La curvatura de la córnea

20 diciembre 2008

El día que llegó el Señor Invierno

Fotografía de Manuela Monteiro


Para Marta


Había una vez dos niños que estaban jugando en el Parque Torre Ramona del Barrio de Las Fuentes de Zaragoza cuando el Señor Invierno hizo acto de presencia. Llegó a caballo del Señor Cierzo. El viento del norte arrastró las hojas que el Señor Otoño había dejado en el suelo. Los niños dejaron por un momento sus juegos, fueron corriendo a sus casas y regresaron al parque ataviados con unas cazadoras de borreguillo.
El Señor Cierzo sopló más y más hasta que las Señoritas Cumulus cubrieron los cielos con sus panzas llenas agua. La lluvia comenzó finísima con esa manera de llover que mi abuela llamaba calabobos. Y los como los niños de este cuento eran más bien listos, dejaron por un momento sus juegos, fueron corriendo hasta sus casas y regresaron al parque protegidos por paraguas y chubasqueros.
El Señor Invierno no estaba contento a pesar de la presencia del viento y la lluvia, así que mandó un mensaje SMS a sus amigas las Señoras Nimbostratus que acudieron presurosas con su cargamento de nieve. Los niños dejaron por un momento sus juegos, fueron corriendo a sus casas y regresaron al parque al abrigo de gorros con borlita en lo más alto, bufandas arco iris y guantes con cinco dedos por mano
La nieve cubrió los setos, los caminos del parque y los tejados de la casita del guardia. Los niños organizaron una guerra de bolas, patinaje artístico en el lago helado y un esbariza culo en la rampa junto el Kiosco de la música. Uno de ellos propuso construir un muñeco de nieve.
— De acuerdo — dijo el otro niño, — pero será una muñeca de nieve.
Así que los dos niños se afanaron en la obra de hacer una gran bola para el cuerpo y otra más pequeña para la cabeza, como ojos le pusieron dos botones, la sonrisa de un plátano y una zanahoria por nariz. Después, los niños corrieron hasta sus casas de dónde cogieron un par de botas, un pantalón de pana y un jersey.
— Gracias niños. Mi nombre es Snegurka.
Snegurka resultó ser una muñeca de nieve a la que le gustaba mucho jugar, así que un día tras otro pasaba las tardes en el Parque Torre Ramona jugando con sus nuevos amigos al escondite inglés, al tula un palmo los bancos son chufa, a la gallina ciega que vivía junto al Manzanares y muchas otras diversiones que Snegurka se inventaba cada día.
La jovial energía de Snegurka se fundió el último día de invierno. La muñeca de nieve convertida en charquito de agua sirvió de alimento al más viejo de los plataneros del parque. Los niños se quedaron tristes y desolados cuando, vestidos con trajecitos de entre tiempo, no encontraron a Snegurka. La pena les duró hasta que el guardía del parque les aseguró que sólo tenían que esperar.
— Cuando llegue el próximo invierno — les dijo, — Snegurka volverá.
Colorín colorado este cuento se ha acabado.
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Versión libre y ampliada de un cuento popular ruso.

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6 Comments:

At 21 diciembre, 2008 18:41, Anonymous Anónimo said...

Es un cuento muy lindo.

Si hay alguien que pueda escribir cuentos ese eres tú. ¿Has intentado que te publiquen alguno? ¿sólo tienes ese? Imaginate el cuento junto a unas bellas imágenes.

No es fácil encontrar calidad en los libros infatiles.

Un abrazo y feliz Navidad.

 
At 21 diciembre, 2008 19:22, Anonymous Anónimo said...

Te imagino como un niño de los de antes.Tu y tu cuento sois un encanto.Soy el anonimo de otras veces.
Feliz navidad para la gente que piensa en hacer la vida mas agradable a los demas y suerte si juegas a la loteria.

 
At 21 diciembre, 2008 20:31, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Sara.
Lo de publicar, no se, a mi me es suficiente con tener el blog y que el personal comente.
Escribir cuentos, es uno de mis sueños, me gustaría transcribir los que contaba mi padre, darles un suave toque córneo pero... no se, tendria que hablar con más gente para recopilar detalles. Debería hacerlo.

Salu2 Córneos y un abrazo para que te lo lleves al pueblo ;-)

 
At 21 diciembre, 2008 20:34, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Anónimo de otras veces.

Me gusta que te identifiques porque no deja de ser curioso que quieras distinguirte dentro del anonimato, es una postura que me gusta, me gusta mucho.

¿Sabes una cosa? me temo que para casi todo soy "de los de antes"

Salu2 Córneos y feliz navidad y ojalá nos toqué un pellizquito en la lotería, ya sabes, para aquello de tapar agujeros ;-)

 
At 22 diciembre, 2008 23:33, Blogger Lamia said...

Yo soy la misma Lamia de siempre también... (lo digo por lo de Anónimo) Bueno, un poco más alegre. Que ando sin tiempo para nada pero me encanta venir a verte y encontrarme la nieve, y los cúmulos, y el cierzo... Y, por favor, no dejes que el viento barra todas las hojas del otoño. Cuando vengo y las veo me siento como en casa porque me recuerdan mi hayedo.

 
At 23 diciembre, 2008 11:33, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Lamia, la misma de siempre jejejejeeje.

A mi también me encanta que vengas y dejes tus comentarios.
Con el señor Otoño y sus hojas pasa como con el señor Invierno. Se tiene que ir para que vuelvan, son los ciclos de la vida, nunca podemos tener todo lo que queremos durante todo el tiempo, no se puede y deberíamos aprenderlo, es el primer paso para aprender a ser feliz. Y los hayedos también son bonitos con las hojas en sus ramas ¿no?

Ah, y yo soy feliz con tus visitas, guapetona
;-)

Salu2 Córneos.

 

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