Utrillas Bar Crawl
La Circle Line es la línea amarilla de la red de metro de Londres. Recibe ese nombre desde 1949 cuando se formó tras la fusión de otras dos líneas. El viaje completo viene a durar unos 45 minutos, cuenta con 27 estaciones, una longitud de 22,5 Kilómetros y un trazado circular.
El Circle Line Certificate se obtiene tras completar la denominada Circle Line Pub Crawl. El examen es muy sencillo, se trata de recorrer la línea amarilla de metro de una estación a otra, bajar en cada una de ellas y tomar una cerveza en el bar más cercano a la misma. Este evento se puede realizar en cualquier momento del año, pero es muy popular durante el sábado más cercano al día Waitangi, que se celebra 6 de febrero y conmemora la firma del Tratado que en 1840 proclamó la fundación de Nueva Zelanda.
Fernando García Roche y el que esto suscribe vamos a inaugurar, con un considerable retraso de 16 años, la que hemos denominado Utrillas Bar Crawl en honor a su origen anglosajón.
Esta nueva ruta tiene sus propias particularidades. La primera radica en su recorrido, en Utrillas no hay estaciones de metro así que los desplazamientos se recomiendan a pie. En nuestro caso optamos por el automóvil hasta la hora de comer y el paseo durante el resto de la jornada. La segunda regla debería regular el itinerario pero en este punto también queremos ser flexibles, la ruta comienza por dónde quieras y acaba dónde tú decidas, eso sí, tendrás que recorrer todos y cada uno de los bares de Utrillas. La tercera es la única norma que nace con intención de hacerse cumplir, por aquello de crear nuevas tradiciones: La Utrillas Bar Crawl se celebrará durante las Fiestas de los Mozos en honor a los mártires San Abdón y San Senén devorados por los leones, y cuyos fastos acontecen a finales del mes de julio, lo dicho no es obstáculo para que cualquier acontecimiento, tales como bodas, despedidas o divorcios, sirvan de excusa para hacer esta ruta en cualquier otra fecha del año. Para finalizar, no es obligatorio detenerse en todas y cada una de las paradas, el personal se puede incorporar al libre albedrío y abandonarla allí dónde bien le parezca, pero para que tenga validez, al menos uno de los que hayan estado integrados en el grupo tendrá que completarla en su totalidad.
Se acabaron los preámbulos y allá vamos con la crónica de la Utrillas Bar Crawl en el transcurso de la cual consumimos una cerveza, como mínimo, en cada una de las paradas.
La cita era a las once de la mañana en Las Casas Nuevas, como era de esperar, Fernando se quedó pegadito a las sábanas y tuve que ir a buscarlo a su casa. Pili Pérez, de la Peña Las Chamas, y su hija Irene tuvieron el honor de dar el pistoletazo de salida que nos llevó hasta las Barriadas del Sur dónde nos esperaban los tres primeros bares del recorrido.
1 Bar Restaurante Gasolinera
Se inauguró cuando la familia Beltrán abrió la estación de servicio en la que nunca deja de sonar la música. En su interior podrás encontrar una interesante colección de fotos con los mineros como protagonistas, además de un precioso mosaico de baldosas con el castillete del antiguo Pozo de Santa Bárbara.
La primera foto que acompaña a esta crónica fue disparada por Jesús Mochi que repostaba el autobús.
2 Bar Pegaso
Histórico establecimiento presidido por varias fotos del sevillano pueblo de Villanueva del río y minas. Una leyenda cuenta que El Cid Campeador, en su ruta desde Zaragoza hasta Valencia, pasó por estas tierras como así lo atestigua una abundante toponimia comarcal, sin embargo, lo que olvidan las crónicas oficiales y que en esta bitácora reivindicamos es la voz popular que recuerda como tan afamado viajero detuvo su camino en el Bar Pegaso de las Barriadas del Sur y se tomó un café, algunos afirman que bien cargado y otros que era cortado.
Desde estas líneas hago un llamamiento para la participación de todos en la difusión a tutiplé de este acontecido.
3 Bar Elvis
Uno de mis establecimientos preferidos por su imponente personalidad que mezcla lo internacional de su nombre con el estilo cañí de su decoración. Una visita imprescindible. Lo encontramos cerrado porque, según nos informó un vecino, no abría hasta pasado con creces el medio día y a veces a la hora del café.
Abandonamos las Barriadas del Sur para llegar hasta las Cincuenta. Barrio que debe su nombre a las primeras cincuenta viviendas que allí se construyeron y en cuyos locales se encuentran nuestras dos próximas paradas.
4 Bar La Charanga
Tuvo otros nombres pero todo el mundo lo recuerdo como Los Pacos, ahora lo regenta Pedro, heredero generacional de los primeros dueños. En sus paredes queda constancia de dos tesoros locales: La primera camisa de la Peña La Charanga de color blanco con listas azules en las mangas y letras del mismo color, así como el primer escudo, datado en 1981, que formó parte de la vestimenta oficial de charanguero.
