La curvatura de la córnea

30 junio 2009

Carta abierta al Sr. López Clemente


Madrid, 30 de junio del 2009

Estimado Sr. López Clemente

El pasado fin de semana asistí a las tres funciones que el grupo número uno del Teatro de la Estación, al que usted pertenece, hicieron de “Un cadáver en el salón”, una aceptable adaptación de la obra de Jardiel Poncela titulada “El cadáver del señor García”
Mi nombre es Mirabeau, efectivamente Sr. López, soy el personaje que usted interpretó. Le escribo esta carta porque considero de suma importancia que usted conozca mi punto de vista sobre como me ha construido en el escenario.
Empezaré por la parte externa. Reconozco que su salida a focos me sorprendió, llevaba usted una barba como para llamar la atención pero que estabas más cerca de un enterrador de película del Oeste que de un ciudadano español del primer tercio del siglo pasado. El corte y el estilo de los pantalones dejaban ver las habilidosas manos de alguna modistilla, sin embargo, es impensable que yo acompañara a mi prometida a casa de sus vecinos ataviado con una pajarita tan poco vigorosa, tirantes pinza en lugar de abotonados y una camisa de manga corta, cuando lo correcto hubiese sido la utilización de de la manga larga, gemelos de oro en los puños y una chaqueta como mandan las más mínimas normas de urbanidad, por no hablar de esas ridículas gafas de seguridad que, si estoy en lo cierto, son de uso obligatorio en las actuales instalaciones industriales pero que nada tiene que ver con la época histórica de la obra.
Una correcta elección de vestuario es fundamental para perfilar el personaje, le recuerdo que la vestimenta es lo primero que llega a los ojos del espectador, que son esas sensaciones inmediatas las que configuran de manera intuitiva el personaje y usted, en ese terreno, se equivocó.
Sin embargo lo peor de las tres funciones fue su falta de definición en el terreno de la personalidad. Mirabeau se puede abordar desde diferentes lugares, es un personaje que se puede pintar como el pánfilo más pánfilo, el iluso que no se entera de lo que ocurre a su alrededor pero que termina por caernos bien de tan pánfilo que es. También se puede dibujar un Mirabeau endomingado, estiradote, tan seguro de sus conocimientos que no le importa gastar verborrea sin sentido, un tipo ajeno al rubor, incansable en la confección de párrafos que no dicen nada o, aún peor, que solo dicen lo obvio.
Pero usted no se decidió por ninguno de los perfiles posibles, por eso fue imposible que su personaje respirarse, esa evidente falta de personalidad le impidió construir un armazón sólido, reconocible y con la solvencia de la que hicieron gala la mayoría de sus compañeros que trazaron las líneas básicas de sus personajes, y con ese boceto trabajaron desde principio hasta el final con coherencia, consistencia y continuidad. Usted, sin embargo, se dedicó a ser pánfilo de solemnidad de salida, excesivamente temeroso en la parte intermedia de la obra y, para rematar el desaguisado, intentó convencernos de una solidez masculina apoyada en unos estrógenos que no venían a cuento.
Se dedicó, en resumen, a ejercer de veleta, a ir de aquí para allá sin definición, deslavazado y cometiendo el peor de los errores: Mirabeau es un orador, un rapsoda, para él escribió Jardiel algunos párrafos que así lo identifican y que usted olvidó en más de una ocasión para regalarnos algunas deplorables morcillas de su propia cosecha, esos cambios en el texto de la obra dejaron desnudo al personaje de la brillantez del autor y al amparo de su dudosa capacidad para la creación sobre las tablas.
Sr. López espero que mis apreciaciones no le hayan sumido en la tristeza, la depresión o el odio, al fin y al cabo, son críticas que le lanzo desde el cariño y el respeto debido a las personas que se lanzan a la difícil tarea de interpretar sin tener muy claro la responsabilidad que adquieren para con el público que paga, para con los personajes que sufrimos estos desaires y para con los actores de verdad que tanto esfuerzo les cuesta mantener a flote ese ancestral oficio de procurar el entretenimiento de los demás.
Me despido con la esperanza de que esta carta sea un acicate más que una losa. Continúe en este camino de la interpretación Siga esforzándose como me consta que lo hace en los ensayos, en el camino del trabajo tal vez pueda encontrar los brotes verdes de aquellos que carecen de talento.

Reciba un cordial saludo.

Mirabeau

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12 Comments:

At 30 junio, 2009 13:55, Blogger pepe montero said...

Ese Mirabeau que todos llevamos dentro, negativo, vengativo y culpabilizador, cómo se ensaña desde el subconsciente azufrino.
No le hagas mucho caso que es un ruinas.

 
At 30 junio, 2009 22:49, Blogger AGUSTIN MARTIN said...

a cuanto está la sesión de psicoanalista? merecerá la pena seguro...
en fin... yo a lo mio.

saludos javi.

agus.

derstais

 
At 01 julio, 2009 00:04, Blogger Drywater said...

Estimado Mirabeu:
Desde mi ignorancia de su existencia me permito reprobarle sus agudas palabras.
Tal vez su personaje fuera mucho más rico de la dicotomía que usted plantea.
Tal vez los matices que Javier le dibujó no eran desdibujados sino innovadores.
Tal vez el vestuario era fruto de la crisis económica, o tal vez la invitación a fijarse en el monje y no en el hábito, que ya sabe usted que no lo hace.
Tal vez podría yo haber juzgado en presencia, pero decidí ir al Teatro de la Estación el día 29 a ver "Dios".
Un saludo a su señoría y a su criticado actor.

