El Enjambre inaugura su escenario
El Enjambre inaugura su escenario
María Aladren y Louis Wells cruzaron el umbral que separaba
la zona del público del escenario para continuar con la tradición
norteamericana de inaugurar un nuevo espacio dedicado a las artes escénicas. El
Enjambre inauguraba sus muestras un día antes de que la primavera se
convirtiera en verano. Borrar esa línea imaginaria entre la realidad y la
ficción es uno de los objetivos de este laboratorio para conseguir que el
público sea parte activa del proceso creativo, y que el ritual de la
representación sea el punto culminante de un camino que artistas y espectadores
han recorrido en comunidad.
La muestra se dividió en tres partes. La primera escena era
un trabajo de dirección de escena, la tres siguientes eran ejemplos prácticos
del método Meisner de interpretación, y se
terminó con una lectura dramatizada.
Un fragmento de ‘Propiedad en ruinas’ de Tenessee Williams es
un buen ejemplo de como el autor se mueve entre una profunda penetración
psicológica de los personajes y una ambientación realista. La frontera entre
ambos mundos simbolizada con los raíles del ferrocarril, y sobre ese elemento
de escenografía la dirección de Alfonso Ibarra mueve a los personajes para
subrayar aún más la diferencia entre Alva y su compañero de instituto. La
sobriedad con la que Ángel Pablo construye su personaje, la sólida pulcritud de
su actitud y sus palabras, tanto en lo intrascendente como incluso cuando
expresa sus más íntimos deseos. Este trabajo es imprescindible como el perfecto
contrapunto para que Inés Gómez salga victoriosa de su caminar por la peligrosa
línea que separa lo hipnótico de sus expresividad de la peligrosidad de una gestualidad
excesiva. La joven actriz tiene la ventaja de su mirada, sus ojos son tan vivaces
que te encandilan, y desde ahí capaz de jugar con las manos nerviosas que
agitan los pelos de una muñeca, la fragilidad de su cuerpo que no sabemos si
sueña o baila hasta que las inflexiones de su voz nos muestra una realidad que
hiela. Esa credibilidad a partir de la mirada, la voz y el gesto permite romper
la cuarta pared y trasladar el sobresalto al patio de butacas. Nos mira, nos
habla y nos coge por el cuello hasta perderla de vista cuando sus pasos se van
por la misma vía del tren por la que vino. Y yo me quiero ir con ella para
seguir observándola, para saber que es de su vida, para confirmar que la ruina
que anuncia el título tan solo es la de su casa y que ella sobrevive.
La segunda parte de la muestra fueron tres piezas para
mostrar los resultados prácticos del Método Meisner de representación que, muy
alejado del método del Actor`S Studio donde se potenciaba la identificación
autobiográfica del actor con el personaje, propone una actuación orgánica
mediante ejercicios de repetición hasta encontrar una comodidad que se aleja
del estudio intelectual del personaje, para prestarle el cuerpo y centrarse en
la búsqueda de una autenticidad emocional con reacciones sinceras y
espontáneas.
El primer acierto de este tramo tiene que ver con la selección
de autores y como un buen texto permite cargar las palabras de una reacción que
tenga el sabor intachable del aquí y ahora como esencia de la acción dramática.
Las tres escenas tiene en común la clara intención de construir
el personaje desde el movimiento gestual que comienza en el cuerpo pero siempre
termina en la expresión de la cara, desde una precisión realista que atiende a
una coreografía creíble que se aproxima al exceso pero jamás lo alcanza, y así
conseguir una penetración psicológica del personaje que subraya las palabras
mediante lo visual.
Massimo Tendi se enfrenta el texto de Jon Robin Batz con la
agitación de brazos y preocupación del rostro hasta conseguir que el lenguaje
culto y elocuente penetre en el conflicto interior de su personaje. Una tensión
que transmite desasosiego al espectador
Laudy Sierra y Patricia Moreto afrontan los vericuetos de la
identidad en la juventud. El texto de David Weiner se recrea mediante una pasividad
corporal que se rompe en la minuciosidad de la narración, y nos deja ver toda
la riqueza interior de sus personajes. La energía contenida con la que Laudy
Sierra nos muestra la personalidad de Gabriella, se compagina perfectamente con
la fortaleza pausada con la que Patricia Moreno construye un personaje que
realiza un interesante arco dramáticoenre la oscuridad de su vestuario a una
mirada luminosa que va más allá del patio de butacas para crear un atmosfera envolvente
que abra la puerta a la ilusión.
Andrés Pacheco condensa en su actuación todo lo que sus
compañeros han apuntado con precisión. El texto de Tony Kusnher le permite cabalgar
sobre la importancia de los hechos históricos y un claro posicionamiento
político que se remata con la inteligencia de un toque elegante de humor. El
actor conecta perfectamente la expresividad de la escena con el ritmo adecuado
para que lo serio termine en comedia.
La sesión terminó con un DramaLab entorno a la obra ‘La
vuelta al jamón’ de Elena Orte. La idea es hacer una lectura de la obra para
que el público pueda aportar consideraciones en torno a como se ha sentido
durante la escucha, una especia de lluvia de ideas para que la autora las tome
en consideración, o no, y así que la fase de escritura se alimente de miradas
externas para enriquecer su contenido y expresividad. Detrás de los atriles las
actrices Elena Donoso, Marta Jiménez y Blanca Royo incorporaron las primeras
pinceladas a los personajes mediante las inflexiones de sus voces y un principio
de gestualidad. Y permítanme una confesión personal porque me alegré mucho al
volver a ver a Blanca Royo sobre el escenario, y comprobar que las buenas
impresiones que me causó su trabajo vocal en la obra de Max Aub ‘De algún tiempo a esta
parte’, se confirman en otro registro totalmente diferente.
El Enjambre es un espacio nuevo con una energía especial que
ya empieza a dar sus frutos, un lugar donde las artes escénicas se conciben
como parte de un proceso comunitario entre profesionales y espectadores, ese
remanso donde el artista puede fracasar sin miedo porque lo importante siempre
es el camino, y los tropiezos tan solo son parte del proceso de innovación.
El Enjambre Lab. Autores: Tennessee Williams, Jon Robin
Baitz, David Weiner, Kushner, Elena Orte. Al frente del proyecto: María Aladren
y Louis Wells. En modo director: Alfonso Ibarra. Elenco: Inés Gómez, Ánchel
Pablo, Massimo Tendi, Andres Pacheco Agudelo, Laudy Sierra, Patricia Moreto,
Elena Donoso, Blanca Royo y Marta Jiménez.
Viernes 20 de Junio de 2025. El Enjambre Lab
Etiquetas: Andrés Pacheco Agudelo, Blanca Royo, El Enjambre Lab, Inés Gómez, Laudy Sierra, Louis Wells, María Aladrén, Patricia Moreto, reseña, teatro
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