Algunas muertes deslumbran
Las cámaras desmayadas aguardan
a la muerte y gritan su nombre
como los pecadores de un pórtico románico.
Junto al velero de corazones
la policía, entre gemidos y quebrantos, llega
con lupas deslumbradas.
Los mansos de guantes oscuros aguardan
el equilibro de los cristales
el silencio que se rompe sin remedio
y un mundo que no tenga ni brisa, ni mar, solo desgracias
Algunas muertes deslumbran
porque se quedaron sin trajes.
Son niños que tropiezan.
Viejas que se resisten.
Gentes rotas sin bálsamo ni quitasol.
Detrás del encuadre catódico
el viento estancado recupera la calma
y los
espectadores, derramados en el sofá,
silban la
melodía del primer anuncio publicitario.
Etiquetas: poema