Pato y Hernán
El aviso me llegó a través de un correo electrónico de Alvaro, guitarrista de Don Nadie, y ante una fuente de información tan fiable no lo dudé. Miércoles 18 de julio en el ciclo “Noches de Verano 2007” organizado por la Fundación CAI en sus locales de la calle San Braulio de Zaragoza, la actuación se titulaba “Pato y Hernán cantan a María Elena Walsh”
Comencemos reconociendo la verdad de los hechos, seguramente iba a ser la primera vez que asistía a un concierto desconociendo todo de los tres nombres propios anunciados, o al menos eso pensaba cuando tuve que desembolsar el doble de euros de los que disponen de una tarjeta CAI.
No hizo falta ningún conocimiento musical para descubrir, desde el primer segundo, que Patricia Badián a la voz y Hernán Flippini a la guitarra son unos músicos con mayúsculas. Ella un portento vocal que matiza e interpreta cada uno de los temas, cada frase, cada palabra, cada sílaba adquiere una medida diferente gracias a una técnica vocal perfecta y abrumadora. Él siempre hizo hablar a las seis cuerdas con precisión, elegancia y guardando la educación de no comerse a la vocalista, siempre a su disposición para llenar todos los huecos, enhebrar la melodía y puntear lo imprescindible, un músico excepcional.
El reto del recital radicaba, al menos para nosotros, en nuestro total desconocimiento de la obra de María Elena Walsh. Así que tal vez por eso nos quedamos colgados ante tanta perfección en los ejecutantes que acabó por abrumarnos en la distancia corta que permitía el recinto. Esto es una manía mía, esa sensación interior de saber de antemano que todo va a salir sobre ruedas, ni un acople, ni una ligera salida de tono, esa consciencia de estar ante dos grandes profesionales que van a bordar una actuación y que precisamente esa perfección puede restar un poco de brillo, lo se, son manías propias de un friki, pero… así es uno.
Y en esas disquisiciones andaba cuando Migue, mi señora y acompañante al concierto, me dijo «Estoy segura, es Azucena» Me disponía a recordarle que en el programa la cantante figuraba bajo el sustantivo de Pato y que respondía al nombre de Patricia Badián. Fue entonces cuando me detuve un siglo en su sonrisa y…¡Claro que era Azucena!
Hace menos de un mes vimos en la Sala Gromeló la representación de “La Irrdenta” una obra de Beatriz Mosquera dirigida por Javier Harguindeguy. Fue una noche memorable, una muestra de cómo los actores, cuando tienen sangre para serlo, son capaces de hacer viajar al público hasta el lugar y los sentimientos que nos quieren enseñar. Me quedé tan impactado por aquella representación que fui incapaz de escribir una reseña, uno es demasiado pequeño y con excesiva falta de talento como para reponerse de impactos tan soberbios. Pues bien, la Patricia Badía que nos estaba embelesando con su cántico de matricula de honor era la misma que viste y calza, la excelente actriz que encarnó el papel de Azucena en “La irrredenta” y esto señores, esto son palabras mayores. Reunir las cualidades vocales que he visto esta tarde y además poseer una técnica interpretativa como la desplegada en la Sala Gromeló sólo esta al alcance de las grandes, de las más grandes, de las soberbias, de esas artistas a las que los simples mortales sólo tenemos el derecho de pisar por donde pisan y enviarles ramos con docenas de rosas con poemas de entrega, amor y la promesa de una vida disoluta en la Costa Azul.
Algunos pensarán que exagero o que la mezcla de Enate con Viñas del Vero no es la más adecuada, ¡ilusos!, yo me postro ante los pies de Patricia Badián y soy feliz.
Comencemos reconociendo la verdad de los hechos, seguramente iba a ser la primera vez que asistía a un concierto desconociendo todo de los tres nombres propios anunciados, o al menos eso pensaba cuando tuve que desembolsar el doble de euros de los que disponen de una tarjeta CAI.
No hizo falta ningún conocimiento musical para descubrir, desde el primer segundo, que Patricia Badián a la voz y Hernán Flippini a la guitarra son unos músicos con mayúsculas. Ella un portento vocal que matiza e interpreta cada uno de los temas, cada frase, cada palabra, cada sílaba adquiere una medida diferente gracias a una técnica vocal perfecta y abrumadora. Él siempre hizo hablar a las seis cuerdas con precisión, elegancia y guardando la educación de no comerse a la vocalista, siempre a su disposición para llenar todos los huecos, enhebrar la melodía y puntear lo imprescindible, un músico excepcional.