Fue en este bar dónde se nos preguntó por primera vez si nos habíamos acostado. Nadie creyó que, pese a que las fiestas ya llevaban un par de días de funcionamiento, la noche anterior nos retiramos a una hora prudencial para estar en forma y cumplir con el reto que nos habíamos marcado. Esta predisposición de los parroquianos a pensar que alargábamos la juerga nocturna nos dio que pensar… sobre una merecida fama ganada a pulso a lo largo de los años.
5 Bar Mancheguin
El escudo del Sevilla F.C. y Manolo que nos habló de La Masada, de Barranco Malo y de porque ha decidido volver a fumar. La charla conlleva varias rondas y en una de ellas Migue se incorporó a la ruta.
6 Café Goya
Segundo bar, y último, que encontramos cerrado.
Cambiamos de barrio para adentrarnos en el más nuevo del pueblo. Oficialmente se bautizó como La Vega pero todo el mundo lo conoce por Los Colorines.
7 Bar 103
El hilo musical inundaba la terraza de sol con la voz de Perlita de Huelva y esa tonada que nos aconseja precaución amigo conductor. Importantes claves para comprender una de las claves de la personalidad de este pueblo turolense pero trufado de Andalucía. María Moya la Relojera, tía de Nuri Cañas, me cató al segundo como el hijo del Isaac. Presidía la decoración del bar un platillo de los que usaban los mineros en las duchas del pozo Santa Bárbara, sobre el que dejaban sus pertenencias y colgaban sus ropas para elevarlo hasta el techo, Evaristo, el hermano mayor del Mafia, nos confesó con orgullo de minero retirado que aquel platillo era el suyo.
8 Bar El Punto
Migue, Fernando y yo nos sorprendimos porque desconocíamos la apertura de ese bar. Esa fue una de las espoletas que nos llevó a nombrar todos los bares que en Utrillas han sido, pero esa es otra historia que contaré en otra ocasión. Abandonamos Los Colorines y nos dispusimos a recuperar fuerzas.
9 Hotel, Restaurante y Cafetería Villa de Utrillas
A sus puertas descubrimos el motivo que había llevado a Migue a incorporarse a la ruta: Comprobar que la comida fuera Dios manda. Y vaya si lo fue. Ensalada ilustrada en el centro de la mesa, revuelto de gambas para la señora y entrecot poco hecho para los caballeros. Hablamos de cuando en aquellos locales estaba la Peña El Petete y de nuevo se abre una nueva vía de investigación. La pitanza culminó con tartas variadas, los cafés de rigor, un par de copazos de ponche con hielo y el abandono momentáneo de Migue que escogió una siesta en vez de continuar ruta, eso sí, lo hizo con la promesa de incorporarse más tarde.
10 Bar Las Piscinas
La camarera andaba triste tras la barra. Le preguntamos por sus pesares y señaló a su camiseta amarilla con la foto de un huevo frito. Era la indumentaria oficial de la Peña el Huevo Frito de Barrachina, que por esas mismas fechas celebraba la festividad de Santa Ana, a las que ella no podía asistir porque antes era la obligación que la devoción. Intentamos animarla pero su corazón y su sonrisa se habían quedado en la Comarca del Jiloca.
11 Bar Residencia de Ancianos
La localidad de Utrillas dispone de una residencia para la tercera edad a cargo del Instituto Aragonés de Servicio Sociales. Su amplia cafetería es visitada por la población en general y los amantes del dominó en particular. En tó lo alto, un plato con el escudo del Betis.
12 Bar Nayara
La localización geográfica de una exuberante cascada de agua, cuya fotografía decoraba la pared, fue motivo de disputa, Pedrico nos sirvió un par de quintos y terció en la discusión que acabó por llegar al Chorredero, el Hocino y el Pozo de las Palomas, tres enclaves preciosos en el entorno de barrio de Las Parras.
Un momento de terror recorrió nuestros pensamientos porque no habíamos contado con ese barrio a unos ocho kilómetros de Utrillas. La sangre no llegó al río porque concluimos que contaba con ningún establecimiento hostelero permanente.
La conversación regresó a lo fluvial, al río Moral, al Mena y al Malacara.
13 Las Vegas
Esta parada en la ruta era mucho más que entrar a un bar, era regresar al segundo hogar. Entre sus cuatro paredes o en la terraza con vistas a los Jardines he pasado gran parte de las mejores horas de mi vida, confesiones inconfesables, retransmisiones deportivas a altas horas de la madrugada, el diseño del futuro, besos, broncas, risas, algunas lágrimas, siestas festivas en los butacones, manguerazos para mitigar el calor picajoso de los veranos más osados, tardes en las que soñamos con cambiar el mundo y los bocadillos de jamón con tomate que me traía Migue cuando éramos novios.
La singularidad de este bar con respecto a nuestras vidas tenemos hay buscarlas en el día de su inauguración. Celso Acosta y José Luis Lleida ejercían de los camareros más serios que jamás se hayan visto y nuestra cuadrilla se coló de rondón porque Javier Acosta, hijo de Celso y que más tarde también trabajó allí de camarero, nos llevó para bebernos una Coca-Cola ¡que para eso invitaba la casa!. Seguramente fue la primera vez que entrábamos a un bar en comanda, en esa edad de incertidumbre entre la infancia y la adolescencia, cuando los lazos de la amistad parecen indestructibles.
