La curvatura de la córnea

10 septiembre 2021

Nostalgias

 


Hoy he estrenado una camiseta que me ha regalado mi sobrinica de ocho años con el logo de la película Regreso al futuro. Me gusta pensar que es un homenaje por el buen rato que pasamos viendo la trilogía, por la de veces que le expliqué todos los saltos temporales y porque, en contra de los que yo pensaba, no fue un tiempo dedicado a la nostalgia. La película aboga por el presente como un espacio siempre abierto, sujeto a cambiamos en el que las decisiones toman una gran importancia porque pueden tener consecuencias desastrosas (o no) para nuestro entorno. Tal vez me gustó porque lejos de convertirse en un ejercicio de nostalgia al modo de escuchar las emisoras de radio tipo M-80 o Kiss FM, el trabajo de Zemeckis y Spielberg, como dice Déborah García, es una invitación a recordar quiénes somos, de dónde venimos y una alerta sobre en quien no podemos convertir.

Nunca he sido muy amigo de nostalgias, ni de mirar todo el rato al espejo retrovisor para ver lo auténticos que éramos en el pasado, en lugar de mirar por el parabrisas para pensar cómo podemos ser auténticos a tiempo real.

Pero estos convencimiento se han venido un poco abajo después de leer a Sergio del Molino cuando afirma que la nostalgia, que el médico suizo Johannes Hofer en 1688 la incluía en el terreno de las enfermedades, ha terminado por convertirse a día de hoy en un sentimiento tan comercial como rentable. Otro motivo más para escapar de ella sin embargo, el mismo Del Molino me enseña el camino de la salvación de la mano de Svetlana Boyn y la idea de dos tipos de nostalgias. La mala nostalgia que anida en los que pretenden volver a un pasado mítico y suele arraigar en nacionalistas y tradicionalistas. La buena nostalgia emparentada con la reflexión y que se caracteriza porque la añoranza y el pensamiento crítico no son conceptos opuestos. Para convencerme hago una prueba y la añoranza de los años ochenta no me impide reconocer que el uso y abuso de la batería electrónica de aquella época era una turra insoportable. El siguiente paso, en consejo de Boym es tomar esa imagen del pasado y convertirla en una estrategia para entender el presente, en mi caso sería advertir que la turra de la batería electrónica era el preludio inevitable para toda la música electrónica que escuché en los años 90 y que tanto me hizo bailar.

Muchos creadores tienen muy claro ese concepto positivo de la nostalgia y ahí enganchan su productividad. Cuando Manuel Jabois reflexiona que  el encierro por la pandemia fue el motivo de empezar a mirar atrás como si hubiésemos perdido el futuro para siempre, Muñoz Molina le responde que ese mecanismo respondía a que cuando el presente se queda parado el pasado cobra una fuerza tremenda, y eso me hace pensar que quizás por eso yo tiendo a huir de la nostalgia, porque quizás solo tengo miedo a que mirar al pasado detenga el presente y enfrentarte al riesgo como le pasó a la esposa de Lot que, llena de nostalgia, miró hacía atrás y se convirtió en una estatua de sal.

Pero estoy saliendo del carril de la nostalgia positiva al que también me invita una de las fundadoras de la compañía Little Spain cuando Cristina Trenas explica los conceptos que acompañan a los videos de C. Tangana, y afirma que se trata de colocar algo fuera de lugar para reinterpretar ese espacio de una forma diferente. En el caso de C. Tangana asocian la estética a una identidad mediante evocaciones relacionadas con lo que hemos vivido: El pueblo, un amor duradero o el efímero del adolescente.

Estas formas creativas de acercarse al pasado suavizan mi desconfianza hacia la nostalgia y quién sabe, quizás una solución sea copiar a Gardel cuando hizo historia de la canción cantando a la nostalgia de una risa loca y, en lugar emborracharnos para poder brindar por los fracasos del amor, del dinero o de la salud, podríamos sentarnos delante de un teclado, filtrar nuestro pasado por el tamiz de la nostalgia buena y convertirla en un recurso estimulante. Hagamos caso a Marty McFly “Supongo que ustedes no están preparados para esta música. Pero a sus hijos les encantará.”

 

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