Homenaje a los Álvarez Quintero
Un viaje a los rudimentos de la comedia
El domingo 10 de abril Mundo Ficción Producciones presentó
en el Teatro del Mercado un homenaje a los hermanos Álvarez Quintero con cuatro
piezas del género chico y un monólogo en verso. El género chico nació en la
segunda mitad del siglo XIX con breves obras de carácter cómico que, dentro de
la corriente de literatura realista, dejaba atrás el teatro romántico de
sentimientos y pasiones para escribir piezas caracterizadas por un argumento
sencillo, escasa duración y poca transcendencia. En este caso se representó el
monólogo en verso Filosofía alcohólica y cuatro sainetes andaluces: El
cerrojazo, Sangre gorda, Ganas de reñir y Fea y con gracia. Un buen resumen de jocosas
escenas costumbristas en las que se ridiculizan vicios y costumbres sociales
dentro del marco general de la comedia.
Este homenaje a los hermanos Álvarez Quintero nació para conmemorar el 150 aniversario del nacimiento de Serafín y, como recordó Arturo Pérez Reverte en 2018, quizás ha llegado la hora de mirar a estas obras de teatro sin el barniz que el franquismo le puso a los tópicos andaluces para vestir España de patio de flores, un "adueñarse de los Quintero" del que a estas alturas de la historia es necesario huir, y para conseguirlo nada mejor que hacerlo como recuerdan los actores, "sin cambiar ni una coma de los textos originales" que transmiten "la alegría de vivir y ese sentir tan sevillano que nos refleja como sociedad y que ellos plasmaron como nadie" Ese legado es el que defiende la compañía desde el escenario.
Las obras de los hermanos Álvarez Quintero, en palabras de
Mariano Paco, son el paradigma de la distancia que a veces hay entre la crítica
dramática que tan solo veía comedias con una gran sencillez, y el éxito entre el
público popular de la época atraído por una visión optimista de la vida. Para acercarme
a estas piezas un siglo después de su estreno he decidido olvidar la novedad
que supuso en su época y su posterior utilización por parte de la dictadura
para centrarme en el mecanismo dramático con el que están construidas.
La función cumple con la idea básica de una comedia con personajes modestos, desenlace feliz y la intención de provocar la risa del espectador, todo desde un tono lleno de ternura y con unos personajes arquetípicos muy bien construidos por Carmen Canivell, Antonia Gómez, Alberto López y Alfonso Sánchez que manejan perfectamente el tránsito de una peripecia que va del equilibrio costumbrista al desequilibrio del conflicto, para terminar en un nuevo equilibrio igual de costumbrista que el inicial.
Es muy interesante la propuesta de mostrar a los actores preparándose para la actuación en el plano de la realidad, y como cruzan la línea al mundo de la ficción donde, la sencillez de la escenografía permite que todo el protagonismo recaiga en un trabajo actoral que marca perfectamente los ritmos que requiere un texto que, jaleado muchas veces desde la platea, integra a la perfección la ruptura constante de la cuarta pared para introducir al público en el meollo de la acción. La transición entre escenas es muy lenta para conseguir cambios escenográficos leves y, aunque la música y algunos guiños de los actores, rebajan el tiempo de espera, una mayor continuidad llevaría la comedia a otro nivel porque, precisamente el ritmo es uno de los aciertos en la construcción de la escenas en las que cada personaje tiene el tiempo y el espacio que su perfil pide para que la risa brote, desde el pánfilo patiparado hasta la guindilla que acelera ademanes, frases y el vaivén del abanico.
El monólogo en verso tienen un tratamiento diferente y, mientras el actor estaba atado al presente determinado por la silla, la mesa y el vaso, a mí me dio por pensar en la posibilidad de romper por una vez la tradición que tanto respeta la función, y cambiar la situación de ese filósofo alcohólico, transformar la acción atada a la silla, la mesa y el vaso para convertirla en un monólogo estándar de stand up comedy con el filósofo de pie, sobrio y delante de un micro recordando el sucedido en el pasado. Y esa sea, vaya usted a saber una tarea por hacer: Situar los textos de los hermanos Álvarez Quintero al primer tercio del siglo XXI.
_____________________________
Producción: Mundo Ficción Producciones y SEDA. Autores: Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. Dirección: Alfonso Sánchez. Reparto: Alfonso Sánchez, Alberto López, Carmen Caniveil, Antonia Gómez Grande. Escenografía: Pepe Távora. Vestuario: Pilar Rubio Diseñadora-
Teatro de las Esquinas. 10 de abril de 2022.
Etiquetas: crítica, critica teatro, homenaje a los Álvarez Quintero, Mundo Ficción producciones, Teatro de las esquinas
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home