La curvatura de la córnea

18 marzo 2025

De un tiempo a esta parte

 



El miedo será de todos

Max Aub escribió este monólogo en 1939 impulsado por la necesidad de explicar de manera directa sus reflexiones sobre el mundo que le había tocado vivir en primera persona, desde el exilio obligado por la guerra civil hasta el terror del ascenso nazi.

La acotación inicial de la obra es una declaración sobre el cambio de paradigma dramático que proponía el autor. Mientras el personaje comenzaba a hablar, el púbico asistía al desmantelamiento del tradicional decorado para una comedia burguesa de salón de principio de siglo XX, y era sustituido por un espacio pobre y austero. Se trataba de romper la ilusión teatral y centrar el interés en el mensaje.

La dirección de Rodrigo Muñoz apuesta desde el inicio por una escenografía de manta que no abriga, trapo con cubo para fregar la humillación y una silla. Estos elementos configuran un territorio escénico que representa la desolación anímica de una madre y viuda que sobrevive acompañada con recuerdos de un pasado feliz y penas imperecederas. La silla se convierte en una cárcel de donde apenas escapa para arrodillarse y a la postre soñar con la libertad.

La interpretación de Blanca Royo es un fabuloso ejercicio de filigrana que armoniza una gestualidad precisa y contenida con la mutación expresiva de su rostro, hasta conseguir una veracidad que subraya su admirable trabajo vocal. Todas estas herramientas le permiten dominar un texto complejo que se mueve entre palabras de palique para narrar la vida, datos documentales que contextualizan el relato, y la dureza emotiva del testimonio personal que también es una advertencia para estos tiempos de incertidumbre. Recuerden que los Magos de Oz ocultan a un farsante con las garras totalitarias de criminalizar al diferente como la solución mágica para salvarnos de todas las crisis.

‘De algún tiempo a esta parte’

Calificación: 4 estrellas

Producción: Extintos Teatro. Autor: Max Aub. Dirección: Rodrigo Muñoz. Interpretación: Blanca Royo.

Domingo 16 de marzo de 2025. Centro Cívico La Almozara.


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10 marzo 2025

María, entre todas las mujeres

 



Cinco mujeres y un solo corazón

La historia de María de Nazaret se puede abordar desde muchos puntos de vista. Una biografía retrospectiva bucearía en el evangelio de Lucas donde se describe con detalle la infancia de su hijo Jesús. Sin embargo un recorrido por la historia conciliar nos llevaría desde el dogma de la maternidad divina de Efeso en el año 431, hasta el dogma de la inmaculada concepción establecido en 1854.

‘María, entre todas las mujeres’ nos propone la historia de una madre enfrentada a hechos tan terribles como el martirio y sacrificio de su hijo. Un drama tan doloroso que le impide atender y comprender otras consideraciones que se mueven a su alrededor relacionadas con un cambio de paradigma en la religión que ella profesa, o quién sabe si una revolución política contra el invasor. Estas cuestiones se personifican con la presencia de Marcos que, seguidor, compañero y apóstol de su hijo, se configura como un elemento narrativo indispensable en forma de contrapunto sin llegar a la altura de un antagonista clásico que hace avanzar la peripecia sobre dos arcos dramáticos narrados dibujados desde el recuerdo.

El primero es la historia de una mujer creyente que transita entre el gozo de los días en los que iba a rezar al templo, y el terrible momento en el que descubre como una blasfemia eleva a su hijo a la condición de hijo de dios. El segundo es la historia de una madre desgarrada por el tiempo que va desde el baño en agua clara de un bebe hasta el aquelarre de sangre de un hombre crucificado.

La dirección de Josean Mateos también se fundamenta en dos aciertos esenciales. El primero es reducir al máximo la escenografía para conseguir que cada uno de los elementos escénicos tenga valor estético y fuerza narrativa. Una palangana, una silla y un paño blanco muestran la intimidad doméstica. El uso del vestuario cambia los espacios que van del camino por el que huyen los delincuentes hasta una fiesta donde el jolgorio de todos es el desengaño de una madre. Un cesto de manzanas puede subrayar la perplejidad y escupir recuerdos. El segundo es altear el ritmo y la densidad de un texto pensado para una voz solista, y transformarlo en una perfecta armonía para coro de cinco voces que rompen la cuarta pared y apelan al espectador.

