La curvatura de la córnea

27 febrero 2023

Sobras completas. Volumen 1

 




Una fiesta gozosa

El primer volumen de las 'Sobras completas' parte de dos premisas. La primera es gastronómica. Aunque la Odisea de Homero ha sido el festín de innumerables propuestas culturales y artísticas durante 29 siglos de historia, todavía queda lo mejor: El regocijo de rosigar sus huesos para que la hecatombe de la Grecia Antigua continúe en la era del algoritmo. La segunda es teatral. La dramaturgia consigue una peripecia divertida a partir de un texto con excelente vigor literario, que crece gracias a una partitura musical al servicio de la parodia y la palabra inextinguible de un comediante empeñado en despertar la conciencia del espectador.

Esteban es el actor que canta, baila y hace virguerías con el flow para mostrar el devenir del comportamiento humano. El piano de Ibarrola es la precisión matemática de un Pentagrama gestual. La relación entre ambos parece regida por el principio de incertidumbre cuántica: Si atiendes al texto se difumina la música y viceversa. Pero solo es un espejismo. Sobre el escenario se desarrolla la relación clásica del devenir atómico, cuando elementos diferentes se enlazan para obtener un material nuevo y estable: Disfrutar del teatro.

La escenografía es diáfana para solaz de una banda sonora que, con texturas y ritmos elásticos acompaña a unos personajes que abandonan La epopeya homérica para contarnos vidas y anhelos. El rayo de Zeus atrapado en una serigrafía. Ulises ese héroe que se excusa por sus hazañas. Los secundarios intercambian gorras para contradecir a Calderón y soñar lo que no son. La belleza de Helena pide perreo al despecha'o. De la'o a la'o y a otro la'o. El ritual termina cuando el rapsoda apaga las lámparas de la ficción y declama el objetivo más importante del hombre: No apresures nunca el hermoso viaje que te hace Sabio.

 

Ficha Técnica

'Sobras completas. Volumen 1'

Calificación: 4 estrellas

Basado en 'La Odisea' de Homero con dramaturgia de José Luís Esteban y música de Naiel Ibarrola. Producción, dirección y reparto: José Luís Esteban y Naiel Ibarrola.

25 de febrero de 2023. Teatro del Mercado.



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18 febrero 2023

17 Acciones

 


17 Acciones heterodoxas entre la vida y el teatro

`17 Acciones` es una función en la que Noelia Marín y Gabriel Caballero plantean un mundo teatral dividido en dos planos narrativos que, ocupados por una performer y un actor, encuentran un semillero creativo en el espacio común de los sueños.

Para situarme ante la acción acudo pongo a los protagonistas bajo una  premisa que los defina: El actor ocupa el centro del acontecimiento teatral bajo el paraguas o la tempestad de un texto y unas acciones establecidas previamente para interpretar un personaje que no es él. La performer se caracteriza porque utiliza otros lenguajes narrativos, pero en lo fundamental habla y actúa en nombre propio en tanto que artista y persona. La introducción abona este terreno previo y deja claro ambos papeles: El actor se esconde tras la máscara. La performer parte de la intimidad más personal para vestirse de artista. Es el momento de lanzarse por un tobogán, un sube y baja para que todos, también el patio de butacas, juguemos con palabras, gestos y bailes.

El lenguaje textual ese el territorio esencial del actor y ahí se muestra seguro y con aplomo. La pausa y la cadencia de su voz es el vehículo que cuenta historias. La performer transita de una manera muy personal por el arte mayor de leer poema. Lo hace con una dicción de corrido que, con su puntito indolente, se sitúa en una actitud tan personal como poco interesante hasta sumergirse en las antípodas de la representación.