El reto del recital radicaba, al menos para nosotros, en nuestro total desconocimiento de la obra de María Elena Walsh. Así que tal vez por eso nos quedamos colgados ante tanta perfección en los ejecutantes que acabó por abrumarnos en la distancia corta que permitía el recinto. Esto es una manía mía, esa sensación interior de saber de antemano que todo va a salir sobre ruedas, ni un acople, ni una ligera salida de tono, esa consciencia de estar ante dos grandes profesionales que van a bordar una actuación y que precisamente esa perfección puede restar un poco de brillo, lo se, son manías propias de un friki, pero… así es uno.
Y en esas disquisiciones andaba cuando Migue, mi señora y acompañante al concierto, me dijo «Estoy segura, es Azucena» Me disponía a recordarle que en el programa la cantante figuraba bajo el sustantivo de Pato y que respondía al nombre de Patricia Badián. Fue entonces cuando me detuve un siglo en su sonrisa y…¡Claro que era Azucena!
Hace menos de un mes vimos en la Sala Gromeló la representación de “La Irrdenta” una obra de Beatriz Mosquera dirigida por Javier Harguindeguy. Fue una noche memorable, una muestra de cómo los actores, cuando tienen sangre para serlo, son capaces de hacer viajar al público hasta el lugar y los sentimientos que nos quieren enseñar. Me quedé tan impactado por aquella representación que fui incapaz de escribir una reseña, uno es demasiado pequeño y con excesiva falta de talento como para reponerse de impactos tan soberbios. Pues bien, la Patricia Badía que nos estaba embelesando con su cántico de matricula de honor era la misma que viste y calza, la excelente actriz que encarnó el papel de Azucena en “La irrredenta” y esto señores, esto son palabras mayores. Reunir las cualidades vocales que he visto esta tarde y además poseer una técnica interpretativa como la desplegada en la Sala Gromeló sólo esta al alcance de las grandes, de las más grandes, de las soberbias, de esas artistas a las que los simples mortales sólo tenemos el derecho de pisar por donde pisan y enviarles ramos con docenas de rosas con poemas de entrega, amor y la promesa de una vida disoluta en la Costa Azul.
Algunos pensarán que exagero o que la mezcla de Enate con Viñas del Vero no es la más adecuada, ¡ilusos!, yo me postro ante los pies de Patricia Badián y soy feliz.
11 Comments:
Me alegro de tanta felicidad y de que Patricia reuna tantas y tan díficiles condiciones...siento envidia sana, claro.
Un abrazo.
Hola Gubia... y lo mejor es que tengo una posibilidad de conocer a Patrica Badián porque.... bueno es muy largo de explicar pero si ocurre seguro que lo cuento aqui ;-)
Salu2 Córneos.
Hola, Javi:
Siempre será un placer leerte y yo escribiría también tu nombre con mayúsculas.
Besos, Monique.
Pues que muy buena pinta tiene vuestra actividad cultural de verano, habrá que darse una vueltecita por ahí. Y oye que en gijón tampoco lo hacemos mal.
Hace mucho que no te leía, me alegra ver que sigues muy activo, interesante y demás.
Un beso.
pues lo que a ti te hace faliz, a nosotros también.
:-)
"MEZCLAS ILUSAS"...LO MEJOR
ABRAZOS
Hola Monique
Hoy sólo estoy para recibir besos ;-O
Salu2 Córneos.
Hola Gaia
Es cierto, llega el verano y las actividades culturales se desbordan por doquier.
En gijón con esa peazo playa ya es suficiente :-)
Salu2 córneos.
HOla Sintagma.
Es una suerte disfurtar de artistas capaces de cantar e interpretar con tanta pasión y fuerza, una suerte que me dejes esa sonrisa.
Salu2 Córneos.
Hola Andrea.
¿Mezclas ilusas?... lo mejor. No lo entiendo pero... si tú lo dices y además me mandas un abrazo :-) todo perfecto.
Salu2 corneos.
Hace algun tiempo fui al concierto de de Don Nadie y me quede demasiado sorprendido con Alvaro, el guitarrista. Es demasiado talentoso! pienso que el toma viagra online porque siempre esta muy inspirado.
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