Yo no sé
Durante una temporada me encontraba con el escritor Ángel Gracia en la planta sótano de un bar del que no recuerdo el nombre, aunque mantengo fresca la sonrisa de la camarera, quizás por esa empatía, aquel día ya llevaba tres tercios de cerveza cuando el poeta se pidió una de las decenas de infusiones que allí se exhibían.
La conversación nos llevó hasta Juan Ramón Jiménez, al que Ángel calificó como uno de los más grandes poetas. Y ahí aparecí yo, tan rumboso en las palmas como ignorante en los conocimientos, y ya saben ustedes lo peligroso que es un ignorante por peteneras. Me sonreí como quien esta en el Far West de una película de tres al cuarto y dije alguna estupidez —que ya he borrado de mi mente — con referencia al poeta de Moguer.
Ángel Gracia sacó los trastos del torero fino y me dedicó una faena breve pero intensa, me recibió en los medios con mi paupérrimo equipaje de lecturas poéticas, templó mis primitivas opiniones literarias, me llevó hasta el tercio y allí, ¡ay señores!, allí me perdonó la vida, al fin y al cabo seguía siendo su alumno.
El periódico El País ha editado una antología de Juan Ramón Jiménez con textos elegidos por José Manuel Caballero Bonald, que también ha escrito el prólogo dónde se puede leer: “Ningún otro poeta de nuestro siglo XX compite con él en la fijación de un paradigma que fue generando sus propios modelos estéticos hasta convertirse sucesivamente en una referencia ineludible/…/ Nadie pone hoy en duda que la obra de Juan Ramón Jiménez ha hecho justamente las veces de nudo entre todas las herencias posibles de nuestra historia poética y todas las presuntas avanzadas de la modernidad e incluso de lo que se entiende por postmodernidad”
En estos días en los que el invierno zaragozano ha despertado he empezado a leer la antología citada y me ha parecido de justicia dedicar a Ángel Gracia el video que acompaña esta entrada, aunque sólo sea por la paciencia que gastó (y que aún gasta de vez en cuando) para con este aprendiz.
La conversación nos llevó hasta Juan Ramón Jiménez, al que Ángel calificó como uno de los más grandes poetas. Y ahí aparecí yo, tan rumboso en las palmas como ignorante en los conocimientos, y ya saben ustedes lo peligroso que es un ignorante por peteneras. Me sonreí como quien esta en el Far West de una película de tres al cuarto y dije alguna estupidez —que ya he borrado de mi mente — con referencia al poeta de Moguer.
Ángel Gracia sacó los trastos del torero fino y me dedicó una faena breve pero intensa, me recibió en los medios con mi paupérrimo equipaje de lecturas poéticas, templó mis primitivas opiniones literarias, me llevó hasta el tercio y allí, ¡ay señores!, allí me perdonó la vida, al fin y al cabo seguía siendo su alumno.
El periódico El País ha editado una antología de Juan Ramón Jiménez con textos elegidos por José Manuel Caballero Bonald, que también ha escrito el prólogo dónde se puede leer: “Ningún otro poeta de nuestro siglo XX compite con él en la fijación de un paradigma que fue generando sus propios modelos estéticos hasta convertirse sucesivamente en una referencia ineludible/…/ Nadie pone hoy en duda que la obra de Juan Ramón Jiménez ha hecho justamente las veces de nudo entre todas las herencias posibles de nuestra historia poética y todas las presuntas avanzadas de la modernidad e incluso de lo que se entiende por postmodernidad”
En estos días en los que el invierno zaragozano ha despertado he empezado a leer la antología citada y me ha parecido de justicia dedicar a Ángel Gracia el video que acompaña esta entrada, aunque sólo sea por la paciencia que gastó (y que aún gasta de vez en cuando) para con este aprendiz.
Etiquetas: video poema
10 Comments:
En la nada flotó un algo de
profundas transparencias
y los giros de las brisas, un
momento
dibujáronse temblando;
una onda ensombrecía los misterios
de la tarde...
En el cielo religioso
las estrellas del crepúsculo
entreabrieron;
y mi alma se perdió en la vaga
bruma
de los últimos jardines melancólicos y quietos...
eeeeeese Juanraaaaaa!!!
xDDD
nos vemos mañana, carita de madreselva!
1000 besitos y 1000 besotes!^^
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pié cuando yo muera.
Qué suerte tenemos aquellos que hemos encontrado tan buenos maestros...
Claro que te perdono la vida¡ tonto no era y vio que eras noble y bravo y se pregunto ¿y si le dejamos para raza?
Buenas noches, me caigo de sueño, tanto que he tardado dos minutos en ver la ñ.
Gracias por los comentarios
Hola Laura.
Me gusta, me gusta que los versos llamen a otros versos y ese grito casi futbolero para el poeta es toda una señal, pero te confesaré una cosa, me ha extrañado que me dejes un poema con el siguiente verso:
"En el cielo religioso" no, no te veo yo muy religiosa, guapetona
:-)
Salu2 Córneos.
Hola Rakel y bienvenida a esta bitácora.
Es bonito que los versos ejerzan la fuera del imán para otros versos.
El que has transcrito es uno de los que tengo marcados en mi libro. Me gusta mucho esa separación del yo, al fin y al cabo, ¿quién no tiene un par de yoes para ir tirando?
Salu2 Córneos.
Hola Lamia
Lo malo de los buenos maestros es cuando te llegan tarde y te das cuenta de todo lo que te has perdido.
Salu2 Córneos.
Hola Anónimo
Pues es verdad, me gusta pensar que me perdonò por todo eso que dices, aunque para mi fue mucho más importante el gesto que los motivos.
Ya he dicho a ótros anónimos que las gracias las tengo que dar yo a quienes me honráis con vuestros comentarios.
Salu2 Córneos.
Javier te había perdido la pista.
Me alegro de encontrarte.
Pena lo del gato. Ojalá hubieras podido llevártelo a casa.
Beso.
M.
Hola Miranda.
Pues yo también me alegro de tu regreso a esta zona de comentarios.
¿Un gato en casa? me temo que los mininos y un servidor no somos compatibles ;-)
Salu2 Córneos.
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