La aparición del gesto provoca en ambos protagonistas una reacción muy diferente. El actor se esconde en la falsedad de un air guitar para generar energía escénica mediante la tensión entre su silencio y el Trash Metal, pero ese contraste exento de palabras se percibe tan plano como impostado. El actor enmudecido pierde pie porque la energía no se transforma en la emoción y, aunque se desfonda, su esfuerzo no va más allá de una caricatura. La performer por el contrario se mueve diáfana, su cuerpo genera ondas que atrapan la mirada del espectador mientras el actor cae cautivo de la repetición de las acciones propias de cualquier obra de teatro. Va y viene una y otra vez atrapado en el ciclo botella-vaso-escenario-embudo. El actor se enfrenta a un bucle que no entiende. La repetición teatral solo tiene sentido si la función se resetea y se comienza de nuevo. Sin embargo, no hay una justificación argumental cuando la repetición se produce en la misma escena, y entonces se pierde músculo teatral, al menos hasta que la performer acude en su ayuda, rompe el bucle y crea la imagen de una fuente como una copa de vino.

La actitud del actor y la performer es muy positiva cuando el espacio en el que se desarrolla la representación se pone patas arriba. Es el momento de las mareas de las sillas. El actor asume un papel complementario mientras la performer se activa,  saca partido personal a la marabunta y se siente cómoda en un terreno que le es favorable. En ese momento los espectadores aún estamos un poco despistados. En ese momento desconocíamos que la ruptura de nuestra posición habitual durante un espectáculo teatral tan solo ere el preámbulo de un momento peligroso: La realidad invade la ficción.

El primer paso fue mudar el patio de butacas y desplazarlo. El nuevo espacio se percibe ajeno a la ficción, y ahí la performer se mueve con naturalidad, se integrada sin problemas en lo que ha dejado de ser representación para convertirse en un acto sorpresivo y divertido de la vida. El actor sin embargo necesita recurrir a un elemento cultural para cambiar la dinámica que la realidad generaba. Quizás por eso irrumpe con un ritual cultural que modifica la acción dramática mediante una canción y un fundido a negro.

El peligro de un público que ya se siente parte de la ficción es que no atiende a dramaturgias ni a dinámicas dramáticas. Es un estado muy volátil en el que puede ayudar con la coreografía inacabada, o formar parte de una cadena achilipú de transmisión de datos, Pero también puede romper el hilo de la comunicación o retrasar el desarrollo temporal de la ficción como ocurrió este caso y así, cuando la dramaturgia señalaba que los espectadores debían regresar a su papel de espectadores, pero una muchacha decidió dar rienda suelta a sus necesidades fisiológicas en el plano de la realidad, un breve espacio de tiempo en el que actor y performer deciden suspender la ficción. La pausa diluye la magia del teatro hasta desaparecer. Desde un punto vista formal, este acontecimiento sería un fracaso absoluto para una función ortodoxa, pero en este caso el cataclismo se asumió con naturalidad porque, quien sabe, tal vez `17 Acciones` va de eso, de poner en solfa las herramientas con las que se construye el teatro, situar cada sesión en el borde del precipicio y, cuando la realidad toma de nuevo asiento, recuperar el territorio perdido de la ficción.

El actor y la performer lo tienen claro, esperan a que la realidad se siente de nuevo en la butaca y recuperan sin darse importancia el territorio de la ficción… o no, vaya usted a saber porque, en la función de ayer se sirvieron unos platos que son perfectamente sustituibles por otros diferentes para cambiar toda la dinámica teatral.

La función termina con los dos protagonistas en escena pero tan solo es el actor quien regresa a su estado natural librándose de la máscara, mientras la acción se materializaba pensé que `17 Acciones` tiene el interés del experimento que pone en jaque la comunicación entre quienes hacen teatro y quienes lo consumimos. La situación se percibe maleable, y los platos que se sirvieron en la función de ayer son perfectamente sustituibles por otro menú, con otras características pero con la misma intención de modificar la habitual dinámica teatral.

