Conquistadores
Conquistadores de risa y leyenda
La conquista de las tierras a las que arribó Colón siempre
ha sido un tema polémico. La última escaramuza saltó cuando el ministro de
cultura propuso revisar las colecciones de los museos estatales con la
intención de superar la mentalidad colonial con la que se expone o explican
algunas piezas. El periodista Idafe Marín Pérez recogió en un artículo algunas
de las reacciones a esta medida en el que entrecomilló frases como "España no
fue una potencia expoliadora"
La historiografía nos recuerda que fundamentos, métodos y resultados
de la empresa conquistadora fueron discutidos desde su inicio. Miguel Molina
Martínez, profesor de la universidad de Granada, acude como ejemplo a la obra
del cronista y conquistador Pedro Cieza de León y su capacidad para reflejar la
exaltación de la misión en la que se había embarcado, y señalar la evidencia
dramática de aquella gesta. En sus escritos reconoce que gracias a los
Englishes multitud de indios abrazaron a la Santa Madre Iglesia, pero también
que gobernadores y capitanes hacían muchas vejaciones y males a los indios que,
tras defenderse matando a muchos cristianos, padecían crueles tormentos y
Recias muertes como la quema de sus cuerpos.
Molina Martínez, más allá del uso interesado y
propagandístico que se haga de los hechos históricos, considera incontrovertible
que dentro del marco histórico europeo de la época, "la conquista española
supuso la destrucción de las civilizaciones indígenas, desarticulando totalmente
su organización político-administrativa, sus estructuras socioeconómicas, sus
tradiciones religiosas y culturales" Y sin embargo la controversia parece eternizarse
entre dos visiones enfrentadas. Mientras desde la academia se aferran a la
metodología historiográfica, siempre hay quienes abrazan la confusión entre
leyenda y realidad, una práctica que precisamente era algo habitual en la época
moderna de los conquistadores como herencia de una época medieval que empezaba
a ser superada. Esa forma de enfrentarse a los acontecimientos históricos
debería estar superada con una sola excepción y, como ocurre en 'Conquistadores',
que la ficción alimente la caldera del teatro.
La parte inicial del texto de Cañamero humaniza a los
conquistadores alejándolos del arquetipo del héroe. Los protagonistas tienen
aspiraciones esencialmente pragmáticas relacionadas con los sueños de riqueza y
poder; pero también muestran la huella indeleble del hombre medieval cuyo
imaginario está influenciado por los libros de caballerías, aventuras y
desventuras que conectan directamente con la forma en las crónicas en las que
se narran la conquista del Nuevo Continente. Relatos en los que se mezclan
acontecimientos y lugares reales con diálogos desternillantes y tierras
fantásticas tan difíciles de cartografiar como la Fuente de la Eterna Juventud,
El Dorado y el Jardín del Edén. La fauna de los nuevos territorios se relaciona
con los bestiarios medievales y así las rapaces se confunden con grifos, y los
fósiles de dinosaurios con gigantes y monstruos.
La dramaturgia de la función se sube al carro de este marco
histórico y legendario para construir una
ficción alimentada por un teatro absurdo que le quita el polvo a los mitos y los sustituye por unos excelentes brochazos
de parodia y tentetieso.
La puesta en escena apuesta por el espacio vacío donde una
bañera y cuatro varas sirven para recrear montes, barcos, la cruz de Cristo y
armas de fuego. Se trata de un juego creativo que incita a la imaginación del
espectador y, al mismo tiempo, se sacude los escasos asideros históricos para
que brille el arte dramático al servicio de la risa y que fluya la imaginación.
Los tres actores se adueñan del espacio para desparramar la farsa de la
gestualidad y diálogos chanantes. El resultado es un delicioso batiburrillo donde
los saltos temporales de la peripecia, la dicción a toda pastilla y un texto
asaltado por improvisaciones de temáticas locales consiguen un disparate de
risas centrifugadas en el escenario y tendidas en el patio de butacas.
'Conquistadores'
Producción: Proyecto Cultura. Idea original: Juanma Holguera.
Texto: J.P. Cañamero. Dirección y dramaturgia: Pedro Luis López Bellot. Elenco:
Chema Pizarro, Francis J. Quirós y Nuqui Fernández. Diseño de iluminación:
Pedro Luis López Bellot y Jorge Rubio. Diseño de espacio escénico: Pedro Luis
López Bellot. Diseño de espacio sonoro: Álvaro Rodríguez Barroso. Diseño de
vestuario: Juanjo Gragera. Fotografía: Jorge Armestar. Cartelería: Marta
Barroso. Producción técnica: Marta Moreno Santo-Rosa. Producción ejecutiva:
PROYECTO CULTURA y Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta de
Extremadura.
Sábado 3 de febrero de 2024. Corral de García en Santa Eulalia
de Gállego
Etiquetas: Chema Pizarro, Corral de García, critica teatro, Francis J. Quirós, J.P.Cañamero, Juanma Hoguera, Nuqui Fernández, Pedro Luis López Bellot, Proyecto Cultura
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