La curvatura de la córnea

30 mayo 2008

Ana Manzana me dijo hola

Ana Manzana me dijo hola. Fue en el sótano de la FNAC. Yo andaba con mi curvatura habitual, nada que ver con el nombre de esta bitácora, mi curvatura habitual es estructural, una posición ósea que me permite el camuflaje social, o al menos eso me gusta pensar.
El encuentro fue con su sonrisa, una sonrisa luminosa y exenta de amperios, no hubo chispas ni cortocircuitos, sólo luz, tanta luz que no pude descubrir el color de sus ojos. Ella era el punto más bonito de un círculo poético de muchos quilates, giró la belleza de su rostro con la misma fragilidad con la que nada entre las olas de mar y me dijo «Hola» Caracola pensé sin decirlo.
Estaba radiante con ese pelo amarillo aplastado sobre la frente pero puntiagudo y desabrido en la nuca, los labios finos, finísimos de un rojo desatendido que me hizo olvidar sus zapatillas negras, que nada me gustaron, maripis las llamaba yo cuando aún no sabía que existían frutas capaces de llevar calzado para ir a ras de suelo.
Subí las escaleras de caracol como en un musical, llegué a la puerta de salida dando saltitos de círculo amarillo en círculo amarillo y allí desbordó mi felicidad en brazos de una áspera guardia de seguridad con el pelo rubio pero lacio, largo pero aprisionado en una coleta baja.
La calle no era el Coso de Zeta, era un Parque de Atracciones dónde Ana Manzana cantaba al compás de un bolero “Dormir contigo es capitular con el deseo, ya no querer dormir sola ni querer el frío en las manos amoratadas. Lágrimas con los ojos cerrados si te vas” Y yo, que siempre he sido un cobarde, me fui.