El elenco formado por Amparo Saez, Inés González, Itziar Aramburu, Nuria Pavón y Silvia Bermejo aporta personalidad propia y matices individuales que redondean una María compacta, creíble y emocionante. Un personaje que se percibe con nitidez porque todas las interpretaciones en forma de monólogo se mueven en el mismo rango de energía, de manera que las transiciones entre escenas, en lugar de interrupciones del discurso, se convierten en remansos para que la peripecia respire, mientras el patio de butacas recupera el aliento hasta que la acción se reanuda de nuevo.

Cada una de estas pequeñas piezas con forma de soliloquio y algunos diálogos muy breves tiene su propia dinámica interna en la que el personaje inicial siempre se transforma mediante cambios que las actrices ejecutan con una gestualidad contenida para que todo el peso expresivo de la narración recaiga en la prosodia de una narración que se mueve entre el brillo halagüeño de los deseos y el desgarro de un grito callado que te arranca el corazón.

Ana Iris Simón en uno de sus artículos contaba como un profesor había puesto en un examen una imagen de una Piedad y un chaval la nombro como “señora con hombre muerto en brazos” Da igual si usted piensa que es la madre de dios o la de un condenado a muerte. Su voz es la de una víctima. Personas con nombre y apellido que los radicales del odio se empeñan en borrar para las historias de sufrimiento que hay detrás de cada una de ellas no adquiera la dimensión humana que toque nuestros corazones.

‘María, entre todas las mujeres’ es el relato de una mujer en primera persona que nos pone delante de nuestras lagunas culturales y emocionales veintiún siglos después de todo el dolor sufrido, mirarnos a los ojos arrasados por las lágrimas y sentenciar: Afirmáis que redimió al mundo y yo os digo que no valió la pena. No valió la pena.

 

‘María, entre todas las mujeres’

Producción: Teatro Aguarte. Dirección: Josean Mateos. Intérpretes: Itziar Aramburu, Silvia Bermejo, Inés González, Nuria Pavón y Amparo Saez.

Domingo 9 de marzo de 2025. Centro Cívico Salvador Allende.



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09 marzo 2025

Tutudo

 



Gallinas al cuidado de la vida

El bigote de Daniel Rabinovich cantaba lo contenta que estaba la gallinita que dijo eureka, y un niño con las barbas de Carlos Núñez lo interrumpía. ¿Por qué estaba muy contenta? ¡¿Por qué?!. La respuesta era un momento de confusión. La gallinita estaba contenta porque iba a poner un hijo, digo tener un huevo. Es decir tener un hijo y entonces se remataba en tono irónico: Los hijos son la alegría de la vida, con sus risas, sus juegos y sus preguntitas.

Mientras la gallinita de Les Luthiers establecía la típica tensión de humor entre un niño y una adulto, las dos gallinas de ‘Tutudo’ hacen citica social mediante una representación sosegada y amable, que muestra el ambiente ideal de un espacio de acogida para quien no tiene familia: La delicadeza de los cuidados, el disfrute de un cuento, la sorpresa de la magia, y el cariño de una banda sonora para los vaivenes de la vida. Se trata de dar calor de hogar a unos huevos con origen y pasado indeterminado para que disfruten de un espacio donde florece la idea de resilencia, que el psiquiatra Boris Cyrulnik define como «Retomar un nuevo desarrollo tras una agonía psíquica o traumática»

La dramaturgia y las interpretaciones de Sergio Marzo y David Aznar valoran con elegancia la actuación de las autoridades políticas, y desde un humor que juega a retorcer lenguaje y palabras, poner en valor la humanidad como el bien común que debería construir un planeta donde todos los polluelos tengan la posibilidad de crecer felices en un nido seguro, y desde allí despegar hacia la aventura de nuevos horizontes. Quizás la función pide un giro narrativo para mostrar un malo malote más amenazador que el remite escrito en una huevera de cartón enviada por la burocracia “güebernamental”, ya saben, esa ojeriza contra algunos menores de edad.

 

‘Tutudo’

Calificación: 3 estrellas

Producción: Embolicarte Sociedad Cooperativa. Compañía: Marzomayeta. Idea original, texto y dirección: Sergio Mazo. Intérpretes: Sergio Mazo y David Aznar. Música: David Aznar. Vestuario: Obsidiana Atelier. Escenografía: Rebeca Pena.

