La curvatura de la córnea

18 febrero 2009

Las tres cabras de Bartolomé Feria *

Dibujo de Isabel Fraile
Dibujo de Presentación Crespo


Érase una vez un joven pretendiente llamado Javier López Clemente que visitó la casa de Bartolomé Feria para pedirle la mano de Migue, la segunda de sus hijas. Era la primera vez que hablaban y Javier, preocupado por causar una buena impresión, se puso un traje de sport con el que trató de emular el estilo que Don Jonson imprimió en la serie de televisión Miami Vice. El intento fue en vano, la imagen del pretendiente estuvo mucho más cerca del segundo trompeta de una orquesta tropical, que del policía de la siempre veraniega Florida.
La conversación entre el padre de la novia y el yerno en hierbas fue la tradicional: Espero que vengas con intenciones serías. Por supuesto. ¿Cómo piensas ganarte la vida? Por el momento soy cabo tomatero en el Regimiento de Artillería 94 de Las Palmas de Gran Canaria pero en cuanto me licencie voy a buscar trabajo como oficial electricista en alguna factoría de Zaragoza.
Bartolomé Feria era un hombre de pocas palabras, sin embargo, aquella tarde de verano, habló de una infancia de pastoreo por fincas al cuidado de pavos, cabras y cerdos, de una juventud como jornalero en las mismas fincas hasta que decidió buscar mejores horizontes para él, su mujer y sus hijos. Un viaje migratorio que los dejó en el pueblo minero de Utrillas, allí trabajó como ayudante, picador y maquinista. Las jornadas en el pozo se prolongaban con el cultivo de un huerto con caballones de patatas, tomateras esculpidas sobre cañas y hortalizas de temporada, además de un corral dónde criaba conejos en escabeche, gallinas ponedoras de a docena por día y tres cabras para ordeñar leche y calostro. Las cabras de Bartolomé tiraban al monte un día si y otro también, tanto tiraban que, el minero de las mañanas, el hortelano de las tardes y el cabrero durante el resto del día, pasaba horas y horas buscando al trío de cabras que, empeñadas en ramonear brotes nuevos se alejaban del corral.
Una noticia se extendió de balido en balido que hablaba del excepcional sabor de unas hierbas que crecían a la vera de la Cueva la Hiedra, pero para disfrutar del rumoreado manjar era imprescindible cruzar el cauce del río Martín. El único punto para cambiar de ribera era el puente de Los Tres Arcos dónde vivía al que todos conocían como El Gigante Granemore, un tipo huraño y mal humorado que tenía la costumbre de comerse a todo el que osaba poner pie en su puente. Las tres cabras de Bartolomé Feria idearon un plan para engañar para engañar a tan funesto usufructuario.
Granemore detuvo a la primera y más pequeña de las cabras cuando iba a cruzar el puente y le dijo:



«Soy Granemore el más grande gigante,
dueño y hambriento vigía del puente.
La vida paso comiéndome a gente,
grandes o chicos, malos o decentes»



La cabritilla pequeña se arremolinó temerosa y susurró «Fíjate en mis flaquezas porque no te llegaran ni para una pincho. Si me dejas pasar y eres paciente, al poco llegará una cabra mediana mejor dotada de carnes»
Granemore accedió, dejó pasar a la cabra pequeña, al poco apareció la mediana dispuesta a cruzar el puente y le dijo:



«Soy Granemore el más grande gigante,
dueño y hambriento vigía del puente.
La vida paso comiéndome a gente,
grandes o chicos, malos o decentes»



La cabritilla mediana se arremolinó temerosa y dijo: «Fíjate en mis flaquezas porque no te llegarán ni para una tapa. Si me dejas pasar y eres paciente, al poco llegará una cabra mayor mejor dotada de carnes»
Granemore accedió, dejó pasar a la cabra mediana, al poco apareció la mayor dispuesta a cruzar el puente y le dijo:



«Soy Granemore el más grande gigante,
dueño y hambriento vigía del puente.
La vida paso comiéndome a gente,
grandes o chicos, malos o decentes»



La cabritilla grande se arremolinó temerosa y dijo: «Fíjate en mis flaquezas porque no te llegará ni para una ración. Si me dejas pasar y eres paciente, al poco llegará una cabra enorme mejor dotada de carnes»
Granemore accedió y dejó pasar a la cabra mayor. Pasaron varios días hasta que el gigante se cayó del guindo del engaño y bramó en colores verdes para jurar que ningún bicho viviente volvería a cruzar por su puente.
Las tres cabras disfrutaron breve tiempo de los manjares de una hierba que ni era tan fresca ni tan jugosa como se habían imaginado y pronto sintieron la punzada de la morriña. Llegaron los días de tristeza dónde el deseo de regresar al corral se unió con pena de Bartolomé Feria que, anclado en la soledad caprina, no encontraba consuelo ni en compañía del resto de los animales, ni con el cariño de su esposa e hijos.
Un ímpetu desconocido hasta entonces encabritó los ánimos de Javier López. El amargo desenlace del relato lo empujó en dirección al puente de Los Tres Arcos para enfrentarse al causante de los males melancólicos de su futuro suegro. El Gigante Granemore avistó las intenciones del joven pretendiente y bramó:



«Soy Granemore el más grande gigante…»



Javier templó la valentía de los enamorados, cortó el soniquete de su enemigo con un gesto autoritario y repitió el conjuro chikitistaní que escuchó en uno de sus viajes:



« Javier a la de “one” López a la de “two” Al Gigante Granemore le digo tururú»



