La comedia sin título
Alejarse de Lorca
El asesinato de Lorca truncó la evolución de su proyecto
dramático que había plasmado en la función inacabada 'Comedia sin título' Los
cambios formales como la ruptura de la cuarta pared, acciones metateatrales y la
intertextualidad necesaria para conversar con la obra de Shakespeare tenían dos
Objetivos principales: derribar los muros del teatro para formar parte de la
realidad externa, y dejar que la verdad resplandezca en escena. La producción
de La Libélula Teatro se aleja definitivamente de este espíritu lorquiano.
La dramaturgia está avispada cuando modifica o elimina partes del texto original y es capaz de entrelazarlos con pasajes y personajes nuevos. Es una manera muy eficaz de adaptación porque permite introducir acontecimientos documentados y situaciones de ficción para conseguir un relato coherente y veracidad en la peripecia.
La sobriedad de la puesta en escena se ve sobresaltada por el uso de imágenes de escaso interés proyectadas por videomapping para aparentar preocuparse por la buena orientación del público. Ahora estamos en las estancias de una casa, después en el despacho de la autoridad, y de vez en cuando un dibujo nos advierte de la presencia de versos recitados.
La dirección olvida el nuevo rumbo de un Lorca que quería eliminar poesía, ritmo o literatura hasta crear un teatro situado en mitad de la calle, con un escenario al que no se subiera actores sino hombres y mujeres de carne. Esta apuesta por la naturalidad se sustituye por el artificio impostado del actor que utiliza el exceso gestual para subrayar frases que, susurradas, gritadas o impostadas, brotan de las cuerdas vocales sin pasar por las tripas o el corazón, una querencia que disminuye en intensidad conforme avanza el drama, y no se aprecia en el trabajo de Ángel Héctor Sánchez y Dani Neck.
La dramaturgia está avispada cuando modifica o elimina partes del texto original y es capaz de entrelazarlos con pasajes y personajes nuevos. Es una manera muy eficaz de adaptación porque permite introducir acontecimientos documentados y situaciones de ficción para conseguir un relato coherente y veracidad en la peripecia.
La sobriedad de la puesta en escena se ve sobresaltada por el uso de imágenes de escaso interés proyectadas por videomapping para aparentar preocuparse por la buena orientación del público. Ahora estamos en las estancias de una casa, después en el despacho de la autoridad, y de vez en cuando un dibujo nos advierte de la presencia de versos recitados.
La dirección olvida el nuevo rumbo de un Lorca que quería eliminar poesía, ritmo o literatura hasta crear un teatro situado en mitad de la calle, con un escenario al que no se subiera actores sino hombres y mujeres de carne. Esta apuesta por la naturalidad se sustituye por el artificio impostado del actor que utiliza el exceso gestual para subrayar frases que, susurradas, gritadas o impostadas, brotan de las cuerdas vocales sin pasar por las tripas o el corazón, una querencia que disminuye en intensidad conforme avanza el drama, y no se aprecia en el trabajo de Ángel Héctor Sánchez y Dani Neck.
'La comedia sin título'
Calificación: 2 estrellas
Producción: La Libélula Teatro. A partir de un texto de
Federico García Lorca, dramaturgia y dirección de Emilio Ruíz Barrachia. Reparto:
Juanma Díez Diego, Alberto Closas, Valentín Paredes, Bárbara Caffarel, César
Lucendo, Enrique Simón, Alfonso Torregrosa, Ángel Héctor Sánchez, Juan Pedro
Schwartz, Dani Neck, Rebecca Arrosse, Miguelo García.
Jueves 22 de febrero de 2024. Teatro Principal.
'La comedia sin título': Alejarse de Lorca (heraldo.es)
Etiquetas: Alberto Closas, Ángel Hëctor Sánchez, César Lucendo, Critica Teatro Heraldo, Dani Neck, Emilio Ruíz Barrachina, Federico García Lorca, Juanma Díez Diego, La Libélula Teatro, teatro principal
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