Miércoles 5 de marzo. Teatro Arbolé.

'Tutudo': Gallinas al cuidado de la vida


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01 marzo 2025

Microcierzo 2ª Edición

 


Microcierzo. Segundo Certamen de Microteatro en Teatro Bicho

 El 22 de febrero se celebró en el Teatro Bicho la segunda edición del certamen de microteatro Microcierzo. En esta ocasión todo se jugaba a una sola ronda con una sala repleta de público y seis participantes que se pueden dividir en tres grupos.

En el primer grupo se advierte una tendencia estática que no estable con claridad un lenguaje más contundente y sólido de comedia. Tanto en ‘Problemas conyugales como en ‘El consultorio’ se instalan en unas premisas iniciales que prometen mucho pero no terminan de crecer más allá de una comicidad en busca de alguna frase ingeniosa o una situación risible


‘Problemas conyugales’ de Encama2 establece desde el inicio un interesante diferencia de carácter entre unos protagonistas a lo que Vero y Diego les tiene muy bien pillado el tranquillo. Pero a partir de ahí todo se iguala en un relato demasiado plano, que deja la comicidad en manos de unos giros más o menos ocurrentes. No se trata tanto de alcanzar un ritmo de comedia de alta velocidad de ejecución, que en esta sitcom de pachorra es perfectamente evitable, más bien el reto está en conseguir que todo lo anodino de la situación, que por sí misma ya es graciosa, no contamine el sketch hasta el punto de diluir unos chascarrillos que todos estamos esperando, y precisamente por eso, se nota que cuando la situación se rompe con una infidelidad qu siempre ha estado rondando en el ambiente, la sonrisa irónica de la actriz es un mecanismo que se queda corto para explotar ese momento de comicidad.


‘El consultorio’ de La Integral Teatro nos presenta a una treintañera con dudas existenciales y a una pitonisa que vaya usted a saber. La apuesta por la aceleración de la prosodia de María se ve afectada por un cierto atropellamiento corporal que desenfoca la acción hasta impedir recibir con claridad donde se sitúa exactamente el conflicto con su antagonista. Marisa, al contrario de su compañera de escenario, juega a estar tan pausada y relajada que a veces perdemos la audición de sus réplicas y por lo tanto el propósito de sus intenciones. La situación es potencialmente cómica por esa disparidad de caracteres, y sin embargo no termina de alcanzar la tensión que haga saltar la chispa entre esos dos polos, y así la comedia se esfuma por encima de una mesa que aleja a las protagonistas en lugar de entretejerlas.

El segundo grupo se caracteriza porque los personajes y su función dentro de la situación cómica están mejor definidos, y eso favorece el desarrollo de la comedia



‘La mejor bollera’ de B de B empezó con ese puntito de ansiedad que alborota desplazamientos y gestualidad, y sin embargo la percepción de los personaje es nítida en medio de un cierto descontrol que tiene la virtud de transformarse en una vendaval de energía,y eso siempre se agradece desde el patio de butacas. Esta volatilidad presencial se sosegó bastante cuando en un giro muy chulo se incorporó la narrativa del musical. Es ahí donde Irina Arenas y Catalina Morón detienen lo justito la maquinaria para que la tranquilidad ente en escena. Cuando el pentagrama sale de la peripecia regresa ese ritmo acelerado de unas interpretaciones que sin embargo ahora están mucho nítidas y ajustadas. Es una pena que cuando el embrollo sentimental entre las protagonista queda al descubierto no se detenga del todo la acción en un remanso de sosiego, un girito que daría mucho más peso a ese cambio argumental para sumar otro acierto a esos deliciosos momentos musicales.



‘El pintor austriaco’ de Extintos Teatro fue el número donde la comedia estuvo mejor definida. La dirección y el texto de Rodrigo Muñoz sitúan el peso cómico de los personajes en la intensidad perfecta de una prosodia que potencia la firmeza de las frases, la intencionalidad de la réplicas y una moderación en la gestualidad que sin embargo es capaz de provocar situaciones cómicas mediante la ilustración de chistes que de esta manera van más allá de lo verbal. Todos estos materiales narrativos están perfectamente sincronizados y expuestos para elevar la comicidad de un texto inteligente, donde una aparente cotidianidad costumbrista nos avisa de la expansión neonazi o similares que está sucediendo a lo largo y ancho del continente europeo, hasta provocar esa maravillosa sensación de hacer reír mediante una situación real que no tiene ninguna gracia, y además viene cargada con un pasado histórico que parece regresar con fuerza.