El espectador puede divertirse jugando a poner etiquetas a todo lo que allí ocurre, empeñarse en comprender la propuesta, o simplemente dejarse llevar y disfrutar de un happening al que tal vez le falta un puntito de tensión dramática que defina con nitidez las diferencias entre los dos personajes, que el conflicto surja de la discrepancia a la hora de enfrentarse a la representación teatral. Y ahora, mientras escribo estas líneas me pregunto si Noelia Marín y Gabriel Caballero dedicaran algún tiempo a reflexionar sobre lo que ocurre en cada pase, si catalogarán las diferentes reacciones del público, o han pensado en extraer algunas conclusiones para convertirlas en las proteínas de una representación ortodoxa.

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`17 Acciones`

Reparto: Noelia Marín y Gabriel Caballero.

17 de febrero de 2023. Teatro Bicho.


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17 febrero 2023

Las coplas con pan(k) saben mejor


 

Una copla hermafrodita

Lidia García entiende la copla como un repertorio de canciones que muestran las violencias y perrerías que el patriarcado hace a las mujeres hasta convertirlo en un espacio de identificación, empatía y comprensión. El espectáculo encaja en esta definición para plantarse delante de nuestras narices contemporáneas y recordar que en la actualidad las luchas de género también se conjugan con el prefijo trans-.

La escenografía negra lo mismo que un pozo tiene la esperanza de un brochazo de flores. Los minotauros con faralaes de hombre y una peineta de cresta punk forman un trio con voz de vendaval, la melodía apasionada del violín y el ritmo arrollador del piano. Los arreglos musicales tienen el gusto de los matices, una apabullante carga emotiva y dejan en primer plano las letras de unas historias que la dramaturgia modela con diferentes maneras de afrontar su interpretación. Se intercalan diálogos que parecen intranscendentes pero siempre dejan flotando en el aire las reflexiones que abrochan este viaje en el tiempo.

Todo comienza con gestos clásicos que nos acercan a la figura de La Piquer cuando en 1943 cantaba delante de los gobernadores civiles que a nada tenía derecho porque era «La otra» Al día siguiente la multaban porque aquella tonada estaba prohibida. El claroscuro de los focos, que salta de amores a espinas servidos directos al corazón, también deja sitio para retomar el aliento con la chanza de una sonrisa. Tambores y trompetas para una procesión detenida ante una pared que sigue ahí, donde la dejó Bambino en 1966, en las rejas que la sociedad todavía impone a la identidad individual de la que brota un lenguaje propio, con belleza y personalidad para contarnos que solo quieren vivir sus sentimientos, y convertir «La otra» de Doña Concha en una copla hermafrodita.

 

‘Las coplas con pan(k) saben mejor’

Calificación: 4 estrellas

Compañía: El Trio Caracol. Guion y Dramaturgia: Víctor Cerezo. Reparto: Juan Manuel Tordable, Rodrigo J. Ruíz y Víctor Cerezo. Arreglos musicales: Rodrigo J. Ruíz y Juan Manuel Tordable. Sonido: Javier López. Iluminación: Héctor Calvo.

Miércoles 15 de febrero de 2023. Teatro de las Esquinas.


Crítica de teatro de la obra 'Las coplas con pan (k) saben mejor' en el Teatro de las Esquinas (heraldo.es)



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10 febrero 2023

Auténticos



 

La tranquilidad de ser vulgar

'Auténticos' de la compañía Paladio Arte se enfrenta a la pregunta de cómo ser consecuente con uno mismo para mostrarte tal y como eres en medio de una sociedad distorsionada por un ruido estridente, que impide detenerse a pensar. La respuesta se construye sobre una escenografía simétrica que ordena el escenario, instala una realidad alternativa, y permite que la dramaturgia hable de la vida mediante el trabajo de unos actores que dominan la acción teatral sustentada en gestos, silencios y palabras.

