La curvatura de la córnea

04 junio 2023

Calor


 

Intercambio de energías

La revolución neolítica fue un cambio crucial para la humanidad porque la vida nómada pasó a ser sedentaria y los recolectores se transformaron en productores. Esta transformación económica implicó un nuevo orden en la gestión de recursos, la aparición de las primeras desigualdades y tensiones internas entre las diferentes capas sociales. La nueva situación derivó en una percepción más territorial de las áreas de trabajo que, dibujadas como fronteras para defender las cosechas de los saqueos, terminó por generar las primeras guerras y así, por el arte de la simplificación que tanto se lleva en estos tiempos, ya tenemos una coartada histórica para salvaguardar nuestra moral frente al migrante y el refugiado, nómadas que se desplazan para mejorar sus condiciones de vida, o huyen para salvarla.

'Calor' es un espectáculo que posa su mirada en esas personas forzadas a dejar su hogar, y su empeño por construir uno nuevo allá donde la marea de la injustica los arrastre. No son estereotipos de la Prehistoria neolítica, son trabajadores que han sucumbido por las crisis financieras, jóvenes en busca de la prosperidad que les negamos en sus tierras o víctimas de las guerras geoestratégicas de toda la vida. Uno de estos viajeros involuntarios llegó el 2 de junio a los Viernes de Jardín.

También era mi primera vez en El Jardín de las Artes, un lugar que juega con las formas para modificar la relación entre la mirada del público y el escenario. Ya no se trata de escapar de la calle y refugiarse en la magia de un edificio. Allí el ritual se desarrolla fuera de la ciudad, a la sombra de los árboles cuando brilla el sol, y solo hay que esperar a que la Luna ponga foco para convertirse en un rincón encantado. Teatro al aire libre para recuperar la antigua noción de que todo el mundo vivo está conectado, y convertir un jardín en el espacio escénico donde sembrar todas las ramas de la cultura.

El payaso Kikolas dibuja un nómada con el que al menos tiene dos cosas en común: Revientan sus vidas de manera autodidacta y, aunque Kikolas sigue la máxima del clown de nariz roja que fija todas sus energía en el presente, su esencia es la de un payaso con zapatones que afronta con valentía todo lo que le acontece, pero siempre lo hace mirando hacia el pasado y su baño de melancolía. 'Calor' se aferra a esa herramienta narrativa y construye un espacio nuevo lo más parecido al tiempo que se ha quedado atrás. Nuestro payaso se aferra al ayer con la esperanza de transformar su soledad. Todas sus acciones buscan definir el nuevo espacio que lo acoge con la alegría y la compañía propias de eso que llamamos hogar.

El espectáculo necesita que el público se sumerja de inmediato en el universo propuesto, y a eso dedican los primeros minutos, a conectar a los espectadores con el espacio escénico mediante un lenguaje que se sustenta en un gesto tan minúsculo como amable, pero con capacidad para generar una corriente de la que es imposible escapar. El actor atrapa al púbico con el enlace magnético del silencio y en esa dinámica, la proximidad física ya no es una cuestión de centímetros, ahora todo se centra en la mirada del nómada, al tembleque de sus pasos, al equilibrio del resbalón, y esa deliciosa manera de subir las cejas en señal de un poderío que empieza en sonrisa y vaya usted a saber dónde puede terminar. Todo este despliegue es para afrontar el reto arquitectónico de construir un hogar a partir de una permanente relación con los objetos que le acompañan y, como algunas veces ocurre en las relaciones humanas, el primer contacto puede ser un arrebato de trompicones y resoplidos hasta que de a pocos el roce hace el cariño, y el guirigay de trastos termina en esperanza de lumbre, sopa y amor.

Nadie sabe si el payaso nómada de los zapatones conseguirá su objetivo, si el hogar con humo de estufa, cuchara de palo y recuerdos para no olvidar la identidad es una quimera o realidad. Ese esfuerzo no depende solo de él, también está en las manos de un público hipnotizado que respondió a las peripecias del payaso con una atronadora salva de aplausos que saltó por encima de la representación, y llegó al corazoncito del actor. Entonces descubrimos que debajo del payaso sin palabras hay un hombre cuyo nombre es Quique Mendez y que más que hablar, solo balbuceó unas palabras de agradecimiento que desvelaron su emoción. En este intercambio de energías quedó patente la grandeza del payaso que nos entregó el aliento de su esfuerzo, el universo de su creatividad y la poesía de un lenguaje propio para que 'Calor', como anuncia el programa de mano, sea un universo onírico para saltar de la risa al juego, del sentimiento a la reflexión.

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'Calor'

Idea, creación e interpretación: Qique Mendez.

Mirada externa : Leandre Ribera

Acompañamiento : Ruben Rio, Alex Britos

Coreografía :. Javier García » Mimo»

Escenografía : Jairo Fuente y Violeta Ollauri

Vestuario : Piti Demore

Atrezzo : Taller Guirigay

Iluminación : Sergio Izquierdo

Técnico en gira : Jairo Fure

Fotografía : David Palacin, Gabymerz Photo

Video : David Castro Gonzalez

Espacios de creación: La Parrala, La Central del Circ, BoliviaNOW, ARTmosfera

Cooproducido por el Festival de Artistas Callejeros ARCA, Aguilar de Campoo (Palencia)

 


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