Despertar
De mañana en mañana
(Claudio Rodríguez)
(Claudio Rodríguez)
Las rendijas de la persiana tamizan la primera luz que traspasa el cristal y se posa en mi piel como surco que amanece. La mañana comienza sólo para mí, ni para el paisaje ni para nadie.
Giro perezoso y encuentro el hueco, todavía caliente, donde habita su aroma, fragancia del paréntesis que separa el sueño de la desolación. Siento el castigo de su ausencia y llamo al nuevo día.
Levanto la persiana. Huelo a pan y al trajín de viejas que desayunan churros, café con leche y cháchara de televisión. El cotilleo deshace el recuerdo de una noche de deseos asilvestrados.
Las imágenes se diluyen y se ocultan. Sólo entonces, cuando la luz es de todos, comienza la vida.
Etiquetas: Relato
2 Comments:
Despertar y encontranse solo en la mañana también ayuda por desgracia a encontrar nuestra voz como individuo... por desgracia. Es un premio de consolación muy escaso.
un abrazo
No me acostumbro a encontrar la cama vacía cuando despierto. Siempre, antes de levantarme, agudizo el oído para determinar el grado de soledad. Sólo por eso me gustan los domingos, y ahora los lunes, porque no hay huecos entre las sábanas.
De la búsqueda de la voz..., esa que tanto se enconde, hablaremos en la próxima entrada, porque compadre, a veces sueño con un paraiso.
Salu2 Córneos.
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