Los gestos abonan la relación colectiva de estar juntos y coordinados por el bien común, pero también reivindican la dispersión individualizada que muestra la alegría del juego. El silencio, más allá de su capacidad estática para poner en valor el conflicto con los sonidos a los que reta, se atreve a llevar la iniciativa eliminando las dos últimas palabras del verso más famoso de Calderón, para que el espectador rellene ese mutis o disfrute de él. Las palabras recorren la historia de la literatura entre la tragedia de la muerte, la rabia cuando te exigen castidad de perfume tenue y una fragua en la que se repiquetea un te quiero.

El mundo ordinario regresa al escenario de súbito, cuando la lucidez poética de Rubén Pascual lo pone todo patas arriba: La escenografía ahora es el desorden de lo cotidiano, los versos gritan a los cuatro vientos, y el elenco se despoja de los atributos característicos de sus personajes para mostrarnos a la persona, y sin embargo, la situación es tan teatral, que se percibe como una nueva capa narrativa para mostrar la esencia del ser humano encarnada en la belleza de un cuerpo herido y desde ahí, desde la libertad del rito y la representación, gritarle a la sociedad que el valor de cada uno de nosotros está en la tranquilidad de ser vulgar.

 

'Auténticos'

Calificación: 4 estrellas

Producción: Paladio Arte. Dirección: Pablo Tercero y Marta Cantero. Reparto: Adrián Mayorga, Miguel Gómez, Juan Antonio Martín, José David San Antolín, Rubén Pascual y Pablo Tercero. Escenografía: Marcos Carazo y Rogelio Herrero.

8 de febrero de 2023. Teatro de las Esquinas.

 

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07 febrero 2023

Sweet Dreams

 


El reto de ser feliz

San Ambrosio contaba que el cuerpo del ave fénix era consumido por el sol hasta morir convertido en cenizas. Un poco más tarde renacía con la forma de un pequeño gusano hasta transformarse en un águila Celeste.

Cuando la coreógrafa Bouchra Ouziguen le pidió al novelista Abdellant Taia que le ayudara a adaptar una de sus novelas para convertirla un espectáculo de danza, el escritor le pidió participar en el espectáculo porque pensó que su oficio también era actuar, la única diferencia era la inmediatez de la danza. Su participación consistía en correr por el escenario pero, tanto se entregó tanto en su actuación que se cayó. Inmediatamente, sin pensarlo, se puso en pie, recobró el impulso del movimiento y la función continúo. Así de fácil se puede representar la ficción sobre el escenario.

Alberto Velasco también ardió y sus cenizas se dispersaron por los mismos escenarios en los que se elevó hasta el altar del éxito. Pero a él le resulto mucho más difícil levantarse y seguir. Por eso ha montado esta función, para recordarnos que el dolor se puede en luz con la única condición de cambiar hasta ser otro.

Sweet Dreams es una pieza híbrida que conecta danza y lenguaje verbal en un marco de belleza visual mediante un altar que recuerda el universo feliz de la infancia, y la desidia de los premios y trofeos que, alejados de la apoteosis de su entrega, tan solo son los cachivaches polvorientos de una Mudanza.

El punto de partida narrativo nos sumerge en una breve coreografía que deriva en la canción del daño donde el dolor se visualiza en Capucha, cueva y capirote hasta aterrizar en el relato de la autoficción. Una peripecia personal que fija la verdad directa y sin tapujos con la confesión en primera persona, con el golpe directo lanzado a la mandíbula. Son instantes de conexión brutal y demoledora. Pero entonces el relato se afloja y deriva en otras voces que se alejan de la primera persona para externalizar la trama hacia el delicioso recurso del humor y el playback, como si la ficción alejara el foco de la verdad pura, dura y carnal para rebajar la conectividad emocional y poner el acento más lúdico de la función en un método para quererse, amarse y respetarse. Ese cambio de terreno narrativo permite transitar la frontera porosa entre una fábula que recrea la verdad y la potencia de un mensaje directo que te mira a los ojos para confesar los pecados lanzando más preguntas que generando respuestas. Todo este desarrollo argumental tan solo un preámbulo.

