Refriega doméstica
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Podría contar que conocí a Los Brincos a través de Fernando Arbex y su conexión con el Miguel Bosé del disco “Chicas” También podría decir que descubrí al Dúo Dinámico en ese fantástico final de la almodovariana “Átame”, podría hacerlo pero mentiría. Las canciones de Los Brincos y del Dúo Dinámico llegaron hasta mis caderas gracias a las sesiones de tarde en los bailes y verbenas de Utrillas.
El disco “Appetizers” de Wagon Cookin´ fue un deslumbrante descubrimiento: Los sonidos orgánicos, con la sección los instrumentos de viento a la cabeza, voces negras y el compás de las máquinas para virar desde el jazz hipnótico al house más bailable, una senda por la que este grupo caminó con eficacia. La fórmula funcionó con éxito en todas las pistas de baile europeo y viajó hasta las murallas romanas de Zaragoza en un concierto memorable de hace más de seis años. Esa noche, como hoy, el cierzo agitaba la ciudad.
El Balcón de las Músicas estaba, un segundo antes de las 00:30 horas, tan desangelado como congelado. Fue la cantante quien nos invitó a acercarnos al escenario, después nos pidió que nos levantáramos y por último consiguió que los pocos allí congregados termináramos por bailar al ritmo de “2Face” el último trabajo discográfico de Wagon Cookin´
Muchas cosas han cambiado en este grupo desde la primera vez que los disfruté en directo, obviaremos su viaje a Brasil del que tienes una muestra en el video que cierra esta reseña, una experiencia que tiñó de carioca su segundo álbum, después de que los sonidos de Santiago de Bahía me alegraran muchas horas no se que pasó pero les perdí la pista. Esta noche me he reencontrado con ellos y las buenas vibraciones han regresado.
La proporción de los elementos para conjugar la química del ritmo han cambiado, la sección de vientos ya no son fundamentales aunque estén presentes en forma de saxofón, las voces ya no son tan de soul y lo que predomina son las máquinas, el ritmo y las mezclas. Sin embargo, la experiencia es muy similar a la primigenia: Un apetito enorme por bailar y si de eso se trata, Wagon Cookin´ lo consigue de sobra. Hoy lo han demostrado con una noche fría, escaso público y pese a tener casi todo en contra han conseguido que los presentes hayamos disfrutado de una fiesta. No les pierdan el ojo, estos chicos son unos llenapistas.
“Obra Selecta” es una recopilación epistolar del afamado Jack el Destripador, publicada por Elipsis, una edición al cuidado de Javier Terrisse y Gonzalo Torné que también son los autores del prólogo. Javier Terrisse es egiptólogo, ripperólogo, asesor literario y traductor, en 2008 publicó “Miss”. Gonzalo Torné también es asesor literario y ha publicado la novela “Lo inhóspito”Etiquetas: reseña
Una de las virtudes que más admiro en Santiago Auserón es su capacidad para ser entrevistado; hace tiempo, cuando aún no existía la opción “Guardar como...”, recortaba sus respuestas y me las dosificaba en pequeñas dosis, una cantidad suficiente para que mis entendederas las pudieran asimilar, era maravilloso comprobar como el mismo tipo que me hacía bailar con sus tonadas conseguía hilvanar de manera brillante un discurso en torno a la música sin el comodín de acudir al tópico.
Para Sagrario ManriqueEtiquetas: Relato

Javier heredó la costumbre materna de apuntarlo todo en el calendario. Ella lo hacía para recordar las onomásticas y los cumpleaños, y él hacía lo propio con fechas de los conciertos, representaciones teatrales y la frecuencia de los polvos.
La relación con el mundo exterior a nuestro ser viene determinada por los sentidos. Un cóctel compuesto por imágenes, sonidos y otras sensaciones que son transportadas hasta nuestro cerebro para tejer un tapiz que llamamos “realidad” Un complejo sistema sustentado sobre impulsos eléctricos, efectos ópticos, movimientos mecánicos y reacciones químicas; toda una maraña abocada a sobrevivir evitando las averías de calado, los defectos de apreciación y las taras de fábrica. Cada uno de nosotros deberíamos tener en cuenta estas limitaciones para preguntarnos si las cosas son como nos parecen y, una vez instalados en la atalaya de la duda, elegir las diferentes maneras de ponderar nuestra mirada sobre el mundo, sus habitantes y la manera de relacionarnos con ambos. Fernando Sarría conoce a la perfección esas limitaciones humanas para la correcta percepción de la realidad y nos recomienda una solución: «Unos ojos cargados de ilusión»