La curvatura de la córnea

25 julio 2008

Corita Viamonte y El Cabaret Líquido

Para Guillermo y Laura. Gracias por vuestra amabilidad. La fila para entrar al Balcón de las Artes Escénicas sobrepasaba con generosidad las vallas instaladas para contener el aforo del recinto y aún faltaban cuarenta minutos para el comienzo de la representación. Dos voluntarias comenzaron a contar a los asistentes, el corte se hizo a más de cinco metros de dónde yo me encontraba. Estaba a punto de resignarme cuando en azar me llevó a dar con uno de los Técnicos de Espectáculos. Saludos de rigor, resumen de lo visto y oído en la Expo y una invitación tan inesperada como imposible de rechazar. «Dame un segundo» me dijo «que pregunto si puedes ver la función entre cajas»
La regidora del evento me dejó pasar y yo, que recordaba su cara, le dije que a ella la prefería sobre los escenarios. Me senté sobre un arcón de los de guardar el atrezzo con ese regusto de ver a los artistas desde otro punto de vista, porque es cierto, que ya he estado otras veces entre cajas pero siempre con ese gusanillo del que tiene que salir a dar la cara, y el ánimo no es el mismo que el de observador. Detuve la mirada en los elementos teatrales que me rodeaban: Vestuario, focos, la máquina de fabricar humo, actores calentado la voz, los músicos apurando el trago y los técnicos atentos a los últimos detalles.
Faltaban cinco minutos aunque nadie lo gritó por los pasillos. Corita llegó sonriente y se sentó a mi lado, ahí, al ladito para regalarme una cariñosa carantoña. Comenzó la función y la gran dama del Cuplé se lo pasó en grande, aplaudió a rabiar a su compañeros mucho más jóvenes que ella, rió con las situaciones cómicas y jaleó sin cesar al estupendo elenco de la compañía de Laví e Bel, unos actores que cada dos semanas cambian el repertorio para dar vida a distintos tipos de cabaret. Esta semana le tocaba al cabaret español.
El viaje comenzó con una propuesta temporal, una invitación a viajar hasta 1938 a bordo del barco Revolución y con rumbo a Utopía. Ya les adelanto que el barco llegó al puerto deseado aunque a mitad de la singladura tres personajes históricos tomaron la escena, los mismos personajes que minutos antes circularon entre cajas por delante de mi sorpresa: Hitler con medias de rejilla, Franco con ligero de calcetines y Mussolini con unos calzoncillos granates de lentejuelas. No se preocupen, no desveló ningún hilarante efecto con la descripción anterior porque es de otra guisa como se desarrolla la hilarante parodia de los dictadores.
Corita Viamonte tomó posesión del escenario en medio de esta propuesta y lo hizo como artista invitada. La cupletista empezó por todo lo alto, bajó al patio de butacas y sentó cátedra con su personalísima versión de “La Violetera”, regresó al proscenio para invitar al público a hacer coros en la famosa “La chica del 17” y continuó con “El Relicario” acompañada por las castañuelas. El resto del elenco de la compañía Leví e Bel siguió la actuación desde la admiración y con jaleos que la colocaban en la categoría de «Grande Corita, que grande eres» El final tuvo el broche de oro de una gran canción del más grande. Corita Viamonte hizo una versión maña en los andares y en los tonos de “My Way” uno de los clásicos de Frank Sinatra.
El espectáculo continuó y Corita se sentó de nuevo a mi lado, regresó aún más sonriente tras el baño con el público, tuvo gestos de amabilidad con la regidora y los técnicos, besó a una de las chicas de la compañía y recibió la carantoña de su pianista. Tanto talento alrededor me alegró y deseé con todas mis fuerzas una transfusión mediante osmosis inversa, pero me temo que eso no sucedió.
El barco continuó el rumbo fijado por el timón de una banda de músicos que dieron prestancia al espectáculo, la música en directo siempre es un aliciente para el espectador, además de servir como inmejorable soporte para los excelentes actores. Un equipo de profesionales que reivindicaron con energía y oficio el genero del Cabaret como vía de escape para la realidad que nos rodea, una huída que deberíamos dirigir hacia territorios adornados por el talento antes que por la alienación barata de algunos inventos literarios, catódicos o musicales.
El coro final invitó a cantar una tonada tan revolucionaria como «Para que quieres lo material», un mensaje que impregnó las paredes del teatro y poco más, porque el espíritu burlón del Cabaret se disolvió cuando se apagaron los focos, se difuminó con la luz de sala y se desvaneció ante la tozuda realidad.
Una realidad a la que regresé con un trocito de la fantasía, un regalo que encabeza esta entrada en forma de fotografía dónde luzco orgulloso, y un poco pasadito de kilos, junto a Corita Viamonte, un icono del cuplé y referencia inmortal en la memoria de muchos zaragozanos.

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6 Comments:

At 25 julio, 2008 08:11, Anonymous Anónimo said...

La conocí cuando yo tenía 15 años y andaba entre discoticas prohibidas. Ella cantaba en el Tony (sala que estaba en el Barrio de las Fuentes), y aunque ya era casi mayor de edad (era lso tiempos de los 21), siempre le acompañaban sus padres, como su tía hacía la manicura a mi madre, me vigilaban especialmente, (para mi pesadez total) pero nació una amistad? Luego mis sobrinos fueron majorettes y bla,bla,bla.
Artista de los pies a la cabeza y viceversa.

Besoabrazos.

PDT. Ya ves, yo hablándote de prehistoria.

 
At 25 julio, 2008 15:51, Blogger Gubia said...

Aunque a mi me suena todo a chino porque desconozco el mundo del cuplé, si que tengo clara una cosa, hay artistas por los que el tiempo no pasa, y este caso parece uno de ellos.Un abrazo.

 
At 25 julio, 2008 17:09, Anonymous Anónimo said...

Es que pertenece dentro de nuestra ZgZ a "la mas grande".
S. Manrique.

 
At 26 julio, 2008 00:50, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Montse.

A mi me gustan las historias bizarras y un club que se llamaba Tony y en Las Fuentes es un peazo de historia! además de una tía que hace la manicura a las divas y unas escapaditas a las discotecas, por Dios, tendrás que contar todas esas historias.

Salu2 Córneos.

 
At 26 julio, 2008 10:17, Anonymous Anónimo said...

Hola Javier.

Ahora,no sé si por suerte o por desgracia, ya puedo recordar y contar esas historias. Hasta ahora me sentida demasiado fusionada con el resto de mi vida, como para hacer historia, lo que me parecía casi reciente (es ver la botella medio llena, porque una va cumpliendo años y no se da ni cuenta, y un día de repente, cuando los recuerdos se te presentan a modo "batallitas", te das cuenta que esa fusión era una ilusión un tanto canallesca, pues el día que despiertas se te ponen los años encima.
Bueno que una ya no es tan joven. jejejeje.

Contaré historias, seguro.

Besoabrazos de nuevo.

Montse.

 
At 28 julio, 2008 10:43, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Gubia

Actualizo la entrada con una actuación de Corita en el Teatro Principal de Zaragoza.

Salu2 Córneos.

 

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