desconcierto ante tanta tragedia y estupidez. Un drama con aires de comedia que aspira a desactivar toda la majadería que se esconde detrás de Ubú Rey, una máscara que deforma la realidad para que nos fijemos sin miedo en la figura del tirano tonto, cobarde, avaricioso y criminal.

La compañía argentina Tres Tigres Teatro define a su Ubú como "un muñeco gigante". En este terreno de las formas, el especialista en títeres Adolfo Ayuso me recuerda que hay una sutil frontera entre la máscara y la marioneta, si la primera oculta el rostro, la segunda permite al titiritero introducirse dentro de ella, sin embargo ante la imagen de del muñeco gigante que viene de Argentina, cualquier zaragozano de cuna o padrón lo relaciona inmediatamente con los tradicionales cabuzudos que, en palabras de Maryse Badiou, transforman la anatomía humana, modifican las proporciones corporales y ponen en riesgo el equilibrio, esa desproporción situada sobre el escenario permite alejarlo de la dimensión habitual de estos personajes como centro de la fiesta popular.

El comienzo de la función resolvió de inmediato estas pequeñas disquisiciones teóricas con un reparto equitativo de formas y papeles. Madre Ubú es una máscara. El militar traidor, el rey derrocado y su hijo son cabezudos. Ubú Rey es un compendio entre ambos universos.

Fernández Goncalvez y María Nelia Ferrez han hecho una interesante adaptación libre de este clásico con un comienzo titubeante en la presentación de los personajes que se sostiene gracias a la deliciosa ambientación musical utilizada como elemento narrativo para aromas de romance, juguetona en las risas, tenebrosa en la tragedia hasta alcanzar un puntito pop naif para subrayar los dos mensajes principales sobre los que se construye la obra: Gula y postmodernidad.

La gula es una metáfora transversal para que la panza del protagonista sea la medida que muestre el poder desmedido, la crueldad y el egoísmo. Las sonrisas iniciales ante la glotonería mutan cuando el drama hace acto de presencia y la aventura se adentra en los comportamientos despóticos de quien solo piensa en su propio beneficio.

La apuesta postmodernista de la función conecta con el presente, un tiempo histórico marcado por el individualismo y la sociedad de consumo y así, aunque se cumple con el objetivo original de mostrar el lado más oscuro del poder, la espiral de violencia que lo mantiene a flote y la miseria moral de quien lo ejerce, el epilogo de la función sitúa el centro del debate en una carga de profundidad que deja Ubú Rey oculto, y sitúa el foco sobre los espectadores para preguntarles, ¿Cómo utilizamos nuestras habilidades sociales? ¿Qué pasa con y ese despotismo de baja intensidad que aflora en cuanto nos descuidamos?

Las escenas más brillantes se producen cuando por el escenario transitan multitudes, unas veces en triada de aristócratas, finanzas y justicia, otras una perfecta formación militar, o la mirada temerosa y precavida de unos campesinos que, como nosotros, quizás deberían plantearse que quizás sea cierto que a rey muerto, rey puesto y venga de nuevo la rueda de un poder desmedido que engulle manjares, instituciones y súbditos pero, ¿qué hacemos ante esa figura tan poderosa como vulgar? ¿Imitamos sus despropósitos? ¿Construimos muros de contención para que tanta inquina no penetre en nuestros comportamientos? Esos son los dilemas morales, las preguntas esenciales que Tres Tigres Teatro deja flotando en el aire y que cumplen con esa máxima que dice que la función cultural, social y política del teatro, lejos de proporcionar respuestas, es generar buenas preguntas.

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¿Qué hacemos con Ubú?

Producción: Tres Tigres Teatro. Autor: Alfred Jarry. Versión libre: Jorge Fernández Goncalvez y María Nella Ferrez. Titiriteras: Laura Ferro, Yanina Pérez, Delia Perotti. Músicos: Jorge Fernández Goncálvez, Carolina Vaca Narvaja. Dirección y puesta en escena: María Nella Ferrez. Música original: Jorge Fernández Goncalvez. Diseño y realización de Muñecos gigantes: Marcelo Fernández. Realización general: Yanina Pérez, Delia Perotti, María Nella Ferrez, Laura Ferro. Realización
Audiovisual y Fotografías: Producciones Anónimas: Abril Fernández Ferrez y Santiago Sarmiento. Iluminación: Rafael Rodríguez.

Teatro Arbolé 23 de septiembre de 2022

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17 septiembre 2022

Por los ojos de Raquel Meller



 


Una vida de copla

Hugo Pérez de la Pica ha escrito esta función para deambular poéticamente por la vida de Raquel Meller y mostrarnos, mediante una dramaturgia apenas esbozada, una airada personalidad que la enfrentaba con la mayoría de artista de su época, acertadas pinceladas históricas para situarnos en la crisis de identidad de 1898, y una referencia política que olvida el fuerte componente monárquico de quien apoyó la dictadura de Primo de Rivera y en 1935 negó el saludo a Margarita Xirgú por su apoyo a la República. Todas estas peripecias tan solo son el adorno narrativo que, si al principio de la función se advierten frescos y atractivos, al final se tornan azarosos y restan brillantez a este viaje, una fantasía musical que comienza en un taller de costureras hasta llegar a la cima del mundo donde la diva confesó: 'Nadie me quiso nunca'.

