Presentación de “Orbita” en la FNAC
Un trasbordo equivocado en el transporte público me hizo llegar un poco tarde a la presentación en la FNAC de “Orbita”, el último libro de Miguel Serrano Larraz (Zaragoza 1977). La sala estaba llena, uno de esos días en los que da gusto sentir como el calorcito humano se suma a los grados centígrados aportados por los focos que circunvalan el foro fnacquiano.
José Luis Calvo Carrilla hablaba desde la mesa de invitados y confieso que en esos primeros minutos estuve demasiado preocupado por desembarazarme del abrigo empapado, colocar el móvil en silencio y atisbar de pasadillo y con disimulo todo lo granado de la audiencia. Con tanto quehacer poco les puedo contar de lo dicho por el primer compareciente que terminó su intervención con una salva de aplausos. En la pausa descubrí entre el público al periodista Sergio del Molino. Me puse a cien. Sentí con claridad la excitación que anunciaba el gustito de un combate dialéctico de altos vuelos.
El pasado 13 de abril Sergio del Molino escribió una reseña sobre “Orbita” en “De reojo”, el nuevo blog literario alojado en las páginas digitales del Heraldo de Aragón. La brillante nota comenzaba por disentir, desde la amabilidad y el respeto, con las tesis propugnadas por el escritor Manuel Vilas en prólogo del libro a la hora de situar, definir y analizar la obra de Miguel Serrano.
La situación era interesantísima: Sergio del Molino de pie con camisa blanca y barba todavía rebelde. En frente, al otro lado, a la máxima distancia posible y a punto de tomar la palabra, Manuel Vilas con camiseta negra y puntiagudas botas de piel de serpiente. El duelo estaba servido.
Manuel Vilas asignó a la obra de Miguel Serrano la condición local de esa corriente de la nueva literatura que se ha dado en llamar “afterpop” y que busca narrar el presente histórico de una sociedad en constante cambio, determinado en muchas ocasiones por los avances tecnológicos. Una postura que defendió bajo premisas temporales. El tiempo, como en otras épocas, determina la forma de narrar, del mismo modo que la novela del siglo XX rompió con la formalidad de la novela del siglo XIX, no cabe otra posibilidad: La novela del siglo XXI romperá con las formas del siglo precedente. En ese terreno recordó la “obcecación” de algunos por empeñarse en no ver esos cambios, y asignar a las historias contadas en la actualidad y sobre la actualidad, referentes del pasado.
A esas alturas de la intervención yo estaba a cien: Atendía a las palabras del Manuel Vilas, miraba con el rabillo del ojo las reacciones de Sergio del Molino y recordaba sus opiniones sobre la novela.
Sergio del Molino define “Orbita” como un libro iniciático, el clásico viaje hacia el descubrimiento del mundo, de la vida y, por lo tanto, un trayecto que nos habla de la nostalgia del pasado, aunque sea tan cercano, antes que mostrarnos el rabioso presente. El periodista califica los textos de este libro como vanguardistas, entre otros motivos, por la maestría que ha utilizado Miguel Serrano para construir con la precisión del relojero unos relatos con excelente sabor literario, “una delicada y elegante narración”.
Sufrí/disfruté la máxima tensión cuando Manuel Vilas terminó su intervención, atronaron los aplausos y se abrió el turno de preguntas. Fijé la mirada en Sergio del Molino. Estaba inmutable, como esos jugadores de póker que ahora se pueden ver en las noches catódicas de la TDT. Los segundos pasaban. En su rostro quise ver al forajido que elige el armamento adecuado para comenzar el duelo. Ahí lo deje. Volví a Vilas enfundado en negro, impasible, esperando en el tercio como los buenos maestros: Dispuesto a salir al centro del la polémica con la tranquilidad de la experiencia y el dominio de la materia. Deseché el símil taurino y regresé al Far West. Sergio no movía ni un músculo, hasta que de improviso su mano derecha se introdujo en el bolsillo del pantalón para empuñar un inofensivo teléfono móvil. Regresé a Vilas, en la recámara aún quedaba la reacción del poeta que, en lugar de saltar por encima de la mesa y buscar la boca de su rival intelectual, se difuminó entre los presentes. El silencio diluyó los aplausos. El duelo dialéctico con el que había soñado se esfumó antes mis narices mientras la presión sanguínea aligeró de tensión mis partes más lúbricas. Fue entonces cuando Miguel Serrano desenfundó del bolsillo interior de la chaqueta una pluma sin estrenar y, en un alarde de simpatía, retó a los presentes: Estoy dispuesto a firmar ejemplares hasta terminar con la tinta.
