La curvatura de la córnea

09 marzo 2021

Moverse para llegar

 


¿Cuándo llegará el momento en el que piense que todo razonable ya es permanente? Qué lo que es, siempre fue y siempre será. Romper la lógica del tiempo que solo vive para ser la medida del cambio, el movimiento que implica dejar de ser para llegar a vaya usted a saber qué lugar. ¿Qué seré? Esa es una pregunta jodida. Sin embargo, olvidamos que para llegar a ser, antes tienes que ser otra cosa, o la misma. ¿Quién sabe? Tal vez debería preocuparme más por quien soy antes que fantasear sobre lo que voy a ser, esa ilusión por el cambio y el movimiento. Nada es permanente, ni el agua del rio ni el cuerpo que se baña pero yo no estoy seguro de si todos los cambios tan solo son la nueva copia de lo antiguo o una nueva versión digitalizada. No es fácil saberlo. Tal vez cada momento sea el revoltijo de todo el pasado, la brevedad del presente y los sueños de futuro. Un momento como una viñeta que hay que coser a otras viñetas hasta esa buena mañana que coges unas tijeras y cortas por lo sano para salvar el futuro, el tiempo que resta y el movimiento por venir. Quizás esa sea la mayor dificultad y el esfuerzo necesario para llegar a la felicidad.

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