 
At 01 julio, 2009 16:49, Blogger alejandro pastor said...

Pues a mi me gusto tu trabajo. Te observaba cuando no tenias texto y eras de los pocos que seguian actuando...Fuiste profesional en el escenario, y eso, amigo javier, ya es bastante...cuando no hay toro es dificil torear...

Tu indumentaria me recordó sospechosamente a Steve Urkel...

saludos

 
At 01 julio, 2009 23:53, Anonymous Ladire said...

Estimado señor Mirabeau:

Lamento profundamente no haber podido compartir butaca con usted en las funciones a las que asistió.
Como sabe, me encuentro en Sevilla por motivos laborales, pero placenteros, para qué se lo voy a negar.
Si puede y quiere, transmita a ese actor que tuvo la osadía de reinterpretarle, mis disculpas por no poder disfrutar de su arte.
Estoy segura de que, a pesar de sus críticas, la obra resultó ser todo un éxito.
Un afectuoso saludo.

Ladire

 
At 02 julio, 2009 00:23, Blogger George said...

Estimado Sr. Mirabeau:

Soy Casimiro, o como usted mas me conocerá, el Sr. Forense.
Varias cosas tengo que apuntarle. La primera, esta usted algo equivocado.
Segunda, la cosa no fue asi.
Tercera, desde mi punto de vista estuvo, muy bien, pero que muy bien.
Cuarta, eres de lo mejorcico, aunque la Sra. Ramona esta vez te hizo algo de sombra.
Quinta, pa mi es mucho mas que suficiente, usea de sel que muy muy bien.

Chao

 
At 02 julio, 2009 16:55, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Pepe.

Es bueno escuchar todas las miradas, las azufrinas entre ellas.
La ponderaci´´on de todo lo dicho ser´´a la clave para continuar en el camino.

Salu2 c´´orneos.

 
At 02 julio, 2009 16:56, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Agustin.

No se, me da que el Señor Mirabeau no es de mucho psicoanalista

;-)

Salu2 C´´orneos.

 
At 02 julio, 2009 17:02, Anonymous Mirabeau said...

Estimado señor Drywater.
Nunca se habla desde la ignorancia, siempre hablamos desde nosotros, desde nuestras cualidades y defectos, usted también.
Es curioso que usted me diga como soy yo, cuando no tenemos el gusto de conocernos pero, es cierto, siempre somos mías que una dicotomía. El problema de Sr. López no fueron los matices, fue la profusión de ellos, en lugar de centrarse en la personalidad, la que sea, del personaje. Eso tal vez le honre por la entrega pero no dibuja al personaje con claridad.
El vestuario ha sido elogiado en mi carta.
Y le felicito por su visita al Teatro de la Estación, asistir a las funciones de aficionados es una buena escuela para aprender a mirar el arte de la interpretación.

Reciba un cordial saludo.

Mirabeau

 
At 02 julio, 2009 17:05, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Alejandro.

Gracias por tus apreciaciones. Supongo que Mirabeau tiene una mirada demasiado personal, al fin y al cabo sobre las tablas estaba su persona.

jajajaa vale, es cierto Steve Urkel siempre estuvo preente en el proceso de creaci´´on del personaje.

Salu2 C´´orneos.

 
At 02 julio, 2009 17:13, Anonymous Mirabeau said...

Estimada Ladire

Siempre es agradable que una actriz de verdad tenga la amabilidad de hablar con un personaje, por otro lado yo también me alegro de que sus obligaciones laborales sean gratificantes y placenteras.

Con respecto al mandado que me hace, le pido disculpas pero con el Señor López Clemente no mantengo mas canal de comunicación que esta zona de comentarios, así que le supongo informado de sus disculpas, me parece que es un tipo afable y no se lo tendrá en cuenta.

Le recuerdo que mis críticas se han centrado en los aspecto que a mi, como personaje me afectan, en mi carta le recomiendo al Señor López Clemente que tome nota de algunos de sus compañeros que hicieron un papel muy aseado, incluso en algunos casos brillantes, usted comprenderá que no personalice esta apreciación, no vaya a ser a que al dueño de esta bitácora se le pongan los dientes largos. Y si, la obra fue un éxito por lo que pude pulsar entre el publico asistente, un éxito que en no esta reñido con mi riña al actor que me interpretó.

Reciba un afectuoso saludo, ha sido un placer departir con usted.

Mirabeau.

 
At 02 julio, 2009 17:21, Anonymous Mirabeau said...

Estimado George.

Así que usted fue el Sr. Forense. Pues reciba mis felicitaciones, y le pondré un ejemplo: Cuando el Sr. López Clemente confundió “compromiso” con “sacrificio” en uno de sus párrafos, usted desplegó la muleta y continuó por la senda equivocada que le habían dejado, de esa manera salvó la cara de su compañero. Eso es saber estar en un escenario.

Cita usted a otro de los personajes y estoy de acuerdo en su apreciaron con respecto a Ramona, es en esos espejos dónde el Sr. López debería fijarse para perfilar de una manera sólida los personajes que tiene que interpretar.

Reciba un cordial saludo

Mirabeau

 

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