Animalicos y la arqueología
Algunas cosas no cambian. Un rio siempre tiene dos orillas y
los hombres, pobres Animalicos, aunque nos transformamos nunca logramos cambiar
casi nada. Ese problema sobre la imposibilidad de cambiar es, como nos recuerda
Clive Gamble, el núcleo mismo de la investigación arqueológica.
Si el arqueólogo intenta responder a los motivos que dieron
paso a la agricultura, el espectador de Animalicos tiene la posibilidad de
plantearse como, el reverso del cambio social y tecnológico que se desarrolla
ante desarrolla ante nuestros ojos… ¿no será la prueba de que, como en
arqueología, lo habitual es la estabilidad? Esa es la dura tarea a la que se
enfrenta Daniel Martos con el texto de esta obra: Mostrar que el cambio, más
allá de ser el rastro del pasado, es la esencia de la estabilidad.
La gran noticia de esta función radica en el trabajo
actoral, sobresalientes los tres interpretes es justo destacar a Gema Cruz y
Ana García, algunas de sus intervenciones conjuntas tienen la brillantez del
buen oficio. Pero ya ven, una buena idea, un texto bien resuelto con sus
inflexiones para reír, excelentes actores arropados por una decoración que les
ayuda a dotar de musculatura a sus personajes. Todo parece estar en su sitio y
sin embargo hay algo que le falta a la función para que todos esos ingredientes
hagan saltar las chispas que durante toda la representación se advierten pero
que nunca llegan a quemarme.
Tal vez el problema tenga que ver con el reverso. La función
se mueve muy bien por los senderos sobrios de una comedia costumbrista, la
modulación, las dobles intenciones y la carga de la ironía es perfecta, pero su
desarrollo está teñido de la España Negra, esa que pervive en nuestra carga
genética, y quizás sea ahí, el reverso oscuro de la vida por donde se escapa la
carga de emoción, el drama, que también lo hay, no llega a las cotas de la
comedia.
En cualquier caso vayan a ver la función y pasaran una buena
velada, les puedo decir que yo fui de los que aplaudí para que los actores
salieran hasta por tres veces a saludar porque, como dice el programa de mano,
al fin y al cabo, estos Animalicos son de nuestras misma especie.
Etiquetas: Ana García, critica teatro, Gema Cruz, reseña teatro, Teatro de la Estación
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