Allí nos encontramos con El Cuerva, Mario y el primo del Zipi que, una vez informados de nuestro propósito no dudaron en comenzar su propia ruta pero con una brillante idea añadida: Cada camarero tenía que plasmar su rubrica en una hoja para certificar el paso de la comitiva.
14 Bar Casa de Andalucía
Un lugar entrañable de los tiempos cuando uno todavía era capaz de viajar desde Zaragoza hasta Utrillas por el simple placer de tomarse una barracha junto a la bufanda del Betis y con las botellas que el Beni te dejaba sobre la barra, una barracha de autoservicio.
Media docena de jaulas mantenían esa costumbre de tener colorines y verderones a la sombra de los toldos. Un sinfín de hermosuras nos mira ataviadas con faralaes para dejar constancia de la belleza de las Majas con sangre andaluza de la Comarca de las Cuencas Mineras. La virgen de la Macarena también llora en la provincia de Teruel.
15 Bar La Parada
Hubo una época en la que este bar lo regentaban la María y el Ángel, fechas de madrugadas con huevos fritos y broncas de la cocinera por el estado en el que llegábamos, broncas tiernas y cervezas con dos cubitos de hielo. Aquello si que fueron otros tiempos.
16 Hostal Los Ángeles
La ruta integrada por tres charangueros que comenzó en Las Vegas se fusionó con la nuestra en esta etapa y, cuando El Cuerva instó al camarero Miguel Belles a firmar en la hoja del recorrido, el recuerdo le trajo una sonrisa y un sin fin de anécdotas sobre el Camino de Santiago, las ampollas en los pies, las discotecas gallegas y cuatro tíos que recorrieron más de ochocientos kilómetros en 23 días, a saber: Antonio Cuerva (padre), Miguel Belles, Pedro Torreblanca y Juan Liñares. Ya andan pensando en volver a hacerlo y buscan compañeros de viaje. ¡Buen Camino!
17 Pub Terminal
Antes fue el Pub Las Torres pero todo el mundo lo llamaba El Moro, y tanto lo llamaban que en un traspaso el nombre popular se convirtió en oficial. Al final de las antiguas escaleras que daban acceso al local, ahora se hace a pie de calle, aprendí a jugar a los dados.
18 El Fogón
La ruta se vio ampliada con la llegada de Pablo y Suso que venían bastante acelerados y con mucha ganas de fiesta. Estas incorporaciones trastocaron la velocidad de crucero que llevábamos en las consumiciones y a partir de aquí no supimos controlar los excesos. El resultado fue evidente en las notas de mi libreta que pasaron del castellano al lenguaje de los signos jeroglíficos. Un segundo antes de salir del local vimos con asombro como los políticos comarcales entraban en tropel a llenar la barra, las mesas y los retretes.
La parte final de nuestro trayecto transcurrió en los bares que están en el entorno de la Plaza del Ayuntamiento, una zona conocía como “El Pueblo”. A partir de este punto las incorporaciones fueron múltiples y en cada parada las rondas se hicieron mucho más numerosas.
19 Mesón Pepe
El viaje merece la pena para probar la excelente tapa de riñones que allí se sirve. En nuestro caso continuamos con las cervezas y una gran noticia vino a añadirse: Migue volvió a la ruta para el sprint final y se hizo cargo de la cámara de fotos.
20 Bar Niza
Un clásico. Cada vez que traspasó las puertas de este bar tengo un recuerdo para las enteritas de sepia que me tomaba con mi hermana y mi cuñado a finales de los setenta, ellos invitaban. Tras la barra sigue Felipe y en la cocina su señora.
21 Bar Los Hermanos
Toda una institución. Las tardes de los domingos mi padre se sentaba a sus mesas para jugar al subastado, mi madre lo iba a buscar conmigo de la mano, se paraba en la puerta. yo entraba más tieso que una vela, cruzaba el bar hasta ponerme a la altura de mi padre, él terminaba la partida la mano al subastao, recogía las monedas de su lado del tapete, siempre se despedía con la misma frase «Señores, ha llegado la Jefa», posaba su mano sobre mi hombro y salíamos en silencio.
22 Pub El Perdigacho
La referencia juvenil durante muchos años en los que se llamó El Valencia. Tras la barra El Perdi, un camarero que ya es un clásico.
23 El Templo…
Los puntos suspensivos más sospechosos del lenguaje dejan en suspenso cual es el Dios al que allí se venera. Antes fue el Gran Carusso.
24 Los Mayorales
El recorrido lo teníamos planificado de antemano porque nos preocupaba la duración del mismo, queríamos hacerlo en menos de doce horas y terminar en la Plaza de Ayuntamiento cuando el baile de la tarde estuviera tocando a su fin, eso fue un error por nuestra parte porque, con los nuevos tiempos, la tendencia a eliminar la sesión vespertina en favor de la madrugada esta calando hondo. La Utrillas Bar Crawl terminó su peregrinaje en la barra de los Mayorales 2008 sin el broche de oro que hubiera significado un recibimiento con Orquesta.