Poi
El pastor de cabras que aprendió a girar
Para Óscar de
Almozandia
Había una vez un pastor que se llamaba Poi. Poi era un pastor
de cabras mallorquín que gira que te gira en busca de los mejores pastos llegó
hasta las Las Gradas del Centro Cívico Valdefierro, justo cuando en Zaragoza
caía una de esas nieblas que se posan en la piel para dejarla helada como
escarcha. Ante semejante situación las personas que trabajaban en el Centro
Cívico cubrieron a cada una de las cabras con una mantita de calorcito y amor.
Poi rastreó la zona con el sonido del cencerro como guía.
Algunos ciudadanos zaragozanos se quedaron ojipláticos. Era la primera vez que
por aquellas tierras un pastor de cabras daba vueltas y vueltas y más vueltas.
Aquel vaivén sin ton ni son les daba un poco de miedo y los más valientes
intentaron amarrar aquel movimiento de rotación y traslación mediante una cuerda
que rodeaba el cuerpo del pastor, pero en lugar de detenerlo, entre tirones de
mil demonios, la cuerda se les escurrió de las manos y entonces el giro se
sincronizó en la suavidad de un baile que a los románticos les parecía bachata,
y a los clásicos un elegante vals.
Aquella manera de flotar dejó a Poi bajo un árbol donde vio unos
frutos tan parecidos a las bellotas que los recolectó dentro de un cubo para
cuando el hambre apretara. La curiosidad lo tentó y Poi trepó por las ramas del
árbol hasta descubrir un nido donde encontró una bellota como las que había encontrado
en el suelo, pero recién nacida y con una diferencia que saltaba a la vista: La
pequeña bellota estaba recubierta por una cuerda que rodeaba su cuerpecito. Poi
tiró del cabo suelto y entonces ocurrió lo inesperado. Como si de una oruga se
tratará, lo que parecía una bellota se transformó en el giro de una peonza que
solo quiere volar.
La danza de la peonza alborotó al pastor de tal manera que
dedicó el resto del día a cubrir con cuerdas todas las bellotas que tenía
dentro del cubo, y tiraba del cabo suelto para ponerlas a girar una tras otras,
una y otra vez. Las lanzaba al aire y caían sobre una piedra, en el tejado de
un pajar o sobre el lomo de un burro que pastaba aburrido. Entonces Poi tuvo
una gran idea.
El pastor sabía que sus cabras no eran especialmente
inteligentes pero se armó de paciencia, y entre un balido de amor y otro de
mira a ver si espabilas, consiguió que se incorporaran al juego de hacer girar
las peonzas. La felicidad fue tan grande que Poi empezó a lanzar berridos y para
su asombro, el rebaño de cabras lo acompañó en un coro con armonía de voces.
Las cabras con barba y perilla hacían los bajos, las que estaban en edad
escolar daban grititos de nerviosismo y sorpresa, mientras las que habían ido a
la peluquería con boinas de color rojo hacían filigranas con agudos tan altos,
que cuando la canción vocal terminó la niebla había desaparecido y dejó salir
al sol.
Aquel calorcito fue un ataque de nostalgia de los veranos de
su Mallorca nata, y entonces Poi cayó en la cuenta de que había pasado tanto tiempo
con sus cabras que se había olvidado de hablar, y ahora que sentía como el
juego giroscópico era lo más importante que le podía pasar, sin embargo era
incapaz de unir las palabras para contar aquellas historias de una infancia con
abuelo, peonzas y toda una vida por soñar.
Poi decidió solucionarlo y se puso a investigar. En algún
lugar había escuchado que un caldero de chapa vuelto del revés se podía
convertir en una caja de resonancia para verbalizar los recuerdos y así,
mientras el pastor probaba la mejor manera de contar su historia, el rebaño de
cabras se dispersó por los alrededores de Valdefierro en busca de otras
bellotas para abrazarlas con una cuerda, tirar del cabo suelto, y que el mundo
no deje de girar.
Colorín colorado este cuento se ha acabado, y el que no
levante el culo lo tiene cagado.
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Cuento a partir de ‘Poi’ un espectáculo de D´es Tro dirigido e interpretado por Guillem Vízcaino el 30 de noviembre de 2024 en Las Gradas del Centro Cívico de Valdefierro, dentro del ciclo Juega e imagina.
Etiquetas: Almozandia Teatro, cuento, D´es Tro, Guillem Vizcaíno, Relato
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