Mis ánimos estaban tan desairados que renuncié a la poblada fila de futuros lectores con el propósito de adquirir “Orbita” el próximo 23 de abril durante la celebración del Día del Libro. Espero encontrar a Miguel Serrano en alguno de los tenderetes que libreros y editores van a montar en el Paseo Independencia, me gustaría preguntarle como va el nivel del cartucho de tinta de su pluma.
José Luis Calvo Carrilla hablaba desde la mesa de invitados y confieso que en esos primeros minutos estuve demasiado preocupado por desembarazarme del abrigo empapado, colocar el móvil en silencio y atisbar de pasadillo y con disimulo todo lo granado de la audiencia. Con tanto quehacer poco les puedo contar de lo dicho por el primer compareciente que terminó su intervención con una salva de aplausos. En la pausa descubrí entre el público al periodista Sergio del Molino. Me puse a cien. Sentí con claridad la excitación que anunciaba el gustito de un combate dialéctico de altos vuelos.
El pasado 13 de abril Sergio del Molino escribió una reseña sobre “Orbita” en “De reojo”, el nuevo blog literario alojado en las páginas digitales del Heraldo de Aragón. La brillante nota comenzaba por disentir, desde la amabilidad y el respeto, con las tesis propugnadas por el escritor Manuel Vilas en prólogo del libro a la hora de situar, definir y analizar la obra de Miguel Serrano.
La situación era interesantísima: Sergio del Molino de pie con camisa blanca y barba todavía rebelde. En frente, al otro lado, a la máxima distancia posible y a punto de tomar la palabra, Manuel Vilas con camiseta negra y puntiagudas botas de piel de serpiente. El duelo estaba servido.
Manuel Vilas asignó a la obra de Miguel Serrano la condición local de esa corriente de la nueva literatura que se ha dado en llamar “afterpop” y que busca narrar el presente histórico de una sociedad en constante cambio, determinado en muchas ocasiones por los avances tecnológicos. Una postura que defendió bajo premisas temporales. El tiempo, como en otras épocas, determina la forma de narrar, del mismo modo que la novela del siglo XX rompió con la formalidad de la novela del siglo XIX, no cabe otra posibilidad: La novela del siglo XXI romperá con las formas del siglo precedente. En ese terreno recordó la “obcecación” de algunos por empeñarse en no ver esos cambios, y asignar a las historias contadas en la actualidad y sobre la actualidad, referentes del pasado.
A esas alturas de la intervención yo estaba a cien: Atendía a las palabras del Manuel Vilas, miraba con el rabillo del ojo las reacciones de Sergio del Molino y recordaba sus opiniones sobre la novela.
Sergio del Molino define “Orbita” como un libro iniciático, el clásico viaje hacia el descubrimiento del mundo, de la vida y, por lo tanto, un trayecto que nos habla de la nostalgia del pasado, aunque sea tan cercano, antes que mostrarnos el rabioso presente. El periodista califica los textos de este libro como vanguardistas, entre otros motivos, por la maestría que ha utilizado Miguel Serrano para construir con la precisión del relojero unos relatos con excelente sabor literario, “una delicada y elegante narración”.
Sufrí/disfruté la máxima tensión cuando Manuel Vilas terminó su intervención, atronaron los aplausos y se abrió el turno de preguntas. Fijé la mirada en Sergio del Molino. Estaba inmutable, como esos jugadores de póker que ahora se pueden ver en las noches catódicas de la TDT. Los segundos pasaban. En su rostro quise ver al forajido que elige el armamento adecuado para comenzar el duelo. Ahí lo deje. Volví a Vilas enfundado en negro, impasible, esperando en el tercio como los buenos maestros: Dispuesto a salir al centro del la polémica con la tranquilidad de la experiencia y el dominio de la materia. Deseché el símil taurino y regresé al Far West. Sergio no movía ni un músculo, hasta que de improviso su mano derecha se introdujo en el bolsillo del pantalón para empuñar un inofensivo teléfono móvil. Regresé a Vilas, en la recámara aún quedaba la reacción del poeta que, en lugar de saltar por encima de la mesa y buscar la boca de su rival intelectual, se difuminó entre los presentes. El silencio diluyó los aplausos. El duelo dialéctico con el que había soñado se esfumó antes mis narices mientras la presión sanguínea aligeró de tensión mis partes más lúbricas. Fue entonces cuando Miguel Serrano desenfundó del bolsillo interior de la chaqueta una pluma sin estrenar y, en un alarde de simpatía, retó a los presentes: Estoy dispuesto a firmar ejemplares hasta terminar con la tinta.
