Día de estreno
El Bus Circular 1 nos recogió frente a las piscinas de Alberto Maestro, 180º después nos bajamos a los pies de la Torre del Agua. Hicimos fila con el veranillo de San Miguel en nuestros cogotes. El interior del Palacio de Congresos de la Expo cumplió las expectativas arquitectónicas de esta ciudad: Aburridas líneas rectas y apabullante presencia de figuras geométricas cuadrangulares. Platea, fila 9, de la butaca 36 hasta la 41. La representación empezó con quince minutos de retraso. Obertura.
Mi chica a la derecha y más allá mis sobrinos: Javier (12 años), Paula (9 años), Julia (10 años) y María (12 años) Miré a cada uno de ellos una y cien veces mientras la vida sobre el escenario transcurría en un musical: Canciones de ABBA con letras arregladas para encajar con el texto del libreto, alegrías de guitarra acústica, dramas adornados por luces violetas, situaciones disco divertidas y bailarines con bañadores fosforitos. Mi chica y los zagales embelesados, ellos ríen o se quedan boquiabiertos, ella tararea las canciones, todos aplaudimos.
Llegó de improvisto. La ráfaga de emoción comenzó en la boca del estómago. Aparté la vista para no ver a mis cinco acompañantes. No sirvió de nada. La emoción alcanzó los lagrimales. Lloré lágrimas, lagrimitas de satisfacción. Me gustó tanto verles disfrutar.
Los últimos aplausos llegaron de noche. De nuevo al autobús que da vueltas sin parar. Regresé cantando y hasta me atreví con algún baile, me encantaría vivir en un musical, allí seguro que no desafinaba. Mi sobrino Javier bajó y cruzó la calle a toda pastilla, su madre lo esperaba junto al portero automático. Mis sobrinas Julia y María subieron cinco pisos en ascensor para encontrarse con sus padres y su hermana. Para ir a casa de mi sobrina Paula hicimos trasbordo, el 24 iba casi vacío. Empezaba a refrescar. Mis cuñados nos esperaban con un plato de jamón.
Mi chica y yo llegamos andando a casa. Silencio. Mañana tengo que madrugar. Telón rápido.
Mi chica a la derecha y más allá mis sobrinos: Javier (12 años), Paula (9 años), Julia (10 años) y María (12 años) Miré a cada uno de ellos una y cien veces mientras la vida sobre el escenario transcurría en un musical: Canciones de ABBA con letras arregladas para encajar con el texto del libreto, alegrías de guitarra acústica, dramas adornados por luces violetas, situaciones disco divertidas y bailarines con bañadores fosforitos. Mi chica y los zagales embelesados, ellos ríen o se quedan boquiabiertos, ella tararea las canciones, todos aplaudimos.
Llegó de improvisto. La ráfaga de emoción comenzó en la boca del estómago. Aparté la vista para no ver a mis cinco acompañantes. No sirvió de nada. La emoción alcanzó los lagrimales. Lloré lágrimas, lagrimitas de satisfacción. Me gustó tanto verles disfrutar.
Los últimos aplausos llegaron de noche. De nuevo al autobús que da vueltas sin parar. Regresé cantando y hasta me atreví con algún baile, me encantaría vivir en un musical, allí seguro que no desafinaba. Mi sobrino Javier bajó y cruzó la calle a toda pastilla, su madre lo esperaba junto al portero automático. Mis sobrinas Julia y María subieron cinco pisos en ascensor para encontrarse con sus padres y su hermana. Para ir a casa de mi sobrina Paula hicimos trasbordo, el 24 iba casi vacío. Empezaba a refrescar. Mis cuñados nos esperaban con un plato de jamón.
Mi chica y yo llegamos andando a casa. Silencio. Mañana tengo que madrugar. Telón rápido.
14 Comments:
Me ha gustado mucho esta crónica...obviamente porque no es un crónica, es mucho más. Detrás de tanta vitalidad y optimismo se esconde una amargura inimaginable, pero haces bien en no hablar de ella.
Sigue exprimindo a la vida Javier, sigue.
(Lo de la arquitectura de Zaragoza... totalmente de acuerdo).
Una entrada triste... la canción también acompaña.
Amárrate a la alegría, que a veces se quiere escapar y no hay que dejarla.
También esto y de acuerdo con la arquitectura de Zaragoza... la plaza del Pilar parece un loft industrial...
Que voy a decirte que no sepas. A mi me gusto, se que a ti no tanto.
Pero merece tanto la pena...
J
Hola Alejandro.
Digamos que la amargura no se esconde, más bien, se cierra bajo siete llaves. Una estupidez porque las cerrajas, de tod la vida de Dios, siempre han estado dispuetas a ceder.
Creía que había hablado lo suficiente, no sabes los millones de palabras que gasté, pero ay, a veces pienso que no fueron suficientes, pero ya sabes, lo sabes muy bien, las palabras son caprichosas y no casan bien con cobardicas.
Sigo exprimiento, no me queda otra camarada.
Lo de la arquitectura casi es de tu propiedad intelectual :-)
Salu2 córneos.
Hola Miguel Ángel.
La tristeza también forma parte de la realidad. Es curioso que un momento tan gozoso, con el que tanto disfruté, conforme una foto triste.
Yo, que tanto busco la alegría, siento fluir la vida en las mareas de la tristeza.
Salu2 Córneos, doc.
Hola George.
En esta entrada se hablan de muchas cosas excepto, me temo, del musical que desencadenó el texto.
Salu2 Córneos.
Buenos días. Vaya, qué melancólico lo veo, Sr. López. Levante ese ánimo, hombre.
Y para la próxima: "obertura" es así, con -b-. Supongo que el dedo se le escapó hacia la izquierda en el teclado.
Saludos.
Quidam Lector
Hola Quidam Lector.
Le agradezco la correccion que edito ahora mismo.
Lo de la -v- y la -b- algunas veces no tiene nada que ver con su proximidad en el teclado, algunas veces.
Y gracias por sus palabras de ánimo.
Salu2 córneos.
Lo de vivir la vida en un musical no estaría nada mal, pero es lo que nos ha tocado.
Besos.
Me ha gustado mucho tu narración y tu emoción. La tristeza y la alegría nacen y salen del mismo lugar ¿verdad?
Qué majos os he visto a todos. El silencio del final es, si me permites, el silencio de la total sintonía entre dos que se conocen, se comprenden y se aman...no sé, así interpreto yo esos bellos silencios.
Un abrazo
Hola Columna
Es cierto que el musical casi siempre tiene ese aire optimissta incluso en las situaciones más realistas. Vivir en un musical también sería esto:
http://www.youtube.com/watch?v=b5PQYsbHlYU
Salu2 Córneos
Hola Mamen
Estamos de acuerdo en cuanto a la fuente de donde manan las emociones, todo es mucho más visceral que en los versos ;-)
Me gusta la interpretación que haces del silencio, este tipo de lecturas enriquice el texto y por eso te doy las gracias.
A veces pienso que los silencios son las prueba del algodón en una relación, ¿sabemos estar en silencio?
Salu2 Córneos y un abrazo.
Veo que a pesar de todo, o asi lo veo yo, te lo pasaste bien y creo que es lo que se espera de un musical, para malos rollos, ya esta la vida, como siempre me gusta leerte, un abrazo.SEFA
Hola Sefa.
¡Claro que lo pase bien! Lo bonito de los espectáculos y de la compañía es que ayuden a brotar los sentimientos, eso es un lujazo.
Salu2 Córneos.
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