Cid
Teatro de altura para una leyenda
El historiador Álvarez Junco recuerda al filósofo estadounidense
Richard Rorty: La lucha por el relato del pasado es la lucha del liderazgo político.
Para la construcción de ese pasado se recurre a la narración legendaria en la
que los hechos no están avalados por la evidencia, es el terreno mitológico de
hazañas y penalidades protagonizadas por héroes y mártires para encarnar los
valores que deben regir la comunidad. La Historia sin embargo es un género
totalmente diferente que, pese a confeccionarse con muchas de las herramientas
del artificio literario (Hayden White), se basa en pruebas documentales.
La figura de Rodrigo Díaz de Vivar el Cid Campeador
(1048-1099) cuenta con abundante
material histórico, y sin embargo ha sido frecuentemente utilizada desde el punto
de vista legendario para transitar por novelas, pero también ha sido manoseada
y manipulada por la retórica patriotera que, en palabras de Pérez Reverte, “pretendía
convertirlo en adalid de una España vanguardia de la civilización cristiana y
precursor de la victoriosa cruzada de liberación nacional.”
Antonio Campos en funciones de dramaturgo se ha dado un
buen garbeo por todo tipo de documentación acerca de la figura de Díaz de Vivar
para añadirle su propia dosis de ficción y escribir un magnífico texto que
cobra vida sobre el escenario.
La esencia de la función se puede resumir con lo que sucede
en los primeros minutos. La fascinante música de La Musgaña y la tenue
iluminacióndotan a la escena de una majestuosidad épica que el protagonista
confirma con su imponente presencia, hasta que la palabra rompe el hechizo para
que lo jocoso irrumpa como la conexión contemporánea con el espectador. A
partir de ahí, la función incorpora todos los medios escénicos para dotarlos de
una pátina narrativo: El valor incidental de la banda sonora, una iluminación
siempre en tonos claros, la transformación escenográfica del atrezo, y el
vestuario con especial énfasis en el uso de la capa. Todos al servicio de una peripecia
que los pone en relación modificando su porcentaje de participación según las
necesidades dramáticas impuestas por la dramaturgia. Estamos ante el diseño de
un trama de mutación paulatina que llega a un punto de no retorno donde el
humor desaparece definitivamente y deja todo el espacio a la épica.
Es una delicia comprobar como esa transformación ha pasado
desapercibida hasta que lo delata el cambio radical que se ha producido en el ambiente
que se advierte en el patio de butacas. Ya
no se escuchan risas. Todo lo ocupa uno de esos silencios de cuando el nudo de
la garganta casi no te deja respirar, y los latidos del corazón cabalgan junto
al destino trágico del héroe
La función alcanza este magnífico y muy bien medido
desarrollo gracias al espectacular trabajo actoral de Antonio Campos y una
capacidad de transformación que, con sabor artesano y precisión tecnológica, activa
las dinámicas de su cuerpo y la ductilidad de su voz para construir todos y cada
uno de los personajes con un sobresaliente trazo general, al que añade una infinidad de detalles de orfebrería capaces de
dibujar con precisión la gran variedad de personajes que se perciben absolutamente
creíble.
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‘Cid’
Producción: Albacity Corporation y Pata Negra. Interpretación
Y Dramaturgia: Antonio Campos. Dirección: Lluís Elías. Música Original: La Musgaña. Iluminación:
Chiqui Ruiz. Fotografía: David Ruano. Vestuario: Tatiana De Sarabia. Productor
Ejecutivo: Carlos G. Navarro. Distribución: Cristina Gandarias.
30 de Junio de 2023. Teatro de las Esquinas.
Etiquetas: Albacity Corporation, Antonio Campos, critica teatro, La Musgaña, Lluís Elías, Pata Negra, Teatro de las esquinas
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