Don Juan en los infiernos
Don Juan seduce en el Principal
‘Don Juan en los infiernos’ es el título de un poema de
Baudelaire donde el mito que convierte voluntad en ley y pasiones en destino viaja
en una barca camino del cementerio. El cineasta Gonzalo Suárez conectó el
simbolismo de ese trayecto final con dos ideas. La vida del conquistador
implacable de mujeres enfrentada con la estrecha moralidad de un Felipe II en
cuyo imperio no se ponía el sol, pero situando la acción en la órbita de Moliere,
y así mover al personaje por el territorio cómico de quien va de chasco en
chasco con mucho ruido de palique y poca chicha de copular.
La dramaturgia armoniza estos antecedentes para definir y
equilibrar la relación especial entre amo y criado con la chispa de una
peripecia a la fuga, momentos de reflexión, y una rueda de personajes para dibujar
al pecador con meridiana claridad. Don Juan está tan íntimamente convencido que vale la pena
protagonizar una vida singular, que cuando llega el momento final es capaz de
buscar una pirueta ingeniosa para resumir su vida en un chiste.
Las hechuras teatrales se consiguen con elementos formales
que enriquecen la narración. El espacio escénico se configura con un baile de bastidores,
la sobriedad de unas proyecciones que sin estridencias sugieren localizaciones,
y la fuerza hipnótica de la ambientación musical. La dirección conecta comedia y
drama porque la agilidad de entradas y salidas deja espacio al peso de unas
palabras que van de la burla a la reflexión.
El trabajo actoral es un fabuloso compendio. Muestra musculatura
para los duelos verbales que hacen pesas con las frases, alimenta el ritmo que requieren
las acciones, y dosifica la gestualidad como el contrapunto entre el
hieratismo, la filigrana del bufón enmascarado, y esa ironía que pone en solfa la
hipocresía de Don Juan y la nuestra.
‘Don Juan en los infiernos’
Calificación: 4 estrellas
Producción: Teatro Che y Moche. Texto: Gonzalo Suárez.
Dramaturgia: Joaquín Murillo. Dirección: Marián Pueo. Reparto: Joaquín Murillo,
Saúl Blasco y Gemma Cruz. Escenografía: Óscar Sanmartín. Máscaras: Ángel Laín.
Jueves 30 de octubre de 2025. Teatro Principal
Etiquetas: Critica Teatro Heraldo, Gemma Cruz, Gonzalo Suarez, Joaquín Murillo, Marian Pueo, Molière, Saúl Blasco, teatro che y moche, teatro principal




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