La curvatura de la córnea

04 agosto 2023

Todas las hembras que habito

 

He venido a jugar

Amparo Nogués escribía en su muro de Facebook que «Todas las hembras que habito» era un proyecto personal, un canto de esperanza para un muestrario de mujeres que, más allá de su cercanía o lejanía, todas le habían marcado la vida. Ese es el punto de partida de esta lección magistral sobre la esencia de cómo se alcanza el equilibrio cuando viajas en un montaña rusa de lenguajes narrativos como la expresión corporal, una deliciosa manera de cantar, fluidez en las coreografías, y la clarividencia para dejar el espacio y el ritmo que necesitan todas y cada una de las palabras que vibran en sus cuerdas vocales.

Todo lo que ocurre en el escenario está al servicio de la representación teatral. Lo fundamental es la presencia de la actriz y la claridad con la que cambia de registro mediante pequeñas modificaciones que generan potentes (sobre)saltos emocionales. A veces el protagonismo se centra en un vestido, una pañoleta o un abrigo; y otras en la manipulación de los elementos de Atrezo que cobran vida para enriquecer la estética del relato. En todos los casos el texto tiene especial relevancia porque, más allá del mensaje explícito que transmite, la modulación en la forma de expresarlo termina por ser fascinante, sobre todo cuando en medio de la ligereza cotidiana se cuela una pincelada dramática que, sin grandes cambios en el tono de la interpretación, van dejando huellas de reflexión que no necesitan acudir a un aparatoso cambio de registro, al menos hasta que la dramaturgia lo considera necesario y entonces se produce un salto entre las ensoñación infantiles que aterrizan en la aridez de la vida cuando se pone seria. Un cambio tan abisal solo precisa de un pequeño detalle en la iluminación, porque el cuerpo y la voz de la actriz se hacen cargo de todo el peso de la transformación mediante la solemne naturalidad de quien es capaz de alcanzar el nivel dramático justo y necesario, ni un milímetro más allá. Por eso es fascinante observar como la actriz cambia de personaje y sin embargo el personaje parece que siempre permanece en ella. La transformación está ahí, delante de nuestras narices, pero no la vemos, en realidad la sentimos porque cambia la energía, el tono de la voz y la fuerza de la gravedad. Aparecen movimientos y equilibrios nuevos, todo está ahí, al alcance de nuestra mirada. Son las herramientas propias que van mucho más allá de la simple imitación, y aunque gestos, sonrisas y mímica se construyen mediante los estándares que todos conocemos de la interpretación, y sin embargo el trabajo de Amparo. Nogués es brillante porque trastea con todos esos materiales desde la alquimia más profunda de su profesión con un solo objetivo: Conectar la peripecia de la narración con el corazón de los espectadores y ahí salta la chispa del mejor teatro.

Por eso, aunque formalmente asistimos a una magnífica representación de un catálogo de energía femenina, la propia construcción del texto es una profunda e interesante defensa de todos aquellos que se suben a un escenario. Es cierto que el relato tiene la apariencia formal de una historia circular que comienza en un punto determinado de la vida, se da un garbeo espacio-temporal y justo cuando parece que va a regresar el punto de inicio..., «Todas las hembras que habito» tiene un giro inesperado para subrayar que, más allá del contrato entre el espectador que acepta el juego de la ficción y los actores que la muestren como si fuera verdad, lo realmente importante es que todos sepamos que la energía de la que se alimenta la brillante interpretación de Amparo Nogués se resume en una sola frase: "He venido a jugar"

 

'Todas las hembras en las que habito'

Interpretación, textos y músicas originales Amparo Nogués.

Arreglos musicales y grabación Nana-tango-rumba: Toño Giménez, David Celorrio, Amparo Nogués, Loreto Ferrer, Art Lab, Justo Bagueste.

Bossa nova: Faustino Cortés, María Pérez y Amparo Nogués.

Canción Infantil: Faustino Cortés, Amparo Nogués.

Base de Rap: Manuel Palomares.

Letra del Rap: Ayla Quintos y Amparo Nogués.

Apoyo vocal: María Confussion.

Dirección del clown: Caroline Dream.

Dirección piezas sueltas: Carmen Córdova, Arantxa Azagra, Amparo Nogués.

Asesoría en movimiento Carmen Nogués.

Cartelería Nacho Ferrer.

Iluminación y sonido Ester Gascón.

Vestuario Raquel Poblador, taller de obsidiana

 

3 de agosto de 2022. Centro Joaquín Roncal CAI




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