No me falte el aire
Tránsitos de pasado y futuro
El programa de mano de 'No me falte el aire' anuncia una
historia sobre tránsitos que van de la juventud a la madurez, y otros
geográficos entre el campo y la ciudad. Movimientos sentimentales y económicos
que sitúan sus inicios hace cincuenta años, cuando una marea de migración dejó
medio abandonados a los pueblos para convertir el extrarradio de las ciudades
en una avalancha de ilusiones y algunas decepciones.
La mirada literaria y etérea de Sergio de Molino a esa nueva
geografía sentimental terminó por acuñar el término 'España vacía' como título
de un libro que explora los lazos que unen a los españoles con la memoria
campesina y la mitología de los éxodos rurales. Un tratado sobre ese cruce de
mitos y leyendas arrastrados por las familias entre la ciudad de llegada y el
pueblo que se quedaba en el pasado. Unas conexiones sentimentales que tienen la
memoria como único soporte, y por lo tanto corren el peligro potencial de
perderse con el paso del tiempo y la llegada de nuevas generaciones.
El texto de Alba Saura-Clares se adentra en esos
laberintos con la intención de salvaguardar algunas de las historias que
protagonizaron ese tránsito para conectarlas con un presente en el que empieza
vislumbrarse una nueva posibilidad de tránsito: Revertir el viaje original.
La dirección escénica de Antonio Saura sitúa la acción antes
del comienzo de la función. La vida ya transcurre sobre el escenario cuando el
aviso por megafonía para que el público desconecte su teléfono móvil. Es una
vida con cierto ajetreo pero se aprecia cierta calma hasta que empieza la
Peripecia dramática y la escena se transforma de manera radical. El ritmo se
acelera. La música marca el paso de los actores que recorren todo el escenario
o se detienen en una coreografía. Está va a ser la dinámica del relato. Todo
parece apresurado y sin embargo la precisión es absoluta. Las historias saltan
en el tiempo. Los espacios están ocupados por tiempos diferentes. La
Yuxtaposición de planos desconcierta hasta que los trocitos dramáticos se van
decantando.. Los lugares se solapan. Las acciones se suceden. El tiempo y el
espacio dentro de una coctelera. Las fechas sobreimpresionadas marca los saltos
de la cronología, un asidero para situar el contexto histórico que va desde los
años setenta del siglo pasado hasta ahorita mismo.
Todo ese dinamismo formal genera una energía que me atrapa,
pero de vez en cuando se detiene en el remanso de un diálogo, y es ahí cuando desconecto.
Cuando la danza hipnótica del elenco se detiene alrededor de una mesa, sentados
en un sofá o de pie en medio del escenario. Da igual. Cuando todo se para y
empieza la fase donde la palabra reposada es la ley. Entonces desconectó. No, yo
Creo a los personajes ni sus diálogos. Es como si toda la energía cinética que
arrastran los actores se desacoplara de las palabras, y allí donde otros
espectadores confesaron en el coloquio posterior y redes sociales que se habían
emocionado hasta llorar, yo me encontraba fuera de juego.
La historia se decanta con un final que presenta dos salidas
posibles para la juventud encajonada entre las historias heroicas del pasado
que tantas veces han escuchado en un relato perfecto, y este presente líquido
donde los problemas económicos de salarios precarios, especulación en la
vivienda y el ansiado desarrollo vital en forma de independencia está en
peligro.
Enfrentada a esa encrucijada la función apuesta por una
inmersión en la nostalgia de volver a las raíces, a ese lugar mítico donde una
Canción comunitaria calmará todas las injusticias sociales. Sin embargo también
hay un ligero apunte hacía una solución de lucha contemporánea que reclama
derechos, grita que la historia del estado del bienestar se está diluyendo en
un timo, y pega una patada en la espinilla de la sociedad para que conste: Mientras
los muchos cada vez tienen menos, los pocos cada vez tiene más.
De esta manera 'No me falte el aire' además contarnos
los tránsitos que unen el pasado con el presente, apunta a que el camino sigue
y quizás nuestro futuro dependa de que elijamos bien los siguientes pasos
'No me falta el aire'
Producción: Alquibla Teatro. Autora: Alba Saura-Clares.
Música original:: Álvaro Imperial. Dirección escénica: Antonio Saura.
Interpretación: Cristina ̈Aniorte, Esperanza Clares, Nadia Clavel, Julio
Navarro, José Ortuño y Pedro Santonera.
Noviembre de 2024. Teatro de las Esquinas.
Etiquetas: Alba Saura-Clares, Alquibla Teatro, Antonio Saura, Cristina Aniorte, critica teatro, Esperanza Clares, José Ortuño, Julio Navarro, Nadia Clavel, Pedro Santonera, Teatro de las esquinas
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