Mis ánimos estaban tan desairados que renuncié a la poblada fila de futuros lectores con el propósito de adquirir “Orbita” el próximo 23 de abril durante la celebración del Día del Libro. Espero encontrar a Miguel Serrano en alguno de los tenderetes que libreros y editores van a montar en el Paseo Independencia, me gustaría preguntarle como va el nivel del cartucho de tinta de su pluma.
Etiquetas: presentaciones, Relato
10 Comments:
Por dios, Javier, que soy un tipo pacífico. Eso sí, puedo decir que Manolo Vilas amenazó ante testigos con darme dos hostias (de coña, no vayamos a liarla, que ahora la fiscalía actúa de oficio a la mínima). Miguel Serrano dice que le avisemos cuando vayamos a pegarnos.
Necesito un GPS para orientarme por la ciudad literaria en la que vivo.
Hoy tengo dos actos a los que me apetece acudir, el próximo martes tres y los tres son de amigos.
Necesito la teletransportación de Stark Trek o literalmente pasar de todo. Empezando por pasar de mí misma.
Igual que hay un defensor del pueblo, un Justicia de Aragón y demás cosas, deberíamos pensar en alguien que elabore un calendario de actos en el que no coincida demasiada gente en el mismo día.
Javier, perdona el rollo que te he soltado. Tú haz como que no he dicho nada.
kisses,
Marta
Que emoción y que intriga en la presentación de un buen libro, según tengo oído. No hay nada como ver desde dentro, la presentación de un libro, a través de los ojos de un autentico observador de masas.
Gracias por esta cronica. Y ya nos cometarás como esta el libro, que e 23 de abríl esta a la vuelta de la esquina.
Jajajaja, a este paso nos montas un "aquí hay tomate" literario-mañonés..
Ayer al otro lado del cristal tampoco hubo jaleo, solo vinico, tortilla de patata y tal.
Marta tiene razón: lo de la actividad de la Zity empieza a ser estresante...pero tu, trasbordos mediante, siempre llegas a todo ¿eh?
Besicos
He leído la reseña de Sergio del Molino y es excelente. Analiza muy bien el libro. Puede que tengamos alguna visión crítica distinta, pero eso es precisamente lo mejor de la literatura y de la vida en general. Yo creo que en lo nuclear Sergio y yo estamos de acuerdo: Miguel Serrano ha escrito un libro estupendo. Muchos abrazos para Sergio especialmente. Y viva la literatura!!! MANUEL VILAS.
Hola Sergio y bienvenido a esta bitácora.
Pocas coas son más pacíficas que un buen duelo al sol del Far West
;-)
Por esa pelea, de palabras, yo estoy dispuesto a pagar entrada, como en los festival literario de Guadalajara, la que no es castellanoleonesa
Salu2 Córneos
Hola Marta.
Es una buena noticia la proliferación de actos literarios, algo se mueve en la ciudad y eso esta bien. Elegir, al final, si la frecuencia de eventos sigue así, nos acostumbraremos a elegir.
Y no, nada de pasar, o vamos: Pasar por esos eventos ejejeej
Lo de poner en comùn un calendario de actos suena bien, arduo trabajo, pero sería un paso adelante.
Usted, señora mía, puede venir a esta casa y soltar lo que le apetezca, incluído un rollo aunque no sea el caso.
Y además kisses, ¿qué más puedo pedir?
Salu2 Córneos.
Hola George.
Leeré el libro, esto esta claro, otra cosa es si seré capaz de escribir una crónica después de los dicho por Sergio del Molino y Manuel Vilas.
Salu2 Córneos.
Hola LaMima
jajajajaa No es mala idea esa del tomate... sólo necesito una pareja catódica, hmmm, ¿te atreverías?
jajajajaj
Tras el espejo yo te vi muy contentica con tus libro entre las manos y haciendo fila con cara de fan jajajajaj
Ay, y no, como a Marta me pasa que no llego a todo.
Salu2 Córneos y un beso.
Hola Manuel
Eso es lo grande de vuetras posiciones que, defendiendo posturas diferentes, la conclusión del lector es la misma: Tengo que leer ese libro.
Así que me sumo al grito de viva la literatura, los críticos y los poetas que escriben prólogos.
Salu2 córneos.
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