El espectáculo está diseñado para concentrar toda la energía en una catarsis que intenta ser corporal, pero que tan solo se agarra al grito emitido desde el fondo de un sillón, con el aliño unas voces en off que se extienden tanto y son tan ajenas al espectáculo que solo deseo que se callen de una vez y que vuelva la credibilidad. Y lo extraño es que el actor lo consigue utilizando herramientas esenciales: Maquillaje, palabras y movimiento, a los que añade el brilli brilli que transforma la oscuridad en un baile de luz para concluir con una idea final: Ser feliz es lo más trasgresor que se puede hacer en la vida.

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Miércoles 1 de febrero. Teatro de las Esquinas.

Dirección y dramaturgia: Alberto Velasco. Ayudantía: María Pizarro. Escenografía: Alessio Meloni. Vestuario: Sara Sánchez de la Morena. Espacio sonoro: The New Carrot Studios. Iluminación: Abel García y Alberto Velasco. Técnico: Abel García. Fotografía: Dominik Valvo. Diseño: Laura Velasco


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05 febrero 2023

El Médico. El Musical


 


El viaje musical de un best seller

La producción que Beon Entertainment ha realizado de la novela 'El médico' de Noah Gordon es un buen ejemplo del lenguaje propio de los musicales. Félix Amador destila la estructura literaria original, extrae la esencia del argumento y sintetiza las peripecias en un libreto hasta emparentarse con la gran partitura compuesta por Iván Macias y así, texto, letra y música comparten la responsabilidad de impulsar con acierto una representación que recorre diferentes marcos emocionales y espaciales por los que transita el buen trabajo de todo el elenco.

La arquitectura escénica es una deliciosa caja de sorpresas compuesta por elementos técnicos y creativos: El amplio y magnífico vestuario diseñado por Caprile. Las imágenes proyectadas en el ciclorama que cierra el fondo del Escenario evitan alardes innecesarios. La iluminación y la escenografía modifican la densidad ambiental y viajan hacía el lugar donde nace el sol y la sabiduría medieval de Alberto Vázquez. La coreografía, correcta en el primer plano y como complemento del cuadro, precisa afinación en la pelea de espadas para que la imagen de Paco Arrojo sea tan brutal como la tesitura de su voz.

La dirección de Ignasi Vidal combina estos elementos hasta conseguir una estética visual muy cuidada que pone al servicio de una acción dramática que empieza un pelín atropellada, pero se fortalece con la presencia en escena del cover Jan Forrellat at El papel protagonista. La complejidad de la historia se refleja en pasajes con múltiples capas narrativas como la vida en la carreta del chispeante Sergi Albert, una atractiva tormenta de arena, o el hallazgo del amor, el odio y la ciencia. Pero también con la sencillez de un foco cenital derramando una luz tan blanca como cruel sobre la magnífica interpretación de Cristina Picos.

 

'El médico. El musical'

Calificación 4 estrellas

Producción: Beon Entertainment. Basado en la novela de 'El médico· de Noah Gordon. Libreto: Félix Amador. Música y dirección musical: Iván Macías. Dirección: Ignasi Vidal. Reparto: Jan Forrellat, Cristina Picos, Sergi Albert, Alberto Vázquez, Paco Arrojo. Escenografía: Josep Simón y Eduardo Díaz

Teatro Principal. 17:00 h. del 03 de febrero de 2023


El viaje musical de un ‘best seller’ (heraldo.es)



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04 febrero 2023

La casa de Dios


 

Una apuesta arriesgada

A Choven Compañía es la consecuencia del laboratorio escénico ZIES que organiza el Teatro de las Esquinas con la producción del Teatro del Temple. Su estreno en escena se produjo el pasado 13 de diciembre con la representación de “La casa de Dios”

Julio Basanta sufrió el impacto emocional de dos muertes, la de su hijo en 1977 y la de su hermano en 2002. En ambos casos estuvo involucrada la policía y los hechos se quedaron sin juzgar. Basanta encontró la forma de exteriorizar su dolor utilizando sus conocimientos de albañilería en una vivienda a las afueras de Épila hasta transformarla en La Casa de Dios, una obra paradigmática de Arte Bruto.

