Filomena está aquí
Las palabras
deciden abrigarme
mientras la
vida, a 25 grados bajo cero,
aprende que
la imagen del poder
es una
borrasca más allá de las redes sociales.
Cumplo el
designio de la naturaleza
que me deja
asomado al balcón
para colgar
los pronombres de tu nombre
que en primavera
era un membrillero.
No se ve ni
la tierra ni el verbo
y la noche negra,
al límite de la salud mental,
duerme tendida
en los días frío.
Una nevada
histórica dice la televisión.
Etiquetas: poema
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