El tercer grupo lo componen los dos participantes que se alejan del texto y ponen el acento de sus interpretaciones en la gestualidad.



‘¡Tira!’ de Facultad Mermada apuesta por poner a un payaso al filo de la dificultad de trabajar con un asunto tan delicado como el maltrato machista. Ese el mérito de una propuesta valiente para agitar un problema social que siempre nos llega desde la sección de sucesos. El desarrollo de la dramaturgia es demasiado simple. Cuando la mirada de Helena Castillo toma el escenario, su terror es nuestra sonrisa y eso ya es un logro. Pero todo ese desplazamiento que la lleva del agua bendita al banco de los rezos está pidiendo una yincana de dificultades físicas que nos pongan todavía más de su lado para que, cuando se desvele el verdadero motivo de sus rezos, hiele las sonrisas previas



‘Mi vida en caja’ es una propuesta muy interesante por la utilización de los elementos narrativos que la componen. La base de la historia se sustenta en un ejercicio práctico de la metodología de interpretación Lecoq. Un sistema que se hunde en aquello tan antiguo de separar el personaje del actor mediante la máscara, al contrario de la Grecia clásica donde las máscaras respondían a arquetipos básicos, las máscaras del método Lecoq se caracterizan por aumentar una expresividad muy concreta que concentre la atención del espectador. Ese reclamo permite al actor centrar su actividad en la exploración del personaje mediante el cuerpo en movimiento. En ese sentido la dirección de Ivet Sanza me pareció que se centraba en que los movimientos y la actitud del actor Luisal Martu mostraran aspectos básicos de esta metodología y, sin grandes sorpresas, conseguir un efecto realmente hipnótico. La ausencia de palabras para definir al personaje se sustituyó por una deliciosa melodía incidental de piano a cargo de Estefanía Flox, y cuando la relación entre el personaje de la máscara parecía estar en el mismo plano narrativo, hay un magnifico giro que cambia el rol de la música para convertirla en diegética, irrumpir en la escena y dar un sentido poético y sentimental a una escena emocionante y muy bien construida.

El certamen terminó con la votación del público y el veredicto del jurado que en este caso coincidió en premiar a ‘La mejor bollera’ de B de B. Así que la organización con buen criterio decidió darle el premio del jurado mientras que el premio del público se le entregaba a ‘La vida en caja’ gracias al segundo lugar entre las preferencias del público y ya saben, ¡¡nos vemos en la tercera edición!!

 

Segunda edición de Microcierzo

22 de febrero de 2025. Teatro Bicho.



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Un tranvía llamado deseo

 




Una ovación cerrada para el dolor

La reciente lectura de ‘Un tranvía llamado deseo’ me llevó hasta  la tentación de identificar arquetipos para delimitar con nitidez el conflicto dramático. Blanche ocultaba su personalidad con el uso de la mentira y apaciguaba la tristeza mediante la lujuria. El gran atractivo físico de Kowalski mostraba sin complejos la contundente sexualidad de una personalidad simple y agresiva. El destino de Stella era elegir a uno de los dos para vivir en un autoengaño: no ver la barbarie violenta de su marido, o aceptar la fantasía exculpatoria de su hermana.

Mi prejuicio de lector se vino abajo cuando los sonidos de una marcha oscura iluminaron el pasillo central del patio de butacas, la ficción del teatro envolvió de realidad la verdad escénica, y un elenco de campanillas encarnó en sus cuerpos la poesía trágica de un texto en ebullición, que construye identidades por acumulación de matices como la ceguera de quien no sabe convivir, o el miedo que solo es capaz de generar un horizonte de soledad. Ahora los conflictos eran múltiples y de diferente intensidad. Una cuerda floja en la que el trabajo actoral se la jugaba en cada instante.