29 mayo 2008

De paseo

Para Luisa Miñana

La tarde anunciaba lluvia en Zeta cuando me fui de paseo, sin embargo, las nubes desaparecieron en una pirueta en mitad de la calle San Miguel, a la altura del parking del Hotel Zentrum bajé la cremallera del chubasquero y en la puerta del Bar Damasco introduje la mano izquierda en el bolsillo del mismo lado. El primer contacto fue con los dientes de sierra del borde de la concha. Sonreí. El recuerdo saltó hasta la playa de Valencia, allí recogí aquel pequeño caparazón de una almeja, fue el día que los Héroes del Silencio se despidieron para siempre y ya han pasado siete meses.
El Paseo de la Independencia estaba desierto de tráfico rodado, tan sólo uno de los flamantes automóviles recién estrenados por la Policía Local permanecía aparcado en la parada del ExpoBus 30.Me detuve en mitad de la calzada para buscar alguna explicación ente semejante desparrame peatonal, un milagro reservado a los grandes eventos como las Fiestas del Pilar, la Cabalgata de los Reyes Magos y el Día del Libro. Encontré la respuesta en el estrado cubierto que se construía muy cerca de la Plaza Paraíso: El responsable era el desfile conmemorativo que las Fuerzas Armadas celebrarán el próximo domingo primero de junio, un acontecimiento que necesita de preparativos y seguridad preventiva hasta el punto de eliminar motos, coches y autobuses del paseo más emblemático de la ciudad ¡y durante una semana!
La espectacular vista del espacio urbano liberado de tubos de escape desató la furia del peatón y distrajo mi atención con fatales consecuencias: La concha valenciana se me escapó de entre los dedos y cayó en el asfalto.
Estuve por abandonarla a su suerte. La idea de dejarla allí era tentadora. Imaginé a un paleontólogo con su pincel, un científico avispado que constataría como el Ebro River de principios del siglo XXI crecía y crecía hasta dejar a los parientes marítimos del mejillón cebra a las puertas del Mac Donald.
El gesto de agacharme para recoger el caparazón certificó su condición de talismán. No llegué a tocarlo porque, ante la incredulidad de mis ojos, la concha descansaba sobre un diminuto montoncito de arena que a mi me pareció un altar. Los granitos del motoncito se movían en círculos que aumentaban su diámetro de a poquitos. El extraño fenómeno me hizo dar un paso atrás para que el universo arenoso en expansión no se subiera a uno de mis zapatos, lo hice con tan mala pata que pisé una de las botas de un Guardia Municipal.
La mirada de The Police´s Zeta se columpiaba entre mi careto y el desparrame progresivo del árido. Lo hacía con vehemencia, con la acusación impresa en los cristales tintados de las gafas más horteras que una autoridad pudiera llevar. Me dirigió unas palabritas de cortesía a modo de cumplimiento del deber para con el ciudadano y a continuación desgranó los artículos que infringía al depositar en la vía pública materiales susceptibles de ser calificados como residuos urbanos ¿Cómo explicar a un señor con barba de tres días, pelanbreras y patillas de Curro Jimenez que sólo estaba recogiendo del suelo mi concha de la suerte, un talismán mágico muy alejado del campo semántico de la basura? La tarea me pareció imposible.
Para mi asombro, el municipal resultó ser un artista que, además de rellenar los formularios oficiales donde dejaba constancia del sablazo que se me venía encima, recitaba los artículos correspondientes a mis infracciones, anexos, preámbulos y otras consideraciones con el virtuosismo de un rapsoda. El funcionario mantuvo la oratoria hasta el último de los versos normativos. Un tiempo que el montoncito de arena aprovechó para dejar un manto Ámbar Green 0,0 sobre la calzada y las aceras del Paseo de la Independencia. «Se te va a caer el pelo, co» concluyó.
La ciudadanía que por allí paseaba no se inmutó, incluso hubo señoras que tras visitar la sección de verano de El Corte Inglés se instalaron tan ricamente sobre unas toallas serigrafiadas con las banderas de los países que van a visitar Expo Zaragoza 2008. El Guardia Municipal estaba en diva tras su exhibición y quiso continuar en esa línea cuando comenzó a redactar la multa. Los viandantes más curioso hicieron corro a nuestro alrededor y, como todo Street Police sabe, las reprimendas públicas son las más ejemplarizantes, así que, tras carraspear, probar un par tonos y revestirse de cantante de boleros, comenzó la famosa tonada «No te puedo comprender. No me puedo explicar como lo puedes hacer tan tranquilamente. No puedo comprender como puedes tirar basura orgánica con forma de caparazón y espolsar los bolsillos de arena a la vez, y no estar loco. Merezco una explicación porque es imposible hacerlo y no tener el Corazón Loco»
El público congregado aplaudió con tanta fuerza que el Guardia Municipal se destocó y reclinó su porte ante los fan que ya eran multitud. De entre los enfervorizados surgió la figura salvadora de una mujer que se dirigió al policía en los siguientes términos «Mi nombre es Luisa Miñana. Pertenezco a un equipo inter disciplinar de la Universidad de Zaragoza que se ocupa y preocupa de evaluar, estudiar y explicar los Fenómenos Históricos de Regresión Temporal. Toda esta arena esparcida sólo puede corresponder a uno de estos extraordinarios acontecimientos. Incluso a primera vista, y teniendo en cuanta que no he podido evaluar todos los factores de una manera sistemática y fiable, me atrevo a lanzar una hipótesis» La profesora universitaria hizo una excelente pausa dramática durante la cual temí que el municipal preguntase que coño significaba aquello de “hipótesis”. «Mi tesis de trabajo» continuó Luisa Miñana «es la siguiente: Esta arena se ha equivocado de año. Esta playa urbana que ha surgido en el Paseo de la Independencia pertenece a los adoquines que vieron nacer el Mayo del 68 francés. Así que desde ahora mismo declaro toda la zona afectada como Espacio de Prioridad Cultural por Acción Directa de un Fenómeno Histórico de Regresión Temporal. Le ruego se comunique con sus superiores para que avisen cuanto antes a Doña María Pilar Alcober Lamana, Concejal Delegada del Área de Cultura y Educación»
Las vallas municipales de azul Fluvi rodearon, en un despliegue logístico sin parangón, a las vallas doradas de los militares mientras un ejército de profesores universitarios caminaba sobre la arena para establecer un primer contacto visual, inspeccionar el terreno y localizar alguna pista orográfica que permita albergar esperanzas sobre la existencia pruebas e indicios históricos.
Una ligera brisa anunció que la tormenta venía enfurecida, los científicos siguieron con sus protocolos hasta que toda actividad académica quedó en suspenso cuando un trueno despótico rasgó el cielo de Zeta. La lluvia comenzó dispersa, cada gotita hacía un inofensivo agujerito en la manta ambarina pero la intensidad del chaparrón aumentó de marejadilla a fuerte marejada.
El diluvio sólo se detuvo cuando los últimos granos de arena se diluyeron a través de los sumideros.

