La curvatura de la córnea

03 septiembre 2021

Afganistán en dos fotografías

La imagen de Afganistán quizás se pueda resumir en dos fotografías que ha publicado El País en las páginas 2 y 3. La primera es de Juan Carlos Quintero y muestra a tres talibanes montando en bicicleta por las pistas vacías del aeropuerto de Kabul, los tres miran a cámara y el primero de ellos parece que lleva un arma colgada a la espalda. La segunda es de la agencia AFP y documenta una manifestación de mujeres en la ciudad afgana de Herat, todas llevan pancartas pero la que más llama la atención es la mujer que ocupa el centro de la fotografía, es una pancarta amarilla del tamaño de un folio donde ha escrito en árabe un mensaje en azul oscuro que combina con el azul horror del burka que cubre todo su cuerpo.
Juan Carlos Quinteros se ha quedado en Kabul para contarnos lo que sucede en aquella ciudad. La crónica de hoy transcurre en el recién conquistado aeropuerto de Kabul donde los talibanes están dando un tour a la prensa para mostrar el desbarajuste que los militares estadounidenses han dejado en su retirada. En el inventario entran desde avionetas y helicópteros destruidos a cientos de cascos, mochilas, y chalecos antibalas que sirven para mostrar la táctica de tierra quemada del ejército de EE.UU. en su retirada del país. Pero la mirada de Quinteros es panorámica y advierte como al traspasar la puerta norte que estuvo controlada por los estadounidenses hay un inmenso silencio que flota denso y, antes de acceder a la pista, observa una barricada formada por coches militares y furgonetas volcadas como la prueba del temor a un ataque frontal de los talibanes. Algunos aviones de la aerolínea comercial afgana parecen esperar su momento para alzar el vuelo en la pista sin embargo, tras las puertas de embarque de pasajeros, el suelo está repleto de cientos de maletas, ropas y bolsas de todas las personas que escaparon con la urgencia de quien huye y así, el aeropuerto de Kabul es un gran contendor de desechos de material militar pero también de recuerdos civiles. Por encima del silencio, un equipo técnico de procedencia catarí chequea las instalaciones para comenzar cuanto antes los vuelos internacionales.
Ángeles Espinosa se hace eco desde Islamabad de una manifestación en Herat, la tercera ciudad de Afganistán donde decenas de mujeres afganas se manifiestan para reivindicar su derecho a trabajar y la participación femenina en el nuevo gobierno talibán. Las mujeres, en un rasgo de valentía, se han concentrado frente a la sede del Gobierno provincial con pancartas que dicen: “No tengáis miedo, estamos todas juntas” Ellas piensan que si un pájaro no puede volar con una sola ala, su país tampoco puede hacerlo ignorando el 30% de la fuerza de trabajo. Las manifestantes son activistas de los derechos de la mujer, funcionarias, trabajadoras y estudiantes que tienen miedo a perder los avances conseguidos en las dos últimas décadas. Pasthana Zalmai se encuentra entre ellas y afirma que está dispuesta a llevar burka, pero que no va a ceder en el derecho de las mujeres y las niñas a la educación. Un burka azul horror que cubrirá todo su cuerpo mientras tres talibanes en bicicleta por las pistas del aeropuerto de Kabul nos muestran que, aunque todo está destrozado, se avecina actividad desde la torre de control.

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