La invocación tuvo un efecto fulminante. El señor del puente de Los Tres Arcos enfiló raudo el camino de la huida con intenciones de no volver, sus gritos se perdiendo cauce abajo y dicen las crónicas que llegó hasta el mar donde sirvió de manjar para rayas, tiburones y morenas. Las tres cabras de Bartolomé Feria regresaron tras la estela de felicidad que Javier López llevó hasta la casa de la que todos ya consideraban como su novia formal.
El recibimiento fue por todo lo alto. Bartolomé Feria presidía la comitiva junto a su esposa y sus seis hijos. Los vecinos de la calle se sumaron a la fiesta engalanando galerías, balcones y ventanas. Las mujeres y los hombres del pueblo cesaron sus actividades y formaron un pasillo de bienvenida con el alborozo de agitar borrajas, acelgas y cebollinos. Los jubilados dejaron de sestear al sol de los parques y levantaron crónica oral de los hechos. Los niños abandonaron las clases y vitorearon al héroe. El señor cura, con hisopo y bonete, recitó salmos, cánticos y epístolas. El teniente del puesto de la Guardia Civil desfiló al frente de los números de la Benemérita uniformados de gala. El señor Alcalde, a la cabeza de pleno consistorial, se presentó con un Decreto Municipal recién aprobado en el que se podía leer: Este Ayuntamiento tiene el honor de nombrar Hijo Predilecto de la Villa de Utrillas a Javier López Clemente, y lo hace en agradecimiento al valor con el que se enfrentó y venció al déspota que había usurpado al pueblo la posibilidad de transito por el puente de Los Tres Arcos.
Finalizados los actos oficiales, la fiesta continuó con la música de la Orquesta Sargantana: Javier López Clemente y Migue, su prometida, inauguraron el baile girando al ritmo de un vals vienés.
____
*Versión extendida y remezclada de un cuento popular noruego.

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11 Comments:

At 19 febrero, 2009 11:06, Anonymous Anónimo said...

Mierda, tendremos que aprendernos un vals vienés!! No haceis más que ponernos en compromisos!! Hasta en los cuentos!! Un enorme abrazo. Armando

 
At 19 febrero, 2009 19:14, Anonymous Anónimo said...

Bonito cuento pero tengo una duda que me ha dejado perpleja: "Conejos en escabeche????"
Espero que sea fruto de tu imaginación. Jajajajaja
Un Beso para Migue y para tí y una buena dosis de paciencia para el Sr. Feria (por tener que aguantar el yerno que le ha tocado)

 
At 20 febrero, 2009 01:55, Blogger Drywater said...

Desde luego que el conjuro de Chikitistán debe tener propiedades balsámicas. ¿Crees que valdrá para el gigante Cierzemore que sopla y brama en el puente de hierro de Zaragoza?
Mira que soy capaz de secuestrar a las cabritas...
Un saludo

 
At 20 febrero, 2009 08:49, Anonymous Anónimo said...

¡Anda que no se quedaría orgulloso ni nada el señor Feria con un yerno en ciernes tan valiente!...que suerte más grande.
Me encantan los dibujos, los dos.
Espera que los noruegos vean lo que has hecho con su cuento....
Besoooos.
PD Cuanto me gusta que nos cuentes historietas de estas..

 
At 21 febrero, 2009 10:43, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Armando.

Te diré una verdad de esas grandes: Una verbena necesita de un vals vienés, no queda otra jajajajajajaajajja
Y si, te tengo que llamar para pasarte esas fotos que te debo desde el verano .

Salu2 Córneos.

 
At 21 febrero, 2009 10:45, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Anónimo y bienvenido a esta bitácora por si acaso.

"Conejos en escabeche", en fin, es una manera de simplificar, porque el mejor destino de los conejos de corral, o uno de los mejores, es una cazuela de escabeche, hmmmm, y esa presa de conejo después de una noche de rumbitas.

El Sr. Feria anda sobrado de paciencia y de yernos jajajajajaa

Salu2 Córneos.

 
At 21 febrero, 2009 10:48, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Drywater.

¡Si señor, tú si que sabes!
El conjuro chiquitistaní lo puede usar todo el mundo y en cualquier circunstancia, te invito a probar, ya sabes: Dry a la de one, water a la de two al gigante Cierzemore le digo tururú.

Ya me drás, y a las cabras, en fin, déjalas que las del cuento ya son viejicas jajajaja

Salu2 Córneos.

 
At 21 febrero, 2009 10:50, Blogger Javier López Clemente said...

Hola LaMima

jejejej, ya sabes que los actos supuestamente heróicos tienen tienden exponencialmente a la exageración jajajajaj.

Los dibujos son de Isabel y Presen dos de las residentes en el Centro de Mayores de Alfambra (Teruel), creo que sus dibujos volverán a aparecer en esta página.
El embajador noruego esta muy contento con esta versión cañí de "Los tres cabritillos"

Salu2 Córneos y venga besos.

 
At 20 marzo, 2009 10:19, Blogger George said...

Ya sabia que merecia la pena dejarmelo en la bandeja de entrada para cuando tuviera un rato libre. Pero a ver si ese valiente Javier Lopez Clemente es el que vemos en breve. Ayer pirola ehhh, y la semana que viene de tardes. Preparate esta tarde cuando t ea por Arbole.

J

 
At 20 marzo, 2009 13:27, Blogger Javier López Clemente said...

Hola George.

A algunos el valor se les supone, otros como Javier, lo ponen en práctica jajajajaja

Y en fin, glups, me preparo ;-)

Salu2 Córneos.

 
At 25 enero, 2011 14:46, Anonymous viagra online said...

wow bueno en estos tiempos decir algo como eso a un suegro, te patea de una, ellos inconcientemente buscan un hombre inseguro, adinerado, agresor, psicopata, etc etc para sus hijas, en lugar de un hombre, bueno y humilde, es raro como funciona el mundo.
Gracias

 

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