27 mayo 2008

Una brevísima excursión entre lluvias

La lluvia cesó cuando llegué a la altura de la calle Sierra Pambley, el fenómeno atmosférico se fue con la misma rapidez que había llegado, la cortina gris me adelantó y se perdió en dirección al río Bernesga. El sol impuso la ley de sus rayos ante los cuales cerré el paraguas trianero. Fue un gesto de alivio al que se sumó la sonrisa que la Virgen Blanca me dedicó desde el parteluz de la puerta principal de la Catedral. Tomé su gesto como una invitación para entrar a su casa y contemplar el espectáculo de las últimas luces del día dando vida al círculo de ángeles que custodian a la Madre de Dios y al fruto de sus entrañas. Cuando llegué a la altura de la verja que rodea el edificio me topé con un tipo del estilo beato beatorum. Me examinó de arriba abajo, reparó en la cámara de fotos y en la guía turística que asomaba por uno de los bolsillos del chubasquero. La pregunta me la hizo con el retintín de quien sabe la respuesta « ¿Va a escuchar la Santa Misa al completo?» Tuve ese segundo de brillantez que nunca consigo en los momentos necesarios «Los “completos” los suelo solicitar en otros lugares» pero silencioso, temeroso y avergonzado, sólo fui capaz de agachar la cabeza y recuperar el itinerario previsto: Todo derechito y cuesta abajo hasta llegar a la Plaza Mayor esquina con la calle Matasiete, allí no encontré ni rastro de la reyerta de dónde le viene el nombre. Dos zancadas y me planté en la Plaza de San Martín para admirar el abanico de tascas, mesones y garitos que me anunciaron un ajetreado recorrido de tapas con corto de cerveza por La Gitanilla, El Gaucho, La Alpargata, El Besugo y un sin par más lugares lúdicos en los que degustar alitas de pollo, sopas de ajo, picadillo, rabo, patatas picantes, morcillas, bollos preñados, mejillones en salsa y nosecuantasdeliciasmás. En esa premonitoria felicidad me veía inmerso cuando sin más ni más un dolorcillo en lo más profundo de las tripas me puso en alerta. El instinto de supervivencia dinamizó los músculos propulsores de mis piernas y agitó las cuerdas vocales al grito de ¡pies para que os quiero!
Cabalgué sobre mis zapatos, huí a grandes zancadas dejando a mis espaldas el tantas veces deseado recorrido por el Barrio Húmedo hasta alcanzar la Hospedería Casco Antiguo dónde senté mi dignidad: Las posaderas en prietas, una mueca en los labios y truenos con rayos agitando el transito intestinal.
La excursión que se anunciaba gastronómica terminó gastrointestinal mientras una lluvia desbaratada insistía en mojar el maravilloso casco antiguo de León.


24 mayo 2008

Pátina del futuro

La pereza primaveral ha anidado en mi ánimo, ya no es el miedo a la pantalla pixelada en blanco, ahora es la tentación de, derrengado en el sofá, zapear los veintitantos canales de la novedosa Televisión Terrestre Digital con su miscelánea de Tele Tiendas, repetición de series y saltos alpinos antes de conectar con la serpiente multicolor de cualquier vuelta ciclista. A mi lado el libreto de Pic-Nic que debería aprender para la representación teatral de finales del mes de Junio, en mi cabeza unos cuantos fantasmas ululando sus historias y sobre la mesa el plano de León, un viaje que guarda la promesa de cortos de cerveza con tapa por el Barrio Húmedo, el tele transporte temporal hasta las vidrieras de la catedral y paseos ribereños para teñir el confuso presente con la prometedora pátina del futuro.

