Poesía en el Candy Warhol
Las sesiones de Poesía en el Candy Warhol se inauguraron con un unplugged fuera de concurso: Carmen Ruiz Fleta y Octavio Gómez Milián con un gintonic de sólo versos, micro y atril recién estrenadito con sacabocados por los que se escapaba la luz.
Carmen Ruiz Fleta dejó un tercio vacío de Ámbar junto a mi corazón que latía apoyado en la barra negra de vela blanca y vino tinto. Alguien bajó el micro a la altura de sus nervios, la poeta leyó un poco azorada sus dos primeros versos, versos publicados en “Cinco días de agosto” y tal vez por eso, versos que ya no son suyos. Un foco violeta se derramó sobre su hombro y rozó su piel de pómulos afilados. Un folio cubría a otro folio y en esa rapidez la poeta encontró el sosiego y esa cadencia en su voz que me tiene preso, imantado a las cuerdas vocales de una excelente cosecha de versos inéditos con intención en el gesto, sus ojos de las palabras al público tendido a sus pies y mis ganas de matar al camarero que desmigó una bolsa de hielo con irrespetuoso estrépito para la voz que una vez recitó noticias regionales bajo los focos de cuando la tele tenía seiscientas veinticinco líneas. Y Carmen se gustó. Fueron unos minutos estelares, un regalo de apetitosa sonoridad, sus palabras resbalaron por las chorreras de su camisa que era una blusa disfrazada de camiseta beige, como ese poema de página 89 en 23 Pandoras que habla de contenedores de miedo, de la extensión de los cartílagos y de la dictadura del cutis, el mismo cutis beige que yo cité ahí arriba bañado por la luz violeta. Carmen Ruiz Fleta no necesita ni focos, ni maquillaje, ni tretas; ella, sus palabras y su voz son armas suficientes para derrotar corazones, acallar murmullos y demostrar que las verdaderas princesas son aquellas que madrugan “prendiendo a conciencia su olor en las baldosas”
Octavio Gómez Milián recordó que jugaban en casa, y como sabemos todos los aficionados al buen fútbol, ese es el mejor lugar para arriesgar en la alineación, y Octavio arriesgó. Inició su recital con una reflexión sobre la posibilidad de dejar de escribir poesía, citó al poeta local Ángel Gracia que ha cambiado versos por bicicleta y poemarios por libros de viajes. En esa tesitura, Gómez Milián optó por mostrarnos el ritmo trepidante de lo que será su primera novela, un texto de pulsaciones al borde del infarto que fue desde Buenos Aires hasta el rock and roll, del bautismo católico de Bob Dylan hasta los tebeos, las series de televisión y todo el rico universo que rodea a este poeta “de los noventa” hasta el infinito y más allá, un texto plagado de referencias, un baño de colorines, el collage de una personalísima memoria que deriva entre Calamaro, Bunbury y J.P. — nada que ver con la mítica marca pirata de güisqui, chaval, — J.P. es como se resume el papado de Juan Pablo Segundo te quiere todo el mundo. Octavio entregado, sin respirar, sílabas tras sílabas atado al micro, el foco violeta sobre la negra camisa, la negra barba, las gafas negras y el pelo negro, violeta y negro colores de pasión para desgranar pistas, influencias, divinidades y demonios todo en avalancha de verborrea, crudo, ahí lo tienes y te lo tomas como puedas, energía, imprescindible la concentración para seguirle, enganchados al itinerario para descubrir las propias referencias y cuando terminó, sólo me quedó resuello para apurar el tubo de cerveza.
Rasgó Octavio uno de sus libros para leer el último de los poemas, la descripción del momento más importante de nuestras vidas: El punto de no retorno. Y terminó homenajeando a más amigos, ese prometedor dúo musical que fusionó sus nombres en Louisiana.
Tras las palabras regresé a las cervezas. Un poeta que por allí andaba me pagó las suficientes rondas como para comprometerme a volver al Candy Warhol con una misión: Empuñar el micrófono y defender sus versos como si fueran míos.
