Bajo consumo
Noto el aliento gélido de la Navidad en mi cogote ¿Escuchas el cierzo que todo se lleva? Azota la ventana y no me puedo asomar. Me gusta asomarme a la ventana y ver, al otro lado, como la nieve cubre una carretera por la que no pasa nadie. Esta ciudad, velada por el día, arrastra los recuerdos a las noches de cenar en la cocina, cobijo del frío que era solo el divertimento de tirarte unas bolas de nieve. Noches de una bolsa de agua caliente bajo las mantas y el chasquito del dial.
Ahora la noche es alumbrado público y un camión que recoge mis desechos, los que me atreveo a dejar en una bolsa azul, el resto yacen putrefactos aquí al lado, bajo una bombilla de bajo consumo.
Ahora la noche es alumbrado público y un camión que recoge mis desechos, los que me atreveo a dejar en una bolsa azul, el resto yacen putrefactos aquí al lado, bajo una bombilla de bajo consumo.
Etiquetas: Relato
3 Comments:
¡Que dulce es el abrigo de la inocencia!... no son las calles sino el tiempo el que nos ha tirado a esos contenedores o al haz de luz de esa bombilla.
Hola Inma
Tienes razón. Culpar a las calles o la noche es injusto. La verdadera razón de esa perdida de la inocencia esta en la mala utilización del tiempo, tanto tiempo desperdiciado en tantas cosas que nos hacen olvidar lo esencial. Pero ahora, ¿dónde se compra la valentía para coger la pala y desenterrar la esencia que nos ayude a pasar de año, sobrevolar las fiestas navideñas y gestionar mejor el tiempo?
Salu2
Buf....precisamente yo ando en esas cuitas estos días querido. Convenciéndome de que tengo la oportunidad de desenterrar esa esencia, de que es posible aún. De que no pasa nada.
Ahora solo tengo que poner manos a la obra y no perder mi tiempo solo en pensarlo.
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