La curvatura de la córnea

21 abril 2022

El teatro se lee, se escucha y se ve


 

La XIX edición de la Semana de las Letras de Torrero tiene como lema: "El teatro: IV centenario del nacimiento de Molière". La inauguración se celebró el 20 de abril en el Centro Cívico Torrero con una mesa redonda titulada "El teatro se lee, se escucha y se ve", y en la que participaron Esteban Villarrocha (Editorial Arbolé), Aurora Martínez (Bosnerau Producciones) y Fernando Vallejo Labrador (Teatro de la Estación), con Ana Segura (Aragón Radio) en calidad de moderadora.

Segura inició el acto con una reflexión que conectaba el teatro de la Grecia clásica con los musicales de nuevo cuño para detenerse en la idea de teatro como reflejo de la sociedad en la que se desarrolla y cambia junto a la evolución histórica. A partir de esa máxima, Segura reflexiona sobre la convivencia de textos clásicos como los Molière, plenamente vigentes 400 años después de ser escritos, que se siguen representando en salas tradicionales donde la idea de la escena se asienta en la relación entre cuerpo, voz y espacio; y al mismo tiempo vivimos la irrupción de Internet como un elemento de cambio que nos permite acceder a multitud de contenidos, además de llevar el radio teatro más clásico a otro nivel sonoro de mayor calidad y complejidad.

Esteban Villarrocha, con una trayectoria de 44 años en el mundo de los títeres afirmó que "Los títeres me han elegido y han sido mi vida", para a continuación preguntarse si la digitalización, que ya ha afectado a la edición en papel de las obras de teatro, afectará finalmente a la concepción tradicional que tenemos del teatro como un espectáculo en vivo, una preguntaba pertinente después de verificar como la pandemia provocó un volcado masivo de contenidos en Internet para perder la esencia en la nube. Villarrocha apostó un teatro orgánico, y tras afirmar que teatro se puede hacer hasta en la barra de un bar, se preguntó si Shakespeare tiene sentido fuera del fórum que significa el espacio tradicional de representación. En ese sentido fue muy enérgico cuando defendió el derecho que todos tenemos de disfrutar de espectáculos en directo tan impresionantes como los programados en el Teatro Real de Madrid, un espacio público que debería tener un acceso más fácil para que los espectadores descubran el soberbio espectáculo de la representación teatral cuando todas las posibilidades técnicas y económicas se ponen al servicio de la función. Villarrocha también puso en valor el archivo sonoro de la Cadena SER con sus clásicos de radio teatros realizados por una elenco excepcional de actores, pero sobre todo defendió al libro, ese objeto de deseo que se puede oler y tocar, como un maravilloso preámbulo para llegar al espacio escénico y, atendiendo a una pregunta de la moderadora, resaltó la excepcionalidad de la Serie Roja de la Colección Titirilibros de la Editorial Arbolé como un catálogo donde se agrup la obra dramática de autores aragoneses contemporáneos como Rafael Campos, Mariano Cariñena, Joaquín Melguizo o Mariano Anos, a los que yo me atrevo a añadir otros más jóvenes como Susana Martínez o Nashaat Abdel-Hafez Conde.

Ana Segura recondujo la charla hacia el ámbito creativo de Internet que, además de permitirnos recuperar material clásico de formatos audiovisuales, nos permite diseñar una radio a la carta y la posibilidad de sumergirte en la ficción sonora en la que Aurora Martínez de Bosnerau Producciones, sintiéndose heredera del antiguo radio teatro y las radio novelas, aplica las nuevas tecnologías, con la intención final de dar el salto a unas plataformas sonoras que permiten una total inmersión del oyente en la experiencia sonora, y pueden funcionar como Netflix en el mundo de las películas y series de TV. Martínez subrayó la importancia de los profesores de lengua como aquellos que nos llevan de la mano hacia la lectura en voz alta, un hecho que puede ser el primer paso para interesarse por el mundo del audio, un lugar que está teniendo mucho auge, y por lo tanto precisa necesita de una criba de calidad, donde la mejor tecnología se ponga a expensas de las buenas historias. La escuchas de ficciones sonaras, afirmó Martinez, puede ser un puente perfecto para llegar al teatro clásico, sobre todo las producciones, como las que ellos facturan, cuentan con actores de la talla de Félix Martín y Alfonso Desentre que involucran su talento y profesionalidad para materializar un guión que está pensado para ser escuchado, y que combina momentos de una sola pista de sonido con otros en lo que se pueden manejar hasta sesenta pistas, todo con el objetivo final de que el oyente esté inmerso en la narración.

La moderadora se preguntó por la calidad de los textos dramáticos mientras Fernando Vallejo ponía el acento en aprender a consumir teatro, en una necesaria educación para acceder a producciones que, más allá de su complicación, se suelen ver desde fuera con miedo. El problema, subrayó Villarrocha, es que no hay hábitos culturales. Tal vez por eso, retomó Vallejo, cuesta tanto ir al teatro, volver a él y, como se ha filtrado a la sociedad la idea de un espacio elitista, así se impide que la población acceda a una cultura compleja que vaya más allá del espectáculo pensado para el esparcimiento. El teatro, continúo Vallejo, es una ceremonia de reafirmación social, si hay sociedad habrá teatro. En ese sentido, el proyecto que se impulsa desde El Teatro de la Estación es una filosofía de vida que se relaciona con la ciudad y con el barrio donde está instalado. Se trata de plantear cuestiones desde una posición política con la intención de evolucionar y aumentar la relación social. Un modelo en el que tiene mucha importancia los contenidos, se programan obras para generar debate porque, más allá del formato en el que se realice, el interés radica en la capacidad para generar preguntas. Entonces Villarrocha defendió la palabra frente a otras formas más gestuales de representación que trajeron las vanguardias porque, para que el teatro sea teatro, tiene que ser político y lanzar preguntas desde la corporeidad de la palabra en escena, un acto que otras formas de reproducción no pueden conseguir. En ese sentido, Vallejo trazó una pequeña trayectoria histórica del teatro en España y recordó el medievo con un teatro en los ámbitos sacro y popular para terminar burgués, con una larga espera hasta el primer tercio del siglo XX con la llegada de compañías como La Barraca, que perseguían popularizar el teatro para todos los públicos hasta que la Guerra Civil rompió ese impulso, y la dictadura franquista dividió las artes escénicas entre un teatro de mercado orientado a la taquilla, y la promoción de los clásicos relacionándolos con una defensa de la patria mitificada, de manera que esos textos quedaron fuertemente marcados. Retomar esos clásicos con puestas en escena diferentes y una visión moderna que los acerque al público es una de las tareas que ya se están haciendo.

Los tres participantes y la moderadora coincidieron en la necesidad de potenciar desde la educación el amor por las artes escénicas para que la lectura dramática, la asistencia al teatro y la ficción sonora se reciban como un material cultural complejo y enriquecedor. En ese sentido voy a termina esta crónica con una cita de Esteban Villarrocha publicada en la contraportada de volumen 22 de los Titirilibros Serie Roja: "Sabemos que el Teatro, una vez escrito, solo necesita un lugar y un público y con esto tenemos la habilidad de hacer sonreír, de hacer llorar, pero también de hacer pensar y reflexionar. Como dice Augusto Boal: El Teatro no puede ser solamente un evento, ¡es una forma de vida!"


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