La curvatura de la córnea

03 abril 2020

La vida a rajatabla de Carmin Cle




Para mi prima

A Carmin Cle le gustaría seguir el confinamiento a rajatabla pero ella, que tantas cosas ha hecho en su vida a rajatabla desde que le hicieron el trasplante, sin embargo no puede seguir el confinamiento, la diálisis es lo que tiene, no puedes decidir, tienes que desplazarte hasta el hospital varias veces por semana y pasar unas cuantas horas en una sala..
Camin Cle ha escuchado muchas veces que su fortaleza y disciplina son míticas, sin embargo cada vez que sale de casa hacia uno de los grandes focos de infección del Covid-19 en su ciudad, el ritmo cardiaco se le altera porque se sabe vulnerable y siente una insalvable inseguridad en un desplazamiento en el que le va la vida, pero si se queda en casa también.
La decisión ya está tomada y cuando llega a su destino mira a los ojos al personal sanitario que la tiene que atender, los mira para entrar en sus corazones porque no quiere saber nada de mascarillas, guantes, gafas o trajes de buzo. Ella solo quiere un acceso vascular con flujo suficiente para que la fuerza de la sangre circule por las arterias, pase a la venas y así eliminar los deshechos, mantener los minerales del cuerpo y que los glóbulos rojos se sientan tan a gustito como en aquellas noches de verano en las que la orquesta tocaba canciones para bailar y los vestidos de vuelo con florecillas verdes, naranjas y amarillas tan pronto daban alocadas vueltas de rocanrol, como se mecían con el suave vaivén de un bolero que separaba las mejillas de los amantes gracias a un brazo derecho con una pulserita de plata, un brazo derecho en alto, tan rígido y estirado como el blanco y negro de la televisión, hasta que ese brazo, por la fuerza de unos versos con sabor tropical que cantaban: Toda una vida me estaría contigo. No me importa en qué forma. Ni como, ni donde, pero junto a ti. Ese brazo perdía tensión muscular y las mejillas se rozaban en un suspiro que rompía el ritmo del twist y el beso que no había llegado, se dejaba pasar hasta la siguiente verbena.
Ahora Carmin Cle tampoco puede besar a todas esas personas que la ayudan a vivir y quizás por eso, cuando regresa a casa, sonríe y al vaivén de su cuerpo delgadito, le gusta cantar aquella tonada que dice: Bailando el twist again. Like we did last summer. Bailando el twist again, vamos a bailar. Y entonces imagina besos por doquier, besos con churros en el desayuno, besos on the rock para el vermoth, risotto, carpacho y paella de besos, besos a lo grande y volteretas de besos. Camin Cle cae rendida en el sofá y mira el calendario de la rajatabla: Sólo faltan dos días para volver a diálisis, pero  no tiene ni idea de cuanto va a durar este confinamiento.

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