22 mayo 2008

Conceptos para pensar el Siglo XXI

El miércoles 21 de mayo, a la misma hora que los gladiadores del Manchester y el Chelsea saltaban al terreno de juego, se presentó en la librería Cálamo el libro "Conceptos para pensar el Siglo XXI”, obra editada por Libros de la Catarata y coordinada por Andrés García Inda y Carmen Marcuello Servós.
Andrés García Inda fue el encargado de iniciar la presentación con una brillante exposición en la que recordó algunos motivos que hacen indispensable un libro de estas características. Comenzó por defender la idea de manejar el concepto de pensamiento como si se tratase de una herramienta. A nadie se le ocurre en pleno siglo XXI concebir una explotación agraria cimentada sobre una azada, tal vez un ejemplo demasiado radical pero sin embargo cuantos de nosotros nos aferramos a nuestras viejas utilidades informáticas, aún sabiendo que existen otras más modernas y con más prestaciones. Esa es la brecha que este libro se propone saltar, que las herramientas del pensamiento no se queden ancladas en conceptos antiguos, que las nuevas realidades sociales, económicas y culturales sean determinantes en el debate público.
Andrés García Inda recalcó que la autoría colectiva de “Conceptos para pensar el Siglo XXI” es un gran activo que nos aleja de esas figuras mediáticas que hablan y opinan de los más diversos temas con una frivolidad tan sólo al alcance de algunos tertulianos que habitan en las ondas hertzianas y en las pantallas en emisión TDT. Frente al discurso preconcebido y precario que tanto abunda en los terminales mediáticos, se nos presenta una obra construida con la aportación de doce autores sobre materias que conocen a la perfección porque a ellas dedican sus labores profesionales. Esa cualidad en la fuente de información es otro valor añadido a este libro.
Andrés García Inda terminó con una exhortación para que los lectores seamos capaces de discutir sobre los temas propuestos, nos animó a subrayar, a tachar y a utilizar el libro como una herramienta, como el útil necesario para abrir la discusión, un debate que nosotros, la sociedad en su conjunto esta invitada a crear.
Nacho Celaya, Director General de Participación Ciudadana del Gobierno de Aragón, tomó la palabra en segundo lugar. Confesó que había leído el libro en su totalidad y recomendó una lectura mucho más pausada, una lectura de poco a poco, capítulo por capítulo, dejando que las ideas y las reflexiones que llegan desde las páginas del libro sedimenten en nuestro propio pensamiento. “Conceptos para pensar el Siglo XXI” es un libros que necesita reposar el recorrido realizado antes de lanzarse a un nuevo trazado, un oasis ante la falta de discurso social en el ámbito zaragozano, esta realidad es una tara que Nacho Celaya achacó a la ausencia de una facultad como la de Ciencias Políticas que permitiría una estrategia continuada y sistemática en la promoción de debates públicos en torno a las Ciencias Sociales, una carencia que este libro no suple pero, gracias a él, nos encontramos con opiniones vertidas en esos terrenos, aunque provengan de otros campos del trabajo universitario. Destacó su carácter pedagógico, sin lugar a dudas — me atrevo a añadir — como consecuencia del compromiso docente de la mayoría de sus autores. Recalcó la diversidad en la metodología de lo escrito, cada ponente ha dejado impresa su huella discursiva y eso confiere al libro un variopinto mural a la hora de enfrentarse a la exposición de los diferentes temas que aborda.
Nacho Celaya terminó con una interesante propuesta de futuro, eso si, siempre después de la absorbente Expo Zaragoza 2008, dejó sobre la mesa su compromiso político y presupuestario para organizar tertulias del pensamiento, un forum permanente dónde se puedan debatir las ideas con propuestas tan interesantes como las desgranadas por este libro.
Carmen Marcuello Servós fue la última en intervenir. Comenzó con una sonrisa de agradecimiento dirigida a los propietarios de la librería Cálamo y dio tres razones: La primera por prestar el espacio para la presentación del libro, la segunda por permitir a los coordinadores husmear entre las estanterías para encontrar materiales sobre los que cimentar el libro, el tercero y último fue un entrañable recordatorio al espacio infantil de la librería dónde sus hijas han encontrado maravillosas lecturas.
Carmen Marcuello Servós destacó que, ante la aparente dificultad para el profano a la hora de enfrentarse a la lectura de un ensayo, este libro tiene una característica que lo hace muy sugerente: Las frases iniciales de muchos de sus capítulos ejercen de señuelo, una tentación irresistible para bucear en sus contenidos, pondré tres ejemplos.
“Todos somos iguales… pero unos más iguales que otros” inicia el capítulo “Igualdad (y diferencia)” de María José Bernuz Benitez.
“Posiblemente el vocablo «participación» es uno de los más instrumentalizados durante los últimos tiempos. Después de 30 años de democracia y de incitar a la participación desde muchas esferas de nuestra vida cotidiana, vivimos en una borrachera de participación que da como resultado una escasa participación ciudadana” Luís Aranguren Gonzalo en el primer párrafo del capítulo “Participación”
“James Carville fijó como uno de los eslóganes para el equipo electoral de la campaña de convirtió a Bill Clinton en presidente de los EE. UU. el siguiente pensamiento «Es la economía, estúpido» Obviamente lo económico afecta enormemente nuestras vidas cotidianas” Así comienzan Carmen Marcuello Servós y Gonzalo Mateos Tobajas el capítulo titulado “Economía y Mercado”.
Mientras escribía esta reseña sobre la presentación del libro “Conceptos para pensar el Siglo XXI” el Manchester se ha proclamado Campeón de Europa.