«Por los ojos de Raquel Meller» muestra la evolución musical de una joven cupletista que fue capaz de abandonar el estereotipo erótico-festivo y dignificar el género incorporando canciones melodramáticas que exigían una voz modulada, perfecta dicción y atender a los detalles del argumento para volcar todo el sentimiento en la interpretación. El sugerente acercamiento al universo creativo de la tonadillera es posible gracias al buen trabajo de todo el elenco, un apabullante vestuario, el ambiente crepuscular de los números de variedades y un amplio repertorio de canciones al brioso compás que Tatyana Studyonova marca al piano, mientras la voz cristalina de Helena Amado, en el papel de Raquel Meller, pasa del corpiño de lentejuelas de una gatita al miriñaque del luto para un relicario, con el mismo desparpajo de una violetera que anuncia la primavera y hace mutis por el foro para desvanecerse como en un sueño, mientras en su tumba nadie pone flores.

 

Ficha Técnica «Por los ojos de Raquel Meller»

 

Calificación: 3 estrellas

 

Producción: Teatro Tribueñe. Dirección y escenografía: Hugo Pérez de la Pica. Pianista y dirección musical: Tatyana Studyonova. Reparto: Helena Amado, Candelaria de la Serena, M. Juárez, R. Osuna, B. Albayati, I. Oriola y Z. Calero. Vestuario: Carmen Bravo, Concha Morillas, Carmen Rodríguez de la Pica y Milagros Sánchez.

Teatro del Mercado. 15 de septiembre de 2022.

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11 septiembre 2022

El sueño de la razón



 Razones para un teatro necesario

El teatro histórico de Buero trata de iluminar el presente con la dramatización de problemas colectivos a través de casos individuales, para que el espectador necesite modificar la realidad en la que vive. La adaptación de Carlos Plaza, muy bien arropada por el espacio sonoro y la proyección de imágenes con las pinturas de Goya, quiere reflejar los monstruos de nuestro tiempo: Confundir realidad y ficción mientras la razón, acallada por mentiras y floripondios, pierde terreno frente a quienes jalean la incultura. La función sobrevuela tres planos diferentes.

Sitúa al público junto a Goya, de manera que en presencia del pintor tan solo se escucha su voz. El elenco, especialmente Ana Fernández, sale airoso de este artificio que cercena la palabra en favor del gesto y la mueca, mientras Antonio Valero, que compone un Goya inconmensurable, transita por una sordera de sentimientos encontrados, sorna baturra contra los reaccionarios y un delirio tan lúcido como generador de sueños.

Enfrenta la tiranía del absolutismo con el pensamiento liberal. El rey y el pintor ocupan espacios diferentes conectados por el miedo: Fernando VII a perder la majestad del poder. Goya al declinar de su arte. Sin embargo se abre una puerta al entendimiento entre la España de camisa blanca y sotana negra gracias al esgrima verbal con el que Carlos Martínez Abarca y Fernando Sansegundo hablan de nosotros desde el pasado.

Revela la brutalidad de una tragedia que asalta el espacio privado para humillar y consumar la vejación del lado más débil de la historia, y de esta representación porque, mientras la acotación original de Buero invita a esconder lo más deleznable de la acción, Carlos Plaza opta por mostrarlo sin conseguir el efecto emocional que precisa el drama para alcanzar un final por todo lo alto.

Ficha Técnica «El sueño de la razón»

Calificación 3 estrellas

Productor: Celestino Aranda. Autor: Antonio Buero Vallejo. Adaptación y dirección: José Carlos Plaza. Reparto: Antonio Valero, Ana Fernández, Fernando Sansegundo, Carlos Martínez-Abarca, C. León, M. Peidro, M Heredia, M. Pernas, A. Pérez y S. Ramos.  Escenografía: Javier Ruíz de Alegría. Audiovisuales: Álvaro Luna. Sonido: Arsenio Fernández.

Teatro Principal. 9 de septiembre de 2022.

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06 septiembre 2022

Una noche sin luna

 



Lorca en primera persona

Amin Maalouf defiende que la identidad se construye y transforma a lo largo de la vida, y quienes la reducen a una sola cosa son los sectarios y los intolerantes. Juan Diego Botto escribió esta función para encontrar al poeta, músico, dramaturgo y ciudadano, sin embargo había una evidencia imposible de soslayar: Lorca es un desaparecido, un asesinado con la voluntad de eliminar su rastro físico y destruir su recuerdo. Ese empeño en el olvido también forma parte de la identidad de España, y la función lo incorpora con una evidente intencionalidad política para que la dramaturgia, lejos de convertirse en un panfleto, transforme el debate de ideas en un ejercicio teatral impecable.

El teatro no es la vida aunque la encarnación de Botto en el cuerpo y el alma de Lorca lo parezca gracias a un trabajo brillante, fresco en el diálogo con el público, sinuoso en la narración que viaja entre un vals vienés y lenguas como puños, hasta seducir con ese manojito de humor que alivia tensiones y penas. La dualidad Botto-Lorca conecta con asombrosa precisión palabras, pensamientos y actitudes de hace un siglo con la actualidad política, social y cultural. La dirección de Perís-Mencheta busca precisión y sutileza en los pequeños gestos, hasta que el dolor transforma la escenografía de polvo y madera para decirnos que somos lo que somos por la memoria que guardamos del recorrido personal y colectivo.

El público respondió con una larga y emotiva ovación a modo de garantía: La memoria del poeta que les había hablado de tú a tú estará a salvo, sin embargo cuando la luz de sala apagó el aplauso al actor, había otra evidencia imposible de soslayar: Su padre, Diego Fernando Botto Alduncín fue secuestrado y asesinado en 1977 durante la dictadura de Videla en Argentina. Voces de muerte sonaron.

 

Ficha Técnica de «Una noche sin luna»

Calificación: 4 Estrellas

Producción: La Rota producciones y Barco Pirata producciones. Autor e intérprete Juan Diego Botto. Dirección Sergio Peris-Mencheta. Escenografía: Curt Allen Wilmer. Iluminación: Valentín Álvarez. Vestuario: Elda Noriega.

Teatro de las Esquinas. 4 de septiembre de 2022.


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