Carmen Ruiz Fleta dejó un tercio vacío de Ámbar junto a mi corazón que latía apoyado en la barra negra de vela blanca y vino tinto. Alguien bajó el micro a la altura de sus nervios, la poeta leyó un poco azorada sus dos primeros versos, versos publicados en “Cinco días de agosto” y tal vez por eso, versos que ya no son suyos. Un foco violeta se derramó sobre su hombro y rozó su piel de pómulos afilados. Un folio cubría a otro folio y en esa rapidez la poeta encontró el sosiego y esa cadencia en su voz que me tiene preso, imantado a las cuerdas vocales de una excelente cosecha de versos inéditos con intención en el gesto, sus ojos de las palabras al público tendido a sus pies y mis ganas de matar al camarero que desmigó una bolsa de hielo con irrespetuoso estrépito para la voz que una vez recitó noticias regionales bajo los focos de cuando la tele tenía seiscientas veinticinco líneas. Y Carmen se gustó. Fueron unos minutos estelares, un regalo de apetitosa sonoridad, sus palabras resbalaron por las chorreras de su camisa que era una blusa disfrazada de camiseta beige, como ese poema de página 89 en 23 Pandoras que habla de contenedores de miedo, de la extensión de los cartílagos y de la dictadura del cutis, el mismo cutis beige que yo cité ahí arriba bañado por la luz violeta. Carmen Ruiz Fleta no necesita ni focos, ni maquillaje, ni tretas; ella, sus palabras y su voz son armas suficientes para derrotar corazones, acallar murmullos y demostrar que las verdaderas princesas son aquellas que madrugan “prendiendo a conciencia su olor en las baldosas”
Octavio Gómez Milián recordó que jugaban en casa, y como sabemos todos los aficionados al buen fútbol, ese es el mejor lugar para arriesgar en la alineación, y Octavio arriesgó. Inició su recital con una reflexión sobre la posibilidad de dejar de escribir poesía, citó al poeta local Ángel Gracia que ha cambiado versos por bicicleta y poemarios por libros de viajes. En esa tesitura, Gómez Milián optó por mostrarnos el ritmo trepidante de lo que será su primera novela, un texto de pulsaciones al borde del infarto que fue desde Buenos Aires hasta el rock and roll, del bautismo católico de Bob Dylan hasta los tebeos, las series de televisión y todo el rico universo que rodea a este poeta “de los noventa” hasta el infinito y más allá, un texto plagado de referencias, un baño de colorines, el collage de una personalísima memoria que deriva entre Calamaro, Bunbury y J.P. — nada que ver con la mítica marca pirata de güisqui, chaval, — J.P. es como se resume el papado de Juan Pablo Segundo te quiere todo el mundo. Octavio entregado, sin respirar, sílabas tras sílabas atado al micro, el foco violeta sobre la negra camisa, la negra barba, las gafas negras y el pelo negro, violeta y negro colores de pasión para desgranar pistas, influencias, divinidades y demonios todo en avalancha de verborrea, crudo, ahí lo tienes y te lo tomas como puedas, energía, imprescindible la concentración para seguirle, enganchados al itinerario para descubrir las propias referencias y cuando terminó, sólo me quedó resuello para apurar el tubo de cerveza.
Rasgó Octavio uno de sus libros para leer el último de los poemas, la descripción del momento más importante de nuestras vidas: El punto de no retorno. Y terminó homenajeando a más amigos, ese prometedor dúo musical que fusionó sus nombres en Louisiana.
Tras las palabras regresé a las cervezas. Un poeta que por allí andaba me pagó las suficientes rondas como para comprometerme a volver al Candy Warhol con una misión: Empuñar el micrófono y defender sus versos como si fueran míos.
Etiquetas: recital poético
16 Comments:
yo ya sé que os divertís con esto... pero esta vez hay motivo... carmen ruiz es lo más, como compañera de antena aragon,como persona y como poeta.
bien javier.. bien retratao maño.
si la vuelves a ver, le das un beso a carmen de mi parte.
agus.
sterte
leyendo esto...todavía me siento peor por no haber acudido el jueves...pero (con perdón del bigmanintheblackglasses) asistiré sin dudarlo a escucharte...ánimo!y puedes ir calentado para LNsT!!! :)
Marian
buff, me he pegado todo el finde en huesca temiendo la reseña...pero veo que esta vez te convencí...gracias man...
y a marian...promesas, promesas, promesas...
nos vemos...
Destino y trazo manda!!
o.
He vuelto ha escuchar cinco días en agosto. Ya casi no me acordaba del poema. Me ha gustado. Cuando vea el libro de CARMEN lo pillaré.
Por mi parte te recomiendo, también de la colección eclipsados, "Maldita sea la poesía" de UBERTO STABILE.
Un abrazo.
Hola Agustín.
Así me gusta: Generoso con los buenos recuerdos y los buenos compañeros.
Seguro que la volveré a ver pero, en fin Agustín, no creo que me atreva a decirle ni "mu" y muchos menos ¡¡¡Dios mío que faenas de das!!! a darle un beso.
Salu2 Córneos.
Hola Marian
¡¡LNsT forever!! Peazo de festival.
Ojalá este el año el calendario me permita repetir, ¿sabes? imagino un cuento al que modificaré el final para leerlo en el spekear corner, en la sombra y frente al semicírculo de los oyentes.
Salu2 Córneos.
Hola Octavio.
jejejeej no exageremos Octavio.
Creo que el convencido fuiste tú, y eso se notó.
;-)
Salu2 Córneos
¡Destino y trazo a las alforjas y que se ha colado en la lista de espera!
Hola Sara
Apunto la sugerencia poética, si viene de tu sensibilidad el éxito esta asegurado.
Salu2 Córneos.
Buenos días. La entrada es potente, tiene pulso narrativo. El suficiente como para descubrir algunas cosas, sugerir otras, velar unas terceras... Ha andado Ud. bien hábil, Sr. López.
En los comentarios, de todo hay (menos mayúsculas, por cierto). Ante algunos de ellos, se llega a comprender la noción del vacío infinito.
