Salgo al balcón
Las antenas clavan el espículo radioeléctrico
sobre la conciencia de las tejas rojas que
como milagro de lo cotidiano
se destiñen
se entregan
se infectan con la programación audiovisual que rearma milagros.
Mis dedos buscan la humedad innegable
de la colada semanal centrifugada en prime time
tras un listado de alarmas que confunde
lo cotidiano
lo virtual
lo que se puede cambiar con el electroimán del aprendizaje.
La pinza bicolor de la suerte me recuerda el menú del display
cuando las sábanas blancas goteaban al sol
y el mundo se resumía en una calle
un usuario
una contraseña
un localizador de emergencias y mucho amor. Amor de madre.
La vida sin las camisetas chillonas del Decathlon era más sencilla
sin milagros cotidianos que colgar en las redes sociales
donde cada día rearmo
una familia innegable
una vivienda genuina
y una libertad para malgastar.
¿Qué cambiará el día que no salga al balcón?
Etiquetas: poema
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home