Nochevieja 2007
En el gremio familiar, además de la tradicional ojeriza hacia las suegras, existe una extendida animadversión en contra de los cuñados en general y las cuñadas en particular. Yo mismo he anunciado infinidad de veces la extinción de esa denostada especie a la que pertenezco desde lo seis añitos y en la que ingresé tras los esponsales de mi hermana, es evidente que he errado en mis predicciones y hoy les voy a contar un buen ejemplo
Jesús Clemente me puso sobre la pista de Juan José Millás y me recomendó la lectura de su columna semanal en la contraportada del diario El País «Son como cuentos» me dijo. Seguí el consejo de mi primo y me encontré con brillantes líneas que diseccionaban historias con la destreza del cirujano. Un muestrario que contenía desde la vida cotidiana hasta adentrarse en aceradas radiografías de la actualidad política, o tratados biológicos sobre órganos, vísceras y cualquiera otra maquinaria insertada en el cuerpo humano. La extensión de los artículos y su periodicidad me supo a poco. En otros tiempos hubiera recalado en alguna de las novelas que el autor ya había publicado, pero en la era de Internet anclé las teclas del ordenador en la página oficial de Juan José Millás dónde cada día publicaba un texto bajo el paraguas de un nuevo género denominado “articuento”, ya saben, contar un cuento en el espacio de un artículo, ¿ o era al revés?PHF y Dover han llegado hasta esta bitácora para felicitarte las Fiestas en 55 segundos. Conecta los altavoces y pulsa play:

La noche bajo cero comenzó con una parrillada de mariscos con un blanco de Alquezar. En el váter una puntita olvidada de coca, la chupé con el dedo y un sabor áspero que dejó dormida a la lengua pero nunca la palabra. Primera y última vez. Jovencitas en minifalda desafían el frío mientras yo me protejo las orejas con la bufanda más clásica de mi armario. Un segurata de pinganillo en el oído me abraza, asegura que me conoce y me invita a un chupito de un brebaje demasiado dulce. Música basura para que un ejecutivo calvo se sienta un conquistador, ella lleva un vestido horroroso. En las calles grupos festivos aporrean villancicos y yo me animo con la cabra, la cabra, la puta de la cabra, la madre que la parió, yo tenía una cabra que se llamaba Asunción. Me echan de los garitos dónde sigue la música de mierda pero no dejan cantar y sólo queda un taxi en Zeta que me quiera devolver a casa, Radiolé en los altavoces y la armaba mediática del insulto y el despropósito en el cerebro, pese a su discurso radical, y mi silencio como evasiva, le deseo que tenga un buen servicio. El ascensor me recoge, no me atrevo a mirar al espejo, no quiero ver papadas, mofletes, ni mis nuevas gafas azules. La resaca ya empieza a traicionarme. Una vuelta de llave significa que Migue aún no se ha ido a trabajar, procuro no tropezar como el último día. Enciendo la luz y allí está, sobre la mesita de la entrada: El último CD-DVD de Violadores del Verso con su celofán y una nota que reza: Espero que te guste, chato. Y tanto que me gusta, sólo tienes que pulsar play y escuchar once segundos para comprobarlo:
Los poetas participantes en “20 aragoneses expuestos” son: Sergio Algora, Adolfo Burriel, Mariano Castro, Ánchel Conte, Alonso Cordel, Manuel M. Forega, Emilio Pedro Gómez, Octavio Gómez Milián, Ángel Gracia, Ángel Guinda, David Mayor, Juli Micolau, Miguel Ángel Ortiz Albero, Elena Pallarés, Pilar Peris, Alfredo Saldaña, Joaquín Sánchez Vallés, Rosendo Tello, Manuel Vilas y Enrique Villagrasa.
Las ilustraciones del libro pertenecen a Iris Lázaro, Eduardo Laborda, Ricardo Calero, Javier Lapuente, Pachi Garulo, César Sánchez Vázquez, Columna Villarroya y Vicente Pascual.

Yo vengo sin idiomas desde mi soledad,