La curvatura de la córnea

06 octubre 2023

Un secreto a voces


 

Risas y ¿para qué quiero más?

Buero Vallejo estrenó en 1949 ‘Historia de una escalera’ para iniciar lo que estudiosos como Bonnín Valls denominan “teatro nuevo”. Se trata de localizar una frontera para desvincularse de lo que se venía llamando “teatro burgués” que, sin apenas novedades, mantenía su pujanza para atraer a un público sin excesivas pretensiones más allá de tomarse un merecido descanso de tanta realidad por metro cuadrado. Ruíz Ramón nos advierte que este tipo de teatro recorre el siglo XX español con una indudable fuerza gracias a la frecuencia de los estrenos, a su prolongada permanencia en cartel y al buen número de dramaturgos que suministran a pleno rendimiento materiales dramáticos para los teatros comerciales. Ruíz Ramón propone un cambio de nombre para evitar la posible carga negativa de términos como “burgués” o “teatro de clase media”, y apuesta por denominarlo “teatro público”

El 10 de septiembre se presentó en el Teatro de las Esquinas la comedia ‘Un secreto a voces’ escrita por Álvaro Carrero. La idea de esta pieza es conectar esa función con la definición de ese ‘teatro público’ conformado por un amplio catálogo de  comedias. Un estela cuyo inicio se sitúa en periodo histórico de La Gloriosa, aquella revolución de 1868 que destronó a los Borbones, hasta el tiempo de Arniches cuando la escena estaba dominaba por el “género chico”, que recién entrado el siglo XX pasó a denominarse “género ínfimo”. Obras caracterizadas por un cierto costumbrismo, argumentos sencillos, pocos personajes y un solo decorado.

La definición contemporánea de ‘Un secreto a voces’ la situaría entre la comedia de salón que busca la comicidad verbal e ingeniosa, y una comedia de situación donde la acción y el ritmo complica la trama mediante unos personajes apenas esbozados que van de sorpresa en sorpresa hasta el final feliz. Este carácter híbrido es una excelente motivación para introducirla en el cedazo que Ruíz Ramón expuso en su libro de 1995 «Historia del teatro español del siglo XX» para sistematizar en ocho características el concepto de “teatro púbico”

1 El pilar fundamental de la obra es la ejecución de los diálogos porque, lanzados con buen ritmo y en consonancia con unas acciones que siempre dejan el espacio preciso para las frases y así, el chiste, el silencio y la réplica entran en su justo momento y provocan el efecto deseado.

La comedida está hilvanada con escenas estrambóticas y unos personajes a los que el grado de afectación les sienta de maravilla en una estudiada graduación de la exageración. Desde el papel más natural de Pablo Puyol, hasta el desparrame gestual que alcanza Noemí Ruiz, mientras Virginia Muñoz y Miguel Ángel Martín transitan por niveles intermedios con picos muy altos que se reconducen a interpretaciones mucho más naturales. El trabajo de dirección consigue una buena mezcla para que las exageraciones no acaben gripando la maquinaria de la comedia.

2 La crítica de la función va más allá de centrarse en la clase burguesa y está determinada por las nuevas formas de comportamiento que surgieron en la pandemia Covid y afectaron a todo el espectro social, sobre el que vierte una cierta mirada ácida resumida en aquella idea tan peregrina de que todos íbamos a salir mejores de aquella debacle que iba del ámbito personal a consecuencias planetarias.

3. El desarrollo de la función tiende hacia el teatro cómico de diversión superficial. La trama hace una buena utilización del enredo representado por eso que el cine se llama macguffin: Aparece un elemento narrativo que puede ser un objeto, un concepto o una historia, para hacer avanzar la peripecia desde un concepción casi anecdótica, pero en este caso la relevancia se va incrementando hasta alcanzar la notoriedad de provocar el final de la obra.

4 La construcción prevalente es cómica achicando sin remilgos los espacios por los que podrían transitar otras premisas en torno a dilemas morales o sociales. Cada vez que algo parecido ocurre en escena, de inmediato se acude al humor mediante gags, chistes o la letra de una canción archiconocida que desengrase el planteamiento.

5 El decorado huye de interiores propios de la clase media elevada para centrarse en una clase media de profesionales y trabajadores con cierta estabilidad, y por lo tanto muy alejados del salón con cridada. Es muy significativo que la sucinta escenografía ni siquiera se preocupa por completar la estancia donde ocurre la acción, y deja el esquema mínimo que resalta la importancia de las puertas como vía para que las sorpresas entre y salga, y una forma muy sencilla de conformar la escena con los personajes precisos en cada situación.

6 La influencia del cine se aprecia en un par de momentos en los que la acción se trata como la imagen en una sala de montaje: Se corta para avanzar en el tiempo mediante un fundido a negro, se insertan primeros planos en cámara lenta para informarnos de la percepción subjetiva que tienen los personajes y que llevan al espectador un plano diferente e inesperado de la realidad.

7 No se pretende profundizar en la visión del hombre y de la vida humana,. Etiquetas morales como la honradez, la felicidad o el egoísmo sobrevuelan algunas situaciones pero siempre se diluyen en la salsa del humor.

8 La temática es una novedad que escapa al adulterio, la infidelidad o las maneras de entender el amor tan repetidas en este tipo de comedias. Aquí se nos invita a pensar en la importancia (o no) de guardar un secreto, mantener a raya la tentación y sobrevivir a la confusión que se genera si no gestionas bien lo que quieres ocultar. La función te hace pensar sobre que acontecimientos merecen pasar la criba y convertirse en secretos para ponerlos a salvo. No vaya a ser que muchas de las cosas que nos acontecen no merezcan esa categoría, y sea mucho mejor contarlos de primeras y dejar de dar rodeos para más pronto que tarde terminar desvelando eso que queríamos guardar bajo siete llaves.

Todo este compendio de características consiguen agradar a un público que a veces se ríe con los chascarrillo, la situación o por toda la acumulación de elementos humorísticos con los que se trabaja en escena. La gestualidad final generó un chiste que enlazó con situaciones que el público ya conocía, y provocó una carcajada unánime, y gran ovación final con buena parte del público puesto en pie para darle caché a la filosofía de risas y ¿para qué quiero más?

 

‘Un secreto a voces’

Producción: La Cochera Producciones. Autor y director: Álvaro Carrero. Intérpretes: Pablo Puyol, Virginia Muñoz, Noemí Ruiz y Miguel Ángel Martín.

 

10 de septiembre de 2023. Teatro de las Esquinas.

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