La curvatura de la córnea

29 mayo 2022

De Propio. Concierto en El Caracol


 

El sábado 28 de mayo fui de propio hasta el centro comercial El Caracol para ver un concierto de la banda De Propio. El trayecto desde la calle Cádiz hasta la planta baja donde el grupo había instalado sus instrumentos fue un recorrido en espiral abierto en otras direcciones, la premonición de un repertorio ecléctico.

A lo largo del concierto sentí que De Propio aunaba tres caminos tan diferentes como interesantes. El primero tenía sabor anglosajón conectando el sonido americano que va del rock emotivo de My Chemical Romance con la jovialidad californiana de Green Day, para terminar en las antípodas del rock australiano de Jet y ese riff de marcado carácter Motown. Un vertiginoso camino entre los miedos de un tipo que desconfía de la reacción de unos adolescentes vestidos de negro pululando por el metro de Nuevo York, la idiotez del ciudadano que sigue a pie juntillas las consignas de odio de cualquier orador, para terminar al amparo de una bola de cristales preguntando Oh yes!! ¿Vas a ser mi chica? mientras el bajo de Alex es un soul train para darle gusto al baile.

Los homenajes a los sonidos nacionales empezaron con ese derroche de imágenes con las Fito Cabrales desborda todas las letras de sus canciones. Mucho más interesante fue la aproximación a 'La Pared' de Cupido con una versión que se alejó del autotune y el trap melancólico para desnudar una deliciosa melodía pop donde vivir o morir depende de si te alejas o te veo venir. Y de una canción donde la vida es una dependiendo de la distancia a la que se encuentra el amor, De Propio dan un enorme salto generacional para enfrentarse al hard rock urbano de la banda gallega Los Suaves, la canción 'Dolores se llamaba Lola' lleva cerrando verbenas de verano desde mediados de los años ochenta del siglo pasado hasta llegar al vertiginoso punteo de Ainhoa para recordarnos que las vueltas de la vida pueden dejar a una niña de azul tirada en la barra americana de un burdel. El chisporroteo de la guitarra punk de David agitó el recuerdo de cuando la chupa sobre el hombro no evitaba perderte por esas calles que antaño estuvieron okupadas por multitud de tribus, y se combinó con una parte del público que jaleaba desde sus atuendos neogóticos las teclas que Candela acariciaba, antes de reclamar un nuevo edificio para la Escuela Superior de Música que se merece esta ciudad.

De Propio presentaron cinco temas originales. 'Pereza' comenzó con sabrosura ragga de quien escribe cosas nuevas hasta que los sonidos derivaron sureños de azahar y un poquito de Fuel Fandango. El territorio rojo de David mantiene el pulso de la banda. Me recuerda a una baterista de jazz con movimientos tan intensos como cortos y una melena que se me antoja setentera y californiana pero con camiseta para reivindicar el heavy metal británico. Cuando llegó la 'Medianoche' la voz de Laura miró a un cielo desde donde caen espinas de tristeza, un preámbulo para que la voz se rompa entre lágrimas como 'Gotas de abril' y purificar los recuerdos de todas las personas que ya no están a nuestro lado pero, bañadas por rayos de sol permanecen aquí, entre las líneas de un pentagrama mientras nosotros, escondidos para volver a sentir, buscamos 'Senderos' y escapar del veneno de las piedras que suben, suben y suben. Reconforta comprobar que una banda de jóvenes músicos afilan sus instrumentos para denunciar que se viene encima ese 'Show Matinal' donde cada mañana se mercadea con las vísceras de quien compra y vende el peor titular posible mientras que si chaval, en el olimpo de la parrilla mediática todos se piensan forrar.

De Propio recorre con frescura todos estos caminos musicales, mientras continúan componiendo temas originales que jalonaran una carrera por venir, en la que les deseo ese tipo de suerte que nace del esfuerzo, el estudio y la dedicación.


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