Excusas
Acabo de hacer un ejercicio psicológico, estúpido e improductivo, una especie de test nemotécnico con el que he calculado la cantidad de excusas de tres al cuarto que fui capaz de inventar para que hoy, día de la entrada del verano, no este dando saltos en el Estadio Olímpico de Barcelona adorando a Sus Satánicas Majestades.
He recordado una a una todas y cada una de las patrañas que pertreché, pero prefiero no contarlas, son demasiado prosaicas, tan pegadas al realismo hipotecado, embrutecedor y monótono que…
He intentado reconducir la situación hacia algún aspecto positivo de este despropósito y, de paso, buscar el remedio a este ataque stoniano en el que estoy inmerso. En la primera fase he tenido que idear la acción logística que me permitiese trasladar un blister de treinta cervezas Ámbar desde el trastero hasta la nevera. La segunda etapa se ha desarrollado en los campos gastronómicos y ha consistido en la elaboración de un bocata con pan de chapata, jamón de Teruel y el mejor tomate de la ribera. El tercer paso ha sido una cuestión dónde la camiseta de Gijón 1995 Voodoo Lounge ha jugado el papel simbólico del pasado, el ritual ha consistido en enfundarme la camiseta para desembocar en la liturgia de no poder cubrir la mitad de mi graciosa barriguita y así, con el ombligo al aire, me dispongo a introducir en el reproductor de DVD uno de los mejores regalos de cumpleaños de todos los tiempos: Rolling Stones Four Flicks.
Estoy decidido a ver tres conciertos, uno detrás del otro en clausura de sofá y Non Stop. El primero será el formato XXL del Fourty Flicks Tour desde el Twickenham Stadium de Londres, en segundo lugar visionaré la versión para aforos de capacidad media desde el mítico Madison Square Garden de Nueva York, el colofón correrá a cargo de una sesión intimista desde la elengancia del Olimpia Theatre de Paris.
Toda esta parafernalia sólo será un placebo, el engaño consentido de una noche que debería haber sido y no es, la prueba del nueve, mecagoentó, para confirmar que con la llegada de la cuarentena nada es igual excepto si eres un verdadero, un auténtico, un genuino Rolling Stone.
He recordado una a una todas y cada una de las patrañas que pertreché, pero prefiero no contarlas, son demasiado prosaicas, tan pegadas al realismo hipotecado, embrutecedor y monótono que…
He intentado reconducir la situación hacia algún aspecto positivo de este despropósito y, de paso, buscar el remedio a este ataque stoniano en el que estoy inmerso. En la primera fase he tenido que idear la acción logística que me permitiese trasladar un blister de treinta cervezas Ámbar desde el trastero hasta la nevera. La segunda etapa se ha desarrollado en los campos gastronómicos y ha consistido en la elaboración de un bocata con pan de chapata, jamón de Teruel y el mejor tomate de la ribera. El tercer paso ha sido una cuestión dónde la camiseta de Gijón 1995 Voodoo Lounge ha jugado el papel simbólico del pasado, el ritual ha consistido en enfundarme la camiseta para desembocar en la liturgia de no poder cubrir la mitad de mi graciosa barriguita y así, con el ombligo al aire, me dispongo a introducir en el reproductor de DVD uno de los mejores regalos de cumpleaños de todos los tiempos: Rolling Stones Four Flicks.
Estoy decidido a ver tres conciertos, uno detrás del otro en clausura de sofá y Non Stop. El primero será el formato XXL del Fourty Flicks Tour desde el Twickenham Stadium de Londres, en segundo lugar visionaré la versión para aforos de capacidad media desde el mítico Madison Square Garden de Nueva York, el colofón correrá a cargo de una sesión intimista desde la elengancia del Olimpia Theatre de Paris.
Toda esta parafernalia sólo será un placebo, el engaño consentido de una noche que debería haber sido y no es, la prueba del nueve, mecagoentó, para confirmar que con la llegada de la cuarentena nada es igual excepto si eres un verdadero, un auténtico, un genuino Rolling Stone.
4 Comments:
Hombre, pues no te lo has montado nada mal.... no es lo mismo pero vale también ¿no?
Ay, el paso del tiempo....
ay javier, qué poco me queda a mí para llegar a la cuarentena...
en fin, mientras, procuraré ir a todos los conciertos que me seduzcan, aunque a éste, y al de Héroes, ya no llego
Un abrazo
Hola Lamima
Bueno... nada como el directo aunque... también tendríamos que contar todas las vicisitudes "molestas" hasta que empiezan las canciones.
Salu2 Córneos.
Hola Paula.
El problema es que los conciertos sean en otras ciudades y precisen de esfuerzos especiales en horarios, cambios de turno y otras zarandajas en las que antes ni me paraba a pensar y ahora tiene mucho peso en la decisiones.
Salu2 Córneos y un abrazo.
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