Saludos.
Hola Quidam Lector y bienvenido a esta bitácora.
Tener suficiente potencia y pulso narrativo es una buena noticia, así que gracias por hacermelo ver.
Las reseñas, todas las reseñas con independencia de su potencia y pulso narrativo, deberian descubrir y sugerir, esa es parte de su esencia, manejar esos conceptos casi de alquimista son la esencia de una buena reseña, o al menos de las reseñas que a mi me gustan, bueno, esos conceptos y unos cuantos más.
En mi caso, le confesaré, no tengo la sapiencia para hacer del alquimista un oficio, asi que no me queda más remedio que poner en valor mi percepción, poco botín, lo se, pero es lo que tengo y con eso voy tirando.
Sobre velar seguramente usted sabe tanto como yo ;-), al fin y al cabo no nos desccubre quienes son esos que le han hecho comprender "la noción del vacío infinito"
Salu2 Córneos y gracias por la visita.
PD Y una pregunta si me permite. ¿Su nick tiene algo que ver con el personaje del Circo del Sol?
Tranquilo, estarás puntualmente informado de la fecha...cuando se decida!!y espero que puedas venir, ese cuento "modificado" seguro que atrapará a los espiqueradictos!
:)
Buenos días.
No, mi nick no tiene nada que ver con el Circo del Sol. Al menos que yo sepa. Con lo que tiene que ver es con el latín.
Por eso es posible que los circosoleros y servidor utilicemos palabras en común. Cosa que, por otra parte, ignoro.
Y no, no es que yo vele gran cosa. Lo que pasa es que me expresé mal: no es que algunos de los comentarios me hicieran "comprender la noción de vacío"; se trata de que tanto empaticé con ellos que "sentí" el vacío. Y claro, el vacío no permite huella de memoria, por lo que me olvidé de ellos.
Pero mire hacia arriba, con cuidadito, con mucho cuidadito, no sea que Ud. también lo suman en la nada, y los encontrará. Sin duda alguna.
Saludos.
Quidam Lector
Hola Marian
Ya lo sabes: Encantado de colaborar en LNsT
Salu2 Córneos.
Hola Quidam Lector.
Le haré caso en su consejo, aunque el astigmatismo que padezco sea un inconveniente.
Salu2 Córneos.
Buenos días. Como no querría que le sufriesen por mi culpa ni la vista ni las circunvalaciones cerebrales, se lo digo. Es que ahora ya me va volviendo la memoria, ¿sabe?
Por resumir mucho, los tres primeros comments se las traen. El primero: el que este señor exponga a los cuatro vientos cibernéticos su aprecio hacia Carmen Ruiz quizás sea un rasgo de amistad sincera, pero no hay que confundir el culo con las témporas. Puede que esta mujer sea "lo más" --se dice ahí-- "como compañera" y 2como persona". Pero NO es "lo más" como "poeta". NO. No exageremos, Sr. Agustín. Supongo que se ha dejado llevar por su énfasis amistoso. Será eso.
Bien. Pero ese comentario todavía...
Los dos siguientes son los que me sumieron en el vacío zen, porque vacíos son. Así que no tengo palabras... No puedo tener palabras... Por otra parte, a uno de ellos ya respondió Ud., Sr. López. Y en unos términos que, personalmente, me parecen adecuados. Suaves, pero adecuados.
Por cierto, ya es coincidencia que esos tres primeros comentarios sean los que maltratan con más encono a las mayúsculas y a otros signos ortográficos. No sé qué les habrás hecho. Es muy fácil, se alarga el meñique, se pulsa una tecla y ¡zas!, las mayúsculas salen, fluyen, se colocan solitas en su sitio.
En el caso de uno de los intervinientes, es posible que se crea e. e. cummings y encuentre, ¡a estas alturas de la vida!, cierto rasgo de moderna distinción en escribir como le sale del nardo (entienda lo que mejor le parezca bajo este término imagen). Digo que es posible, pero acaso no probable, porque, ¿sabrá quién es e. e. cumming? En fin, siempre le quedará la Wiki.
Ah, y por cierto: para incrementar su mundo (no el de Ud., el del otro) de referencias poppies y petardas, bien podría pillarse la colección de Hello Kitty, que creo la dan ahora con un periódico. Sea bueno, Sr. López, y dígaselo. No, no hace falta que sea de mi parte: porque igual al orator éste le cae en gracia la idea y puede Ud. apuntarse un tanto.
Saludos y gracias por la hospitalidad.
Quidam Lector
Hola Quidam Lector.
Y yo que me alegro por el regreso de su memoria.
Siempre es halagador que alguien se dedique a analizar entrada y comentarios, un trabajo que le agradezco, sin embargo, y supongo que me entenderá, no seré yo quien entre a debatir sobre lo escrito por otras personas.
Sobre la posibilidad de que me apunte tantos con sus ideas, le agradezco el ofrecimiento pero no es el estilo de quien esto escribe, a cada uno lo suyo.
Salu2 Córneos y es una buena noticia que le guste la hospitalidad de este sitio.
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