Consejera literaria

Agustín se trasladó a Zaragoza y estuvo a punto de suprimir la suscripción. Hacía meses que no le gustaba la selección de la revista, las novedades no eran tales y tenía dificultad para elegir entre sus propuestas.
Mariví, su nueva agente de zona, lo convenció para que continuara. Lo hizo con desparpajo, un discurso sin los agobios del vendedor de descansillo y la promesa de que la revista y su oferta iban a cambiar para mejor. Mariví tenía razón, y Agustín se benefició del instinto literario de su agente que le recomendaba las novelas adecuadas para su estado de ánimo. La relación funcionaba perfectamente.
Esta mañana Agustín ha recogido del buzón el número de Navidad 2010. En la portada había ¡¡una nota manuscrita!! pegada con celo que le informaba de unas excelentes ofertas: Si compras tres artículos de la revista conseguiras el regalo de un libro valorado en más de treinta euros. Para este mes tenemos una gran novedad. Si adquieres las últimas novelas de Mendoza y de Vargas Llosa, además de la ortografía de la RAE, conseguirás sin sorteos ni zarandajas el amor, el cariño y la ternura de tu agente de zona. Un abrazo. Mariví
Agustín se ha pasado el día dudando. No esta seguro de si ganar una compañera conlleva perder a su consejera literaria.
Etiquetas: Relato
1 Comments:
Caramba, pues mi catálogo de Navidad 2010 descansaba ayer en el buzón con la única compañía del sobrecillo de pedido habitual, la hojica chiquitica (por duplicado) ofreciendo los libros de Mendoza y Vargas LLosa a un precio especial de socio y otra de no sé que pelis.
Pis pas.
Ni mi agente del círculo me considera interesante.
Snif.
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