El Arte Bruto es cualquier expresión artística de difícil clasificación creada fuera de la cultura oficial que rompe con lo establecido, utiliza materiales habitualmente ajenos al arte, y rechaza lo bello y normalizado con composiciones y colores espontáneos. Basanta, que murió en el año 2018, empezó decorando la fachada de su vivienda con figuras realizadas con hierro y el cemento a las que añadía mucho color. Jorge Labé, amante del arte de lo extraño, compró este singular espacio en noviembre de 2021 para promover un lugar dedicado a la cultura.

La función de A Choven Compañía nace con la intención de mantener viva la obra de Julio Basanta desde una representación que, con texto de Lucía Grafal y dirección de Carlos Martín, se alimenta del teatro documento y la autoficción.

El teatro documento dramatiza fuentes y documentos de carácter histórico con la intención de mostrar una tesis sociopolítica. El gran reto de la dramaturgia es ordenar el material extraído de la realidad documental y transformar un discurso esencialmente retórico en una acción teatral que, lejos de colocar un trozo de realidad en el escenario, trabaja con la objetividad de unos documentos, los pone en contexto y les aplica musculatura dramática.

En 'La Casa de Dios' es difícil establecer un tesis clara que vaya más allá de un cierto tono de denuncia contra las fuerzas del orden o al estamento judicial, también se barrunta una ligera crítica a las autoridades culturales y políticas, pero en realidad se trata de reivindicar la trayectoria vital y la obra de un hombre que pasó por un infierno. La dramaturgia de la parte documento de la función se puede dividir en tres fases. En la primera se hace un interesante tratamiento de la prensa gracias a un potente homenaje a los humoristas Tip y Coll. Sin embargo el espacio dedicado al tratamiento de los documentos judiciales es mucho más plano hasta que llegamos a un importante momento de inflexión. Si hasta entonces momento el uso de fotografías proyectadas en el fondo del escenario no aportaba un gran valor narrativo, bien porque las fotografías de la propia casa se peleaban con su pobre representación sobre el escenario, o porque la reproducción de los documentos originales a los que hacía referencia sobre las tablas, además de no aportar un impulso narrativo, a vece distraían de la atención que requería seguir el discurso. Pero el mayor grado de separación entre el mundo real proyectado en imágenes y la realidad escénica representada se produjo cuando la imponente figura de Julio Basanta planeó a gran tamaño desde el plano general hasta un primer plano, mientras su interpretación duplicada en las tablas con una caracterización muy mejorable, contaba a los espectadores el contenido de una carta que escribió a las autoridades. Es un momento crucial porque aúna la idea de documento escrito con la de autoficción propia de un testimonio estrictamente personal. La apuesta de la dramaturgia por mostrar esos dos planos narrativos (la realidad proyectada y la ficción representada) es de alabar, sin embargo el resultado es una distancia sideral entre el impacto que produce el cuerpo y el rostro de Basanta, frente a una ficción teatral deslavazada y poco consistente.

A partir de este momento entramos en el terreno de la autoficción, un estilo literario que vive un gran momento gracias al Permio Nobel que ha recibido la escritora francesa Annie Ernaux. El salto de calidad para este tipo de literatura es conseguir que el relato sobrepase la anécdota personal y reflejé una dimensión colectiva. Esta máxima no se cumple en el texto de la función que no va mucho más allá de una peripecia más o menos simpática en la que el protagonismo recae en el viaje que hace la narradora hasta llegar a 'La Casa de Dios' para recopilar algunos tópicos y mezclarlos con testimonios personales. La representación dramática de esta fase de autoficción se apoya en un formato de parodia que, salvo algún momento con cierta gracias, resulta anodina, plana y muy previsible, con un repunte final en el que la autora en funciones de actriz (o viceversa) consigue transmitir la emoción estrictamente personal de alcanzar el objetivo de poner en pie un proyecto tan complejo.

