Cuando los huesos hablan
Fotografía tomada de:
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Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
(Elegía a Ramón Sijé. Miguel Hernández)
Introducción
La arqueología trata de estudiar el pasado mediante los
restos materiales que se conservan en el registro arqueológico. Es una ciencia en
sí misma y su objetivo final, como el de la historia, es ocuparse del pasado
para comprender al género humano.
Esos restos materiales están a la espera de recibir las
preguntas en un recorrido que va desde la obtención del objeto al que le vamos
a pedir que nos hable de los comportamientos humanos y de las ideas que
llevaron hasta esos comportamientos. Y es precisamente en ese proceso donde radica la especial
dificultad de la arqueología: En el camino que va del objeto al individuo. En
cambio, los antropólogos recorren el mismo camino pero en sentido contrario,
del individuo al objeto.
Los antropólogos, en su definición general son estudiosos
del hombre y los Interrogan sobre sus ideas, estudian sus comportamientos y registran
los restos materiales que dejan con esas prácticas. En ese sentido hay tres
ramas de la antropología que se aproximan al espíritu arqueológico. La primera
de ellas es la antropología cultural o etnográfica que estudia directamente las
culturas vivas; la segunda es la etnología que también trabaja con culturas
vivas pero con los restos materiales. Así podríamos decir que un etnólogo es un
arqueólogo del presente. Y la tercera es la que a nosotros nos concierne: La antropología
forense se ocupa de las características físicas y biológicas que definen al
hombre, por lo tanto, como veíamos en la arqueología, también parte de los
objetos, en este caso los huesos del esqueleto, y además, el antropólogo
recorre el mismo camino que el arqueólogo: El que va del hallazgo de los huesos,
a la deducción de los comportamientos y al estudio de las ideas.
La conjunción de arqueología
y antropología
La antropología forense nació a finales del siglo XIX y hasta
los años treinta del siglo XX médicos y anatomistas eran consultados algunas
veces para realizar una identificación legal de restos óseos, fue Thomas Dwight
(1843-1911) quien publicó en 1878 la primera guía de restos óseos para
prácticas médico-legales. De los años cuarenta hasta la década de los setenta
la antropología forense se centró en los procesos de identificación, con una
importante actividad causada por los soldados desaparecidos en las guerras de
mediados del siglo XX. Fue entonces cando se establecieron las bases para
estimar sexo, edad y estatura.
A partir de los años setenta se produce la conexión entre arqueología
y antropología forense que, tras una amplia experiencia en el análisis de
restos humanos, comenzó a realizar trabajos prehistóricos. Mientras tanto la
arqueología huía de la antigua concepción de confeccionar listados de objetos
interesantes o establecer una cronología para llegar hasta la de arqueología
antropológica es decir, una nueva arqueología que mira el conjunto de las
relaciones entre los seres humanos.
Esta aproximación entre arqueología y antropología pone de
manifiesto el aspecto humanista de ambas
disciplinas y las sitúa en la misma dirección de investigación: Partir del
objeto para llegar a comprender al individuo y a la sociedad que lo sustenta. Esta
simbiosis muestra dos aspectos importantes que ayudan a situar a la historia
dentro del ámbito de la investigación científica. En primer lugar nos
encontramos ante un equipo interdisciplinar de trabajo que colabora en un
camino común y, en segundo lugar es un ejemplo excelente de cómo algunas
ciencias que surgen con otros objetivos y en otros campos, pueden ser
incorporadas al estudio histórico del pasado.
Excavación
La colaboración entre arqueología y antropología forense puede
partir de un proyecto conjunto inicial para la exhumación y estudio de
cadáveres de los que ya se ha constatado su existencia, aunque también pueden
aparecer restos humanos en cualquier yacimiento arqueológico. El arqueólogo aplicará
en ambos casos la técnica que consideré más adecuada dentro de la metodología
de excavación de un yacimiento. El objetivo es garantizar que los restos óseos tengan
una correcta localización, tanto de la orientación del enterramiento como de la
posición del cuerpo y cualquier otro elemento que acompañe a esos restos óseos.
En esta fase se documenta la información obtenida mediante dibujos, fotografías
y descripciones de las relaciones espaciales del yacimiento. La relevancia de la
excavación radica, no solo en el descubrimiento de cualquier objeto, sino en
constatar que los restos se encuentran en su ámbito natural o primario, ese es el
dato que mide la importancia del hallazgo, un resto mal localizado o con una
extracción descuidada, pierde gran parte de su valor arqueológico.
La arqueología termina con la excavación y la exhumación de
los restos óseos a los que ahora se enfrentará el antropólogo forense con el
objetivo de identificar a las personas.
Identificación
El proceso de identificación se realiza mediante un estudio
comparativo entre los restos encontrados y un patrón biológico que responde a
cuestiones morfológicas y con el que se puede averiguar si los vestigios son
humanos o animales, el número de individuos y causas de la muerte. El
antropólogo forense aplica diversas técnicas de reconocimiento óseo en la
pelvis, hueso púbico, cráneo, huesos largos, etc. que le permiten concluir
algún tipo de tarea específica desarrollada por el fallecido, así como la edad,
sexo, altura, proporciones corporales, situación nutricional y además, un
análisis osteopatológico nos informará de las enfermedades que dejaron huella
en el esqueleto.
Conclusiones
El estudio de los restos óseos nos lleva hasta el
reconocimiento del individuo al que podemos asignar un perfil biológico y
social relacionado con el área estudiada y, por ejemplo, determinar el tanto
por ciento de varones y féminas, así como la media de estatura, esperanza de
vida, o si el yacimiento se corresponde con una necrópolis consecuencia de una
batalla.
Bibliografía
Renfen Colin, Bahn Paul. Arqueologías,
métodos y práctica. Akal. Madrid, 2011.
Rodríguez Cuenca, José Vicente. Introducción a la Arqueología Forense. Análisis e identificación de
restos óseos humanos. Consulta On Line. Santafé de Bogotá, 1994. ´[Última
consulta]
Rodríguez Cuenca, José Vicente. La Antropología Forense en la identificación humana. Consulta On
Line. Editora Guadalupe Ltda. Bogotá D.C. 2004. [Última consulta] http://www.bdigital.unal.edu.co/1418/2/01PREL01.pdf 23 Oct. 2014.
Etiquetas: antropología, arqueología, artículo
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