La curvatura de la córnea

27 noviembre 2010

La Zapatera Prodigiosa en el Teatro de la Estación

Teatro del Norte representó en el Teatro de la Estación una zapatera prodigiosa en clave de farsa. Federico García Lorca escribió esta obra con al intención de mostrarnos un personaje que se debate entre la realidad y la ficción. La zapatera se nos presenta con moñete y clavel, ojos pintados de azul y mofletes sonrosados, mandil de faralaes y un garbo de quitar el sentío. Taconea con fuerza la tierra que pisa, sabe muy bien lo que quiere, ordena y manda en casa, mangonea en la zapatería de su marido y en toda la realidad que la rodea. Pero la zapatera, quejosa de un destino que le ha llevado a convivir con un esposo de mayor edad, acostumbra a soñar pasados que no fueron y a gestionar un presente de gritos de vecindario y cortejos masculinos que transcurren desde lo platónico de la mirada enamorada hasta el deseo carnal que provoca la locura de sus hechuras.. La zapatera juega y se desenvuelve con genio en ese entorno cotidiano, sin embargo, con la inesperada marcha del zapatero su mundo cambia.
Ella sobrevive sin problemas porque tiene energía y decisión para dar y vender palique, respuestas y vinos. Sin embargo, su tendencia a la ensoñación la convierte en esclava de los recuerdos. Los días de vivir con su marido, que antaño fueron disgusto y cárcel, ahora, gracias a su ausencia, se han convertido en imágenes gozosas y llenas de júbilo.
El autor consigue que la historia de la zapatera prodigiosa se convierta en enseñanza moral para que disfrutemos de la realidad en lugar de soñar con quimeras que nunca fueron.
La función se construye en torno al buen trabajo de tres actores entregados a la farsa. Etelvino Vazquez, responsable de la dirección y la dramaturgia, construye un zapatero con un pelín de exceso que soluciona con un salto de calidad para dar vida a un simpático viajero filipino con acento ruso y excelente orador de romances con intenciones ejemplarizantes.
La acción transcurre en un espacio sencillo y diáfano. Un par de sillas marcan el ámbito doméstico. Una celosía delimita el corre ve y dile del vecindario y el camino de marcharse y regresar. Una puerta ocupa el espacio central. La frontera entre dos mundos inseparables permanentemente unidos por el trasiego de los arquetipos que representan a los mortales, y las idas y venidas de la zapatera. Una línea invisible entre lo privado y las coplas que se dicen por ahí.
David González aromatiza con eficacia la vida que rodea al matrimonio de zapateros. Por su gesto y su voz circulan la inocencia de un niño, el amor tontorrón de un jóvencito vestido de bandolero y con acento de Vallecas, la mirada verde y alma negra de los poderosos y una vecina chafardera.
Cristina Lorenzo es el centro y la brújula de la representación, compone con brillantez una zapatera garbosa, simpática en los mohines, salerosa en mimos y enfados, arrebatadora por andares, ademanes y la estela luminosa que deja sus palabras.
Federico García Lorca expresó con su zapatera “la lucha de la realidad con todo lo que es irrealizable” Eligió los límites de la farsa para que la caricatura de los personajes nos aleje del drama y deje paso al aprendizaje sustentado en la sonrisa y la comedia.
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HORARIO:
MIÉRCOLES 24: 11.00 h. (Campaña para jóvenes)
JUEVES 25: 11.00 h. (Campaña para jóvenes)
VIERNES 26: 21.00 h.
SÁBADO 27: 21.00 h.
DOMINGO 28: 20.00 h.

Reservas:
C/ Teniente Coronel Pueyo, 8-1050.004 - Zaragoza


Tlfno: 976 46 94 94

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