Al finalizar la función se realizó un pequeño coloquio y todas las opiniones de los espectadores que tomaron la palabra resaltaron las excelencias de la función y se congratularon del buen trabajo de la autora, el director y todo el elenco.

Uno de los alicientes de ' La Casa de Dios' es la idea de conectar el teatro documento con la autoficción. La apuesta es arriesgada y, aunque en su desarrollo dramático encontramos altibajos, tuve la sensación de asistir a ese camino de investigación que transitan los creadores entre la prueba y el error para llegar a nuevos lugares de representación. Ese ejercicio hay que alabarlo y alentarlo. Su mayor virtud es la intención de conectar una realidad cultural muy concreta con la sociedad en la que esa realdad se desarrolla, una invitación para conocer, interpretar y analizar lo que nos rodea. Afinar el contenedor de estas ideas seguro que es tan nutritivo para A Choven Compañía como para los espectadores de futuros espectáculos.

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'La Casa de Dios'

Proyecto: ZIES (Zaragoza Investigación Escénica Esquinas). Producción: Teatro del Temple y TES Producciones. Autora: Lucia Grafal. Dirección: Carlos Martín. Intérpretes: Alex Aldea, Jacobo Castenera, Silvia García, Estefanía Gijón, Lucía Grafal, Sara Lapiedra, Rubén Remacha, Nicolás Sanz y Laura Tejero. Vídeo: Javier Estella. Escenografía y atrezo: Andar de Nones y Olga Arnal

Martes 13 de diciembre de 2022.Teatro de las Esquinas


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02 febrero 2023

Vulva


 

Una radiografía social

Verónica se suicidó el 25 de mayo de 2019 después soportar durante más de un mes la presión que significaba un video íntimo circulando de manera viral entre muchos de los 2.500 trabajadores de la factoría de Iveco, algunos de los cuales se arremolinaban entre risas en su puesto de trabajo. Cuando el video saltó al ámbito familiar todo se precipitó. 24 horas después de que la empresa tan solo le ofreciera cambiar de sección o coger la baja, Verónica decidió quitarse la vida.

Irene Herrero Miguel se conmovió con este suceso y sintió la necesidad de indagar en un complejo desarrollo emocional: El proceso en el que la culpa se retroalimenta de un entorno hostil que deshumaniza a la víctima hasta aislarla por completo. Así nació 'Vulva'. El teatro como la mejor herramienta para representar esa odisea.

Herrero decidió cambiar el espacio en el que se producen los hechos y los situó en un colegio. Es una modificación significativa porque amplía el espectro social en el que se produce los sucesos, incorpora a los niños como sujetos a proteger de materiales potencialmente peligrosos para su desarrollo emocional, y pone la lupa de la observación sobre en unos padres que, temerosos porque sus hijos tengan acceso a determinados contenidos audiovisuales, al mismo tiempo son incapaces de impedirlo. Esta contradicción es un añadido importante que amplía el debate sobre el uso de la tecnología como herramienta de comunicación, conocimiento, pero también como el canal para mostrar nuestro lado más ruin. Esa es la contradicción en la que navegan todas las personas e instituciones que formaban parte de la vida de Verónica: Desde la hipocresía de los compañeros, hasta la mirada para otro lado de las autoridades, pasando por la desconexión de la realidad del entorno familiar. La carga de profundidad que alberga la función es una crítica que apela a toda la sociedad en lo colectivo y cada uno de nosotros en lo individual.