Pablo Derqui y María Vázquez se enfrentan a Kowalski y Stella con la contención rasgada de unas dentelladas que sangran pero no matan a quienes saben donde están, y sin embargo todavía aspiran a cumplir el sueño americano. La sobriedad de Jorge Usón engrandece un personaje incapaz de lanzarse por la peligrosa pendiente de un amor que puede cambiarle la vida. Nathalie Poza salta sin red sobre un arco dramático que moldea la fragilidad de Blanche, desde la falsedad de una serpentina roja con aroma a jazmín que se tambalea a cada paso, hasta la voz seca y profunda que bucea en el dolor de unos recuerdos que la llevan a la locura, y a una ovación cerrada.

 

‘Un tranvía llamado deseo’

Calificación: 4 estrellas

Producción: Producciones Abu, Milonga Producciones y Teatro Picadero. Autor: Tennessee Williams. Dirección y adaptación: David Serrano. Reparto: Nathalie Poza, Pablo Derqui, María Vázquez, Jorge Usón, Carmen Barrantes, Rómulo Assereto, Mario Alonso, Carlos Carracedo. Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda. Iluminación: Juan Gómez Cornejo.

Jueves 27 de febrero de 2025. Teatro Principal

crítica de teatro: 'Un tranvía llamado deseo': una ovación cerrada para el dolor


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21 febrero 2025

Por voluntad propia

 



Disección de dos personajes

La anterior producción de Perigallo Teatro contaba las diferentes maneras de hacer un espectáculo, y como los oficios involucrados en la producción teatral establecen una relación moral con la sociedad para tomar una decisión crucial: vender mercancía barata, o alimentar las almas con la belleza de la poesía.

‘Por voluntad propia’ abandona el terreno de los seres humanos, y sitúa el conflicto sobre el escenario para mostrar la metamorfosis de los seres que lo habitan. La dramaturgia aplica un itinerario histórico al concepto personaje. Desde el uso clásico de la máscara como la frontera que lo separa completamente del actor, hasta la modernidad de polinizar el cuerpo de los intérpretes como el medio para conectar las inquietudes de los autores con los sentimientos del público.

La dirección de Luís Felpeto cartografía ese viaje con un excelente pulso narrativo que pone en valor la filigrana del texto y la energía del trabajo actoral. Elementos que moldean palabras y acciones con la precisión y el cariño del artesano.

La tosquedad mecánica del planteamiento se engrasa en la aceleración de un discurso complejo y dosis puntuales de humor, hasta que el nudo de la peripecia se apoya en el uso de la escenografía. Es un momento clave. La filosofía alrededor del hecho teatral se diluye en un devaneo entre lo concreto del decorado y unos personajes que se perciben cada vez más reales, mientras se deslizan por la tragedia de quienes no saben escuchar, hasta que la polarización del odio los inhabilita para debatir sobre la posibilidad de transitar por una aparente tranquilidad cotidiana. El desenlace final abre una puerta a la esperanza y apela al espectador con una pregunta esencial. ¿Te acomodas a la realidad de un personaje al que otros escriben su papel o actúas por voluntad propia?

 

‘Por voluntad propia’

Calificación: 4 estrellas

Compañía: Perigallo Teatro. Interpretación y autoría: Javier Manzanera y Celia Nada. Dirección: Luís Felpeto. Iluminación: Pedro A. Bermejo. Efectos Iluminación: Francisco Martínez. Escenografía: Juan de Arellano / Pepe Hernández / Eduardo Manzanera. Música original y Espacio Sonoro: Daniel García Centeno. Vestuario: María Cortés /Maruxiña Cao. Atrezo: Monzo/Dora Blanco / Anna Pereira. Diseño gráfico: Sira González. Técnico en gira: Francisco Martínez Producción.

Miércoles 19 de febrero de 2025. Teatro de la Esquinas.

‘Por voluntad propia’: disección de dos personajes



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17 febrero 2025

La noche se está muriendo

 



Un encuentro imposible entre Federico y Margarita

  Margarita Xirgu después de realizar una gira por el norte de España regresó a Madrid en el otoño de 1926 donde se encontró con Lydia Cabrera, una compañera de profesión con la que mantenía una buena amistad.

