La curvatura de la córnea

26 marzo 2012

Dos actrices en “Vis a Vis” y “Mujeres”


Durante estos días se han representado en Zaragoza dos funciones teatrales que tenían a una actriz como única protagonista.  Mónica Calleja en “Vis a Vis” de Dispara Teatro y Selma Sorhegui en “Mujeres” de Teatro La Quimera. Dos actrices en espacios tan diferentes como el almacén de un bar que se transforma en el Espacio Parakultural Gromeló y el Teatro de la Estación, sin embargo, ambas representaciones tienen algunas características comunes: Los personajes aluden a otros personajes que no vemos. Las actrices se dirigen al público en algún momento de la función, las dos están dirigidas por hombres y en ambas tramas hay humor, Mónica lo suministra con gotitas y Selma lo espolvorea.
Las diferencias comienzan por el método de trabajo, que imagino muy diferente porque “Mujeres” parte textos teatrales de los autores Dario Fo y Franca Rame. Mientras que “Vis a Vis” es el resultado de ejecutar ejercicios de improvisación
Mónica se transforma en el escenario, a la vista de todos, el público observa como un personaje se va y el siguiente llega. Sin embargo, Selma dispone de un oscuro para su transición.
Los personajes de Mónica orbitan en un sugerente movimiento de traslación circular que recorre los planetas de la candidez, lo trágico como única salida, la esperanza de la libertad, las artimañas de los desesperados, el sexo, los problemas de pareja y, cuando todo parece terminar, vuelta a empezar.
Las mujeres de Selma, aunque dan vueltas sobre si mismas, deciden caminar hacia delante, huyen en línea recta y se encuentran obstáculos como la esclavitud de un ritmo trepidante de vida, la desigualdad que comienza en el hogar, la humillación y los malos tratos.
Dos actrices en el escenario de dos espacios diferentes para mostrarnos a las mujeres de hoy con los problemas de siempre.

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