La intención de Herrero al escribir esta función quedaba muy clara en declaraciones a la revista El Salto, no se trata de juzgar o culpabilizar a nadie, el reto para la dramaturga es visualizar a los responsables necesarios para llegar al fatal desenlace, pero al mismo tiempo advertir que ninguno de ellos es esencialmente malo. Al fin y al cabo, quizás todos somos un poco así y no nos damos cuenta. Por eso la dramaturgia huye de la tentación de colocar etiquetas y, lejos de dibujar un documento fiel que intente reflejar la realidad, centra toda su energía en traducir al lenguaje teatral infinidad de fragmentos que provienen de la prensa y declaraciones públicas que alimentan una acción dramática construida sobre los tres círculos concéntricos que ahogan los ánimos de la protagonista.

El primero es la despersonalización caracterizada por la potente presentación audiovisual de una realidad que mezcla la sombra de lo orgánico, con la multiplicidad de conexiones en un mundo digital que no sabemos muy bien hacia donde nos lleva. Nuevas formas de comunicación que van estar presentes a lo largo toda la representación en diferentes grados de intensidad. El segundo se centra en las relaciones humanas, el lugar por el que circulan las personas que tienen algún tipo de contacto físico con la protagonista, el universo de las opiniones en el que todo el mundo tiene algo que decir, explicar, vomitar, y También ocultar. Todos dan la chapa mientras la víctima no verbaliza un punto de vista que a nadie parece interesar porque lo único importante es el escarnio y la breve satisfacción de señalar. El tercero es el espacio más íntimo de la protagonista: Sus pensamientos. La dramaturgia tiene el gran acierto de penetrar en ese territorio a través de la puerta que da acceso a los sueños. Un mundo onírico al que hay que mirar con detenimiento porque allí se muestra una realidad que, aparentemente disfrazada, sin embargo es el retrato sin tapujos de como algunas instituciones pensadas para protegernos, tan solo son capaces de actuar con las mismas malas artes que ya advertimos en la sociedad. Ese es el lugar donde la víctima descubre que sus miedos están en un callejón cuya única salida es el suicidio.

El espacio escénico tiene la virtud de la metamorfosis mediante una sencilla escenografía con capacidad para trasladarnos a los diferentes ámbitos por los que transita la función que, muy bien aliñada con una sugerente iluminación y unas videocreaciones que por momentos son las protagonistas estelares, pero también tienen la capacidad de subrayar el discurso narrativo sin difuminarlo.

El trabajo actoral en todo este proceso es abrumador, desde su presencia cuando el audiovisual modifica el ambiente y la coreografía dinamiza el espacio para delimitar cada una de las escenas; hasta la construcción en primera persona de unos personajes tallados en la verdad, la precisión de los pequeños gestos, y un ritmo vocal impecable que consigue carnalidad, frialdad o impostura en el momento y la dosis adecuada.

La dirección de Herreros, aunque ella en todo momento habla de un trabajo colectivo durante todo el proceso de creación, denota una mirada de gran angular para incorporar y asimilar una gran variedad de elementos que siempre aportan valor estético o narrativo.

'Vulva' en una coctelera en la que se mezcla con brío diferentes lenguajes mediante una potente musculatura formal que traslada al patio de butacas la experiencia vital de una víctima y lo hace estallar de emoción.

Pero 'Vulva' es algo más que una experiencia teatral, y para que todo tenga sentido quizás hay que dar un paso más, enfrentarse a la gran cantidad de información que maneja la obra y, utilizando la mirada del antropólogo, observar el comportamiento humano y dedicarle un tiempo de reflexión.

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'Vulva'

Producción: Las horas del humor. Dramaturgia y dirección: Irene Herrero Miguel. Coreografía y movimiento: Merce Grané. Espacio escénico: Joaquín López- Bailo. Música, video escena y espacio sonoro: Alberto Martín Paz.

 

Miércoles 30 de noviembre de 2022. Teatro de las Esquinas. VI Edición del ciclo mujeres a escena.

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