La Cautiva, una narración de Rabanaque + Al Fandun + Zombra
El poeta Daniel Rabanaque subió el pasado jueves al estrado de la Sala Morrisey de Zaragoza en compañía del dúo de percusionistas Al Fandun, una enigmática bailarina oriental con los cabellos rubios, la guitarra y la voz de Gustavo (Don Nadie) y los aliños visuales de Fernando y Carlos de Zombra, una mezcla ideada para narrar la historia de “La Cautiva” según una creación literaria de Gustavo Martín Garzo.
El evento comenzó con el vaivén de una danza entre telas de seda y piedras preciosas ensartadas en el ombligo. El baile sirvió de puente, de oxigeno, el sinuoso paréntesis para reposar todas y cada una de las historias que a la postre fueron una.
Rabanaque con el pelo rapado por el calor, camiseta azul y pantalones tan negros y amplios que le conferían una silueta oriental, la respetable estampa de quien te va a contar un cuento y, tal vez por eso, su voz de cuando es poeta que recita al amor, exalta la vida y exige los cambios sociales que nunca veremos, se vistió de narradora para, descalzo sobre el estrado, invitarnos a un viaje hasta el reino de los sueños, atrapar nuestros deseos y traerlos de este lado. Un baño que empezó en la planta de los pies y terminó cuando el agua llegó a los hombros y una energía que vaya usted a saber nos hundió entre la olas hasta llegar al otro lado del hilo de seda donde alguien colgó nuestras fantasías.
Rabanaque avanzó por la historia con chispas en sus ojos que nunca me miraron, cadencia en las sílabas, su imponente presencia tan austera en lo formal como potente en el mensaje, los brazos que se alargaban, se encogían y hasta dibujaron alguna pirueta, los requiebros en mitad de la frase que remontaban el tono y daban aire a la historia de “La Cautiva” Un juego de intenciones que me ayudó a recuperar la infancia con noches de verano al cobijo de los plataneros, cuando el verbo de los rudos hombres de las minas se suavizaba al fresco de la luna para contar andanzas que comenzaban reales, crecían inventadas y terminaban en muestrario de sueños, deseos y ambiciones.
El evento comenzó con el vaivén de una danza entre telas de seda y piedras preciosas ensartadas en el ombligo. El baile sirvió de puente, de oxigeno, el sinuoso paréntesis para reposar todas y cada una de las historias que a la postre fueron una.
Rabanaque con el pelo rapado por el calor, camiseta azul y pantalones tan negros y amplios que le conferían una silueta oriental, la respetable estampa de quien te va a contar un cuento y, tal vez por eso, su voz de cuando es poeta que recita al amor, exalta la vida y exige los cambios sociales que nunca veremos, se vistió de narradora para, descalzo sobre el estrado, invitarnos a un viaje hasta el reino de los sueños, atrapar nuestros deseos y traerlos de este lado. Un baño que empezó en la planta de los pies y terminó cuando el agua llegó a los hombros y una energía que vaya usted a saber nos hundió entre la olas hasta llegar al otro lado del hilo de seda donde alguien colgó nuestras fantasías.
Rabanaque avanzó por la historia con chispas en sus ojos que nunca me miraron, cadencia en las sílabas, su imponente presencia tan austera en lo formal como potente en el mensaje, los brazos que se alargaban, se encogían y hasta dibujaron alguna pirueta, los requiebros en mitad de la frase que remontaban el tono y daban aire a la historia de “La Cautiva” Un juego de intenciones que me ayudó a recuperar la infancia con noches de verano al cobijo de los plataneros, cuando el verbo de los rudos hombres de las minas se suavizaba al fresco de la luna para contar andanzas que comenzaban reales, crecían inventadas y terminaban en muestrario de sueños, deseos y ambiciones.
Etiquetas: al fadun, rabanaque, reseña evento
3 Comments:
Lo describes tan bonito que haces que me tire de los pelos por habermelo perdido!!
Y seguro que lo fue... :)
Otra vez será.
Besitos!
Hola Campanilla y bienvenida a esta bitácora.
Creo que Rabanaque y compañía seguiran narrando esta historia, así que... atenta y con los ojos abiertos.
Salu2 Córneos.
el combo se ha diluído un poco, pero rabanaque cuenta esta y otras historias si se le solicita a través de pecesfriosARROBAhotmail.com
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