  A lo largo de la conversación, Cabrera felicitó a su amiga por el próximo estreno de ‘Mariana Pineda’ de Federico García Lorca. Un obra que había llegado a sus manos a través del escritor Eduardo Marquina. La Xirgu mostró su asombro, primero porque Marquina no le había entregado ningún material y segundo porque desconocía al autor del que su amiga hablaba maravillas. El desconocimiento de la actriz era normal porque en 1926 la única obra que Lorca había estrenado era ‘El maleficio de la mariposa’ que cosechó un estrepitoso fracaso en el Teatro Eslava de Madrid. Sin embargo el entusiasmo de su amiga por la figura de Lorca le picó la curiosidad y quiso conocerlo. Media hora más tarde las dos actrices y el autor tomaban el aperitivo. Federico cautivó a Margarita con su simpatía y personalidad. Empezaba una larga amistad que combinaría relación personal y crecimiento artístico.

      ‘Mariana Pineda’ se estrenó en 1927 durante la dictadura de Primo de Rivera y desde entonces hasta 1936 los papeles más memorables escritos por Lorca fueron reservados para Margarita Xirgu. Esta colaboración tejió una profunda admiración entre ambos gracias a largas temporadas teatrales, viajes y el reconocimiento del público. Fue entonces cuando Lorca escribió sobre su amiga: “es un caso extraordinario de talento; talento que se impone a la ñoñería actual de nuestro teatro en batallas constantes de inquietudes interpretativas […] Cada tarde, en la penumbra fría del escenario, me sorprende el arte genial de Margarita con un nuevo matiz, conseguido la noche anterior en el silencio estudioso de sus insomnios.”

     El destino de los amigos cambió en el año 1936. Mientras Margarita Xirgu realizaba su cuarta gira americana de la que nunca regresó a España, García Lorca es asesinado un mes después del alzamiento militar contra la segunda república.

    ‘La noche se está muriendo’ de El Crisol Teatro nos traslada hasta al 8 de marzo de 1945. ‘La casa de Bernarda Alba’ de Lorca se estrena en el Teatro Avenida de Buenos Aires en un momento decisivo para la comunidad de exiliados españoles. Los reaccionarios habían ganado la guerra civil, en las postrimerías de la segunda guerra mundial se adivinaba una nueva geopolítica internacional encabezada por unos EE.UU. que empezaban a mirar al régimen franquista como un posible aliado, de modo que el regreso inmediato a la patria era cada vez un sueño más inalcanzable.

     La dramaturgia de Martín Otiz, que comparte  dirección con Jorgelina Herrero Pons, alcanza un gran peso emociona gracias al perfecto entendimiento entre Mario Petrosino y Lorena Szekely. Sus trabajos transcienden más allá de la imagen mítica y popular que Lorca ha adquirido con el paso del tiempo, para compenetrarse a la perfección que sin con una Margarita Xirgu que pese a todo su bagaje en el mundo del teatro es una gran desconocida en España. La dirección los guía con precisión por todos los estados por los que pasa la obra en los que nos regalan situaciones donde demuestran domino en los diálogos, capacidad camaleónica de transformación corporal que les permite cabalgar con fluidez entre las líneas que separan la realidad escénica de la peripecia escrita por Ortiz y los textos de Lorca. Un vaivén hipnótico que atrapa al espectador de principio a fin.

     Martín Ortiz ha confesado en los medios de comunicación que el reto al que aspira con esta obra es conseguir una representación en la que prime una naturalidad que bajo mi punto de vista transita por tres estados diferentes: La exaltación de la amistad, jugar al teatro y, como le confesó el autor a Antón Castro en el Heraldo de Aragón, “tomar posición frente al neofascismo que avanza contando esta historia protagonizada por dos víctimas del fascismo: uno asesinado y la otra exiliada hasta su muerte.”

     La historia comienza con una premisa que funciona desde el primer momento porque la sencillez narrativa consigue  que lo mágico se presente como algo cotidiano y así, la presencia de Federico muerto pero vivito y coleando en el camerino de La Xirgu es una lanzadera perfecta para conseguir que la sorpresa y la alegría se sublimen en una exaltación de amistad entre dos amigos que se reencuentran después de nueve años. El primer gran acierto de la obra es conseguir que esos primeros momentos dibujen con nitidez a unos personajes en perfecta somtonía, dos personalidades juguetonas que se interesan por el chismorreo que perfuma la vida literaria e intelectual, para utilizar la chispa de la ironía y el buen humor a la hora de hacer unas risas con la figura mayestática de Borges, o el tono en el que canta la Argentinita hasta poner un puntito de sal cuando Lorca busca el sobresalto de su amiga y saca a colación el nombre de su competidora la actriz Lola Membrive. Son momentos deliciosos en los que dos mitos de la escena se muestran tan cercanos que contagian el gozo de su alegría, al mismo tiempo que desvelan esos aires de quien se sabe y disfruta de la fama artística y su repercusión pública.

     La segunda etapa de la función se adentra en territorio metatatral para demostrar como el teatro en realidad se sustenta gracias a la capacidad de los actores para jugar con sus voces y su cuerpo hasta conseguir transformarlos en el alma y el vestuario de sus personajes. La incorporación de algunos textos de Lorca nos regalan unos momentos deliciosos en los que vemos como el dramaturgo se mete en el papel de actor y al mismo tiempo hace pequeña aportaciones de dirección para que los gestos y las intenciones que propone su amiga definan mucho mejor los personajes que han nacido de su pluma. Entonces se produce un momento mágico cuando Lorca despliega un abanico y empieza a interpretar un monólogo de ‘Doña Rosita la soltera’ que se le escapa de la memoria, y entonces La Xirgú toma el relevo para convertir las palabras en emoción. En este espacio también hay sitio para quejas y humoradas  que van y viene entre el dramaturgo preocupado por como algunas actrices chillonas mancillan sus textos, mientras su amiga le recuerda que esos textos ya no son suyos, que ahora pertenecen a todos aquellos que sueñan con subirlos a un escenario. El repaso por algunos pasajes de obra de Lorca es brillante, y nos permite comprobar como su espectro creativo va mucho más allá del éxito popular de las tragedias  de aridez y muerte, hasta alcanzar momentos surrealistas como el diálogo de muertos entre un niño y un gato.

     El último estado por el que pasan Lorca y La Xirgu es su toma de posición frente al fascismo, el dictador Franco y el consejo que el asesinado le da a su amiga para que no vuelva a una España aplastada por la dictadura. Su incursión en el desarrollo de la obra me dejó con dos dudas.

      La primera tiene que ver con el tono del texto cuando empiezan a primar los pasajes donde toma relevancia el discurso histórico y la reflexión política, es inevitable atisbar que la voz del poeta está muy influencia por la autoría de Martín Ortiz. El resultado final funciona perfectamente si la intención es conseguir que el mensaje llegue claro y nítido a los espectadores, sin embargo esa opción se aleja de la naturalidad que se había creado en el escenario hasta rozar un tono didáctico. La segunda duda es sobre la idoneidad del momento en que se introduje ese mensaje porque, el recurso de subrayar este asunto prácticamente desde el inicio de la función, para dejarlo apartado hasta una frase en la parte final de la obra en la que Lorca vuelve a incidir en el consejo que le ha traído hasta el camerino de su amiga: no regreses a España. Esa distancia temporal entre el discurso político del inicio y el consejo final reduce el impacto dramático, que seguramente sería mucho mayor dejando toda la reflexión política en la parte postrera de la representación. De esta forma se crearían dos arcos dramáticos muy potentes. El primero consistiría en pasar con nitidez  por tres fases perfectamente marcadas por la alegría inicial, al juego intermedio y al drama final. Pero además se conectaría la ficción con la realidad y así, si en el comienzo de la función atrona un “Silencio” que Bernarda exige a gritos como la señal de identidad para la dictadura que va a gobernar su casa, pero que también sirve como el símbolo de una España cuyo futuro se puede identificar en las palabras que Leonardo de ‘Bodas de sangre’ pronuncia en el tramo final, y que también se pueden leer como el aviso literario para que La Xirgú se olvide de regresar a una patria en la que solo caben los vencedores de la guerra “La noche se está muriendo en el filo de la piedra” y el poema sigue como consejo para que busque un rincón donde siempre la quieran, sin importa la gente, ni el veneno que les echó: A Federico por maricón, y a Margarita por roja.

  ‘La noche se está muriendo’

Producción: El Crisol Teatro. Autor y Dirección de actores: Martín Ortiz.. Intérpretes: Lorena Szekely y Mario Petrosini. Dirección, Escenografía y Vestuario: Jorgelina Herrero Pons. Diseño de Iluminación: Eduardo Safigueroa. Diseño de Sonido: Hernán Fernández. Diseño Gráfico: Alicia Galvele. Asistencia de Dirección: Keila Reynoso.

 30 de enero de 2025. Teatro de la Estación


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