Adiós
El viaje de las decisiones
El concepto «teatro sin palabras» nos lleva intuitivamente a
la idea de silencio, sin embargo estaríamos cometiendo un error. 'Adios' es un espectáculo
de creación en el que ese binomio que nos parece indispensable de gesto y
palabra, se ha sustituido por la fusión entre una música incidental magnética para
aprehender el gesto y la expresión corporal situadas en un medio escénico que
tiñe un particular costumbrismo cotidiano con la magia de lo poético. El
trabajo del espectador en estas latitudes escénicas ya no consiste en
decodificar los dos lenguajes clásicos del teatro. En esta función la melodía y
los ritmos musicales te mecen pero también te guían para centrar la atención y
advertir como el gesto subraya y evoca todo lo que no se nombra.
La peripecia puede parecer evidente. Dos jóvenes enamorados
que se despiden para encontrarse en el futuro. Él se enfrenta a la aventura de
quien da un paso más allá de su entorno cotidiano. Ella espera en la estación
de trenes como si viviera en una canción de Serrat, hasta que decide marchar.
El viaje de los dos personajes tiene en común la relación que se establece con...
no estoy muy seguro si es un ente, una persona, una sombra o una ilusión, lo
que parece evidente es que alumbra a los perdidos para ayudarles a encontrar el
camino. Puede ser el eco del soporte de que nos encontramos ante la figura
oracular que ayuda al héroe para continuar la aventura. A partir de aquí todo
se complica. La función se bifurca y es muy probable que cada espectador decida
cuál es el camino que está tomando la narración. Los espectadores acostumbrados
a las historias enrevesadas con final feliz se abrazaran a la esperanza y al aliento
del optimismo, pero otros estarán pendientes de cómo se despliegan los
elementos del drama hasta que se imponga un final absoluto y desolador. En esta
encrucijada es donde se advierte la ventaja de enfrentarnos a la ausencia de las
palabras, porque así la historia se puede adaptar a la realidad que cada
Espectador decide. Quizás por eso es una experiencia inmersiva que te invita a
reflexionar sobre la dificultad del camino y como, tanto si regresamos al hogar
inicial como si nos quedamos arrojados en el arcén de la existencia, todos
sufrimos una transformación que nos impide volver a ser los mismos que éramos
en el pasado.
El desarrollo escénico tiene un marcado carácter
cinematográfico donde cada plano termina en un fundido a negro. Es una dinámica
muy visual que nos reta a mirar la función como una película muda para
descifrar todo el catálogo gestual que se despliega ante nuestros ojos. Se
trata de encontrar el significado de acciones y expresiones. Coreografías que
van desde la demostración de un sentimiento hasta la reacción del instinto.
El trabajo actoral es determinante para que todo el conjunto
alcance un elevado grado de emoción, y me atrevo a señalar los aspectos de
interpretación que se transmiten con mayor intensidad y quizás representen a
los personajes. Inma Oliver enmarca con especial intensidad su mirada, sus ojos
son la parte más determinante de un potente gesto facial. Todo lo que hace
sobre el escenario se percibe delicado, una manera diferente de enfrentarse a
las mismas vicisitudes a las que se enfrenta su compañero y que marcarán el
Devenir final del personaje. Manuel López-Vigo reproduce con una delicadeza
desasosegante los modos más cotidianos y monótonos de la vida. El arco de su
personaje le permite mostrar desde un alto nivel de energía hasta la quietud
mínima. Arantxa Azagra construye un personaje de dinámica pausada dentro del
caos al que no le vemos el rostro, y que ejerce de contrapunto onírico al devenir
terrenal en el que se desarrolla la peripecia.
El programa de mano de 'Adios' estaba en lo cierto. Montón
encontramos ante sesenta minutos tan intensos como emotivos. Un viaje que te
pone delante de tus decisiones para saber de qué manera manejamos el devenir de
la vida. ¿Todas las decisiones que tomamos nos hacen más libres? ¿En la
perpetuación consciente del daño nos sentimos esclavos de la rueda en la que
giramos, o es un lugar seguro donde escondernos? Son solo dos preguntas de las
muchas que genera está interesante propuesta.
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'Adiós'
Producción: Cia. INTERMITENCIAS. Idea y dirección: Arantxa
Azagra. Intérpretes: Inma Oliver, Manuel López-Vigo y Arantxa Azagra. Vestuario
y espacio escénico: Laura Sanz. Diseño de iluminación: Roberto Gregorio
(Txutxi). Técnico en sala: Ester Gascón. Diseño gráfico: Laura Sanz y Manuel
López-Vigo. Espacio sonoro: Faustino Cortés y Manuel López-Vigo. Música: Joan
Valent, Portico Quarter y Faustino Cortés / Fotografía: Iván Miguel.
Viernes 12 de mayo de 2023. Teatro Arbolé.
Etiquetas: Arantxa Azagra, critica teatro, Faustino Cortés, Inma Oliver, intermitencias, Joan Valent, Manuel López-Vigo, Portico Quarter, Teatro Arbolé
1 Comments:
Entiendo, según escribes, es una obra muy interesante. Invita a pensar muy en serio sobre la vida de cada cual
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