21 mayo 2008

Los pliegues del tiempo

Los pliegues del tiempo es un poema de Jesús Jiménez Domínguez:



17 mayo 2008

Será el día...

No he conocido a mis abuelos, sólo guardo una imagen lejana, creo que es Serafín, el padre de mi padre, nunca lo he corroborado con el resto de mis familiares porque muy pronto aprendí que un buen día se dejó de hablar de aquel hombre.
Algunas veces regreso a ese único recuerdo. Camina muy despacio, lo veo nada más sobrepasar la Casilla, al lado del polvorín, lo miro durante unos brevísimos segundos, pero enseguida lo abandono para cabalgar la botella vacía de cinco litros de aceite con la que esbarizo el culo por los terraplenes de antes de llegar a las Barriadas del Sur. Eso es todo.
En días grises como el de hoy cambió el guión de mi memoria. Visto a mi abuelo con pantalones de pana negra y con boina mientras lo espero sentado en una piedra. Siempre tarda mucho en llegar pero no me importa porque así tengo más tiempo para recolectar todas las preguntas que le voy a hacer y elegir las historias que me va a contar.
Silencio, cuando llega a mi lado sólo hay silencio. No dura mucho esta situación porque enseguida me siento incomodo, así que recojo la botella vacía de cinco litros de aceite y esbarizo el culo por los terraplenes de antes de llegar a las Barriadas del Sur cargado con la mala conciencia de ser un nieto pésimo.
Pero hoy las cosas han cambiado. Yo he guardado el tradicional silencio cuando Serafín ha llegado hasta la piedra dónde lo espero, sin embargo, las palabras de Doña Sole, uno de los personajes de “La sombra del ciprés es alargada” de Miguel Delibes, han brotado de la boca de mi abuelo con el tono achacoso de la sabiduría: “El pesimismo sólo nos deja ver las espinas de los rosales, la muerte en el hombre, la carne en el amor. Alimentados de pesimismo no vivimos la vida, la sufrimos. Todo lo malo de la vida se agiganta para el pesimista, y, además, lo bueno lo hace malo, precisamente porque de todo escoge su fachada negativa. Cuando la vida amarga, hay que suavizarla, y cuando es dulce, mitigar sus dulzuras pensando que otros sufren por los que nosotros no sufrimos. Siempre tendiendo al equilibrio, que es el camino de la verdad”
("Será el día... " es un título prestado de la bitácora de Fernando Sarría)

15 mayo 2008

Todo sobrevalorado en exceso

Todo sobrevalorado en exceso es un poema de Alejandro Pastor


Así se hizo:

14 mayo 2008

ETA NO ETA EZ


13 mayo 2008

TRESVERSOS

Fotografía de MF

La poeta Pilar Manrique, la escritora Patricia Shelly y el periodista Miguel Ángel Ordovás han formado la Asociación Cultural TRESVERSOS. El proyecto inaugural de esta asociación es un documental patrocinado por el pabellón de Zaragoza en la Expo 2008 en el que se mostrará la poesía que circula por las calles de la ciudad, un viaje panorámico dónde los versos son los protagonistas, versos en boca de los poetas, de los lectores, de los niños, más de ochenta personas para mostrar las diferentes maneras de sentir y decir un poema.
La invitación para participar en este proyecto me llegó en las líneas de un correo electrónico de Patricia Shelly. La cita para materializar mi colaboración se cumplió ayer en el Café Van Gogh, un lunes para la historia porque alrededor de las mesas de tan literario establecimiento se reunieron tres de las más importantes tertulias de la ciudad: La Repúblicana, Fuentes de la Mentira y La Tertulia del Van Gogh. Las intervenciones de los tertulianos se rodaron en interior del café y el resto de los congregados lo hicimos bajo los faroles, al costado del remozado Museo Camón Aznar.
Cinco tomas, cinco. Necesité cinco tomas para recitar el poema de Alejandro Pastor titulado “Todo sobrevalorado en exceso”. Reconozco que cinco intentos es un número muy elevado, sobre todo si tenemos en cuenta que me pasé todo el fin de semana recitando esos versos, unas veces en versión doliente, otras con el flow de los raperos y la mayoría de ellas con el deje trianero que tanto me gusta imitar. Cinco tomas para aproximarme a ese sueño de voz potente y sin titubeos, pausas ajustadas y en su sitio, dicción aceptable y la pose segura de quien se planta ante la mirada del objetivo.
El resultado final en la Expo de Zaragoza 2008.

10 mayo 2008

Inmaduro

Siempre he pensado que un puntito de inmadurez era un ingrediente imprescindible para una personalidad “cool” que estuviese en sintonía con los tiempos que corren, el aliño perfecto para acompañar la ausencia de prole en el menaje de mi casa, ese guiso que nunca he cocinado y por el que tanto sufrí.
Ayer por la tarde descubrí lo estúpido de esta elucubración con aires de excusa. La respuesta llegó desde el oráculo catódico de 32 pulgadas que El Corte Inglés instaló frente al sofá dónde derrengo mis desidias. El sacerdote encargado de revelarme la verdad fue Ángel Llácer. El profesor de interpretación y director de la Academia de Operación Triunfo 2008 charlaba con Tania S, la participante más joven del programa, sobre su comportamiento tanto en el plano artístico como en el personal. La conversación terminó con la frase: «Una persona es madura cuando no se esconde»
La afirmación traspasó los puntitos de la pantalla LCD y me golpeó con la crudeza de los disparos que son mortales de necesidad: Esconderse, esa es mi especialidad. Escurrir el bulto, ignorar los sentimientos, adormecer las percepciones, enmudecer los sinsabores, hacer mutis por el foro con los desprecios, acallar los borbotones de sangre, disimular la vergüenza, bautizar las ideas propias con otros progenitores para que tengan más brillo, huir ante la presencia del miedo, apagar los deseos, esconderme una y otra vez para continuar varado en la inmadurez “cool” de una farsa que me anestesia en el mar hipócrita de los temerosos.

08 mayo 2008

Galleta de la suerte

05 mayo 2008

El visitante número 10.000

El periodista Sergio del Molino escribió en su blog: “Un somarda es un socarrón, un irónico sin llegar a ser cínico, un tipo al que le gusta tomar el pelo a los demás y que sabe sacar punta, que extrae la esencia de una gran verdad a la que los filósofos han dedicado tratados enteros y la concentra en una sola frase. No existe equivalente castellano exacto. Además de ser una palabra estupenda, es el principal atributo del sentido del humor aragonés.”
Manipulando materiales creativos muy parecidos a los utilizados por el somardismo en cuestión de vocabulario y situaciones de terruño, aunque enraizadas en tierras albaceteñas, los nuevos humoristas criados en la Paramunt Comedy con “La Hora Chanante” y en la segunda cadena de Televisión Española con “Muchachada Nui”, construyen un humor reconocido y valorado por las nuevas generaciones.
En una de mis singladuras nocturnas de bitácora en bitácora topé con Que Pues. El director del invento es el humorista Agustín Martín que no duda en definir su trabajo como “humor somarda” y reclama como creadores de ese género, entre otros, a Javier Coronas.
Mis visitas se hicieron habituales, al principio fueron silenciosas pero al poco tiempo me animé a opinar sobre los videos del “Regional Geografic”, las secuencias del “Cámara Carajillo”, los monólogos del director y otras elucubraciones creativas. Estos viajes cibernautas han tenido su recompensa y el pasado mes de abril me convertí en el visitante número 10.000.Agustín Martín y Paco Mompel, director y subdirector del invento, me citaron para conmemorar el evento en el Bar Miguel de la calle Silvestre Pérez de Zaragoza. Entre rondas de cervezas Ámbar me obsequiaron con una camiseta patrocinada por el Taller Renault situado en la misma calle:

01 mayo 2008

[cuando he vaciado todo]

[cuando he vaciado todo] es una versión optimista